Incidente entre las Armadas británica y española en aguas del Estrecho
Londres se queja de la irrupción de un patrullero en unos ejercicios
Los roces entre la Guardia Civil y la policía gibraltareña en las aguas que rodean el Peñón, y cuya soberanía reivindican tanto Londres como Madrid, son casi cotidianos. Pero no es tan frecuente que los protagonistas de un incidente diplomático sean la Armada española y la Royal Navy, dos marinas de la OTAN.
El Gobierno británico anunció este miércoles que presentará una protesta formal “de alto nivel” por la incursión de un buque de guerra español en aguas próximas a Gibraltar durante unos ejercicios de la Armada británica el pasado martes.
Un portavoz del Ministerio de Defensa británico aseguró que la Royal Navy seguirá patrullando las aguas gibraltareñas ante cualquier “incursión ilegal” de buques españoles, como parte de su compromiso de defender la soberanía sobre Gibraltar.
El Pentágono pide tener 350 marines más en Morón
Estados Unidos quiere incrementar en 350 marines la fuerza de reacción para África desplegada en la base de Morón de la Frontera (Sevilla). Así figura en la carta que el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, remitió el pasado día 5 a su homólogo español, Pedro Morenés, cuyo contenido no se ha revelado. Además de aumentar en un 70% los 500 militares preparados para intervenir en África, Washington pide prorrogar su presencia en Morón un año.
Por otra parte, el PP se ha opuesto este miércoles, en la Comisión de Defensa del Congreso, a una proposición no de ley del PSOE, respaldada por todos los demás grupos, que reclamaba que se garantizase el empleo en la base de Morón y se fijase un cupo mínimo de trabajadores españoles. Pese al incremento de tropas estadounidenses, la plantilla de la base se ha reducido en 500 trabajadores en los últimos años. El último ERE, aun en los tribunales, ha supuesto el despido de 66 de sus 436 trabajadores,
Según el diario Gibraltar Chronicle, el patrullero español SPS Vigía irrumpió en aguas que reivindica Gibraltar cuando se estaban realizando unos ejercicios de lanzamiento de paracaidistas de la Navy, lo que obligó a suspenderlos, mientras el HMS Sabre, que actuaba como buque de salvamento, se dirigía al patrullero para ordenarle que abandonase la zona. Así lo hizo, no sin antes replicar por radio que se encontraba en aguas españolas.
La versión del Ministerio español de Defensa es diferente. Un portavoz de dicho departamento aseguró que el P-73 Vigía estaba realizando una patrulla de vigilancia marítima en la zona de levante de Gibraltar y observó el lanzamiento de tres paracaidistas británicos desde un avión Hércules C-130 al sur de Punta Europa, donde se encontraban varias embarcaciones de la Royal Navy. Según dicho portavoz, el patrullero maniobró para mantener una “distancia de seguridad” respecto a la zona reservada para los ejercicios, “sin interferir en los mismos ni provocar su interrupción”. Solo una vez que los paracaidistas estaban ya en el agua se aproximó a la zona, momento en que se produjo el intercambio de comunicaciones con el HSM Sabre. El buque español se marchó finalmente, pero solo porque debía continuar su misión de vigilancia, concluyó dicho portavoz.
El Ministerio de Defensa español reconoció que había sido informado previamente de la realización de los ejercicios, que correspondían a una unidad de la Royal Navy de apoyo a los submarinos. El P-73 Vigía es un patrullero de la clase Serviola de 1.106 toneladas y 68 metros de eslora, con 48 tripulantes.
Londres podría trasladar su protesta aprovechando la reunión extraordinaria que este jueves celebran en Bruselas los titulares de Asuntos Exteriores de la UE, pero el ministro español, José Manuel García-Margallo, aún convaleciente de una reciente intervención quirúrgica, no acudirá y lo hará en su lugar el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito.
El incidente refleja la disputa entre España y el Reino Unido por las aguas que rodean el Peñón. Mientras Londres reivindica la soberanía de tres millas naúticas al sur y este de Gibraltar, así como la mitad de la bahía de Algeciras, España no reconoce más aguas británicas que las interiores del puerto.
La disputa sobre las aguas se ha agudizado en el último año y el embajador español en Londres, Federico Trillo, ha sido convocado en cuatro ocasiones por el Foreign Office para trasladarle sus quejas, la última en noviembre pasado, por la presencia en la zona de un buque oceanográfico español que estudiaba los efectos del lanzamiento de decenas de bloques de hormigón en la bahía de Algeciras por parte de las autoridades del Peñón. En medio de esta escalada, el Gobierno español endureció los controles en la Verja, lo que provocó largas colas y llevó a Londres a pedir la intervención de la Comisión Europea. Bruselas reconoció, no obstante, que España tenía derecho a aplicar controles fronterizos para combatir el contrabando de tabaco.
La situación se encuentra actualmente en punto muerto, ante la ausencia de canales de diálogo y cooperación.
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