Marruecos se ha convertido en el paso a España para subsaharianos y sirios
Los que huyen del régimen de Al Assad atraviesan por varios países para llegar a Europa
El paso fronterizo entre Marruecos y España que tantos subsaharianos sueñan con cruzar para dejar atrás la miseria y buscar un futuro en Europa, se ha convertido también en un camino para los sirios. Existen 3.957 kilómetros entre Marruecos y Siria, sin embargo, llegar al país africano significa una esperanza de recuperar su vida. Para unos supone huir de la pobreza. Para otros, escapar de la guerra que hostiga a su país, desde hace más de dos años y que ha acabado con la vida de más de 100.000 personas.
El pasado 9 de febrero un grupo de más de 300 subsaharianos inmigrantes intentaron acceder a Ceuta a través de la playa del Tarajal, donde perdieron la vida al menos 14. El día 13 del mismo mes, decenas de inmigrantes de origen sirio intentaron entrar a Melilla a través del paso fronterizo de Beni Enzar. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se vieron obligadas a cerrar la verja durante poco más de dos horas, después de que las autoridades marroquíes advirtieran a las españolas de la presencia de un grupo numeroso que mostraban una firme decisión de cruzar hacia España. Desde la institución gubernamental no se ha precisado la procedencia o nacionalidad de estas personas, de las que Marruecos se hizo cargo, según ha informado Irene Flores del departamento de comunicación del Gobierno de Melilla.
En ambas situaciones, los afectados buscan a las diversas mafias que ofrecen sacarlos de sus países a cambio de dinero. En el caso de los sirios, si eligen dejar su suerte en las manos de algún mafioso -las otras opciones son la falsificación de papeles o la huida por mar-, deben pagar alrededor de 15.000 euros, según cuenta Shivan Khalil, un sirio de 34 años que llegó a España el 23 de enero de 2013. Él no entró a la península Ibérica desde Marruecos, sino desde Ecuador, pasando por Turquía, Brasil y Colombia. Pero el inicio de su historia es muy parecida al resto de los que eligen esta vía, "aunque llegar a Marruecos es mucho más barato", cuenta este licenciado en arqueología por la Universidad de Damasco.
En la mayoría de los casos la travesía comienza en Turquía, Líbano o Jordania. De ahí viajan a Egipto y en autobús atraviesan el continente africano hasta Argelia, donde acceden sin necesidad de visado, cuenta Yasser Z., que vive en España desde hace 10 años, y guarda en su memoria los testimonios de sus compatriotas. El Gobierno de Argelia apoya al régimen de Bashar Al Assad, según explica Amer Hij, presidente de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio, por lo que reciben con hostilidad a los refugiados. "He escuchado varios testimonios de sirios que han recibido golpes de la policía argelina", confiesa Amer, y afirma que casi siempre los llevan hasta la frontera con Marruecos. Y así llegan al mismo lugar donde decenas de subsaharianos viven en las montañas esperando el momento preciso para saltar la valla, o cruzar el Mediterráneo.
Ya en el paso fronterizo, las mafias vuelven a ser protagonistas. Las hay más caras y más baratas. Las primeras cobran de 1.500 a 2.000 euros por persona. Casi siempre los mafiosos son también narcotraficantes, "los pueden llevar a 200 kilómetros por hora", afirma Yasser Z. Uno de los métodos para cruzar es esconderse en el interior de un vehículo. Así ha conseguido entrar a Ceuta un matrimonio sirio el pasado miércoles, según ha informado Efe. Aquellos que no pueden pagar esta cantidad, se enfrentan a las arduas opciones que intentan los subsaharianos en incontables veces y desde hace muchos años.
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