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EL FINAL DE ETA

Interior describe a Zulueta como un estorbo para la reinserción de presos

La Guardia Civil registrará el despacho del senador de EH Bildu Iñaki Goioaga

Fernando J. Pérez

Desarticulados los comandos, con el grueso de los activistas en prisión, con las finanzas asfixiadas y con el apoyo internacional reducido a la mínima expresión, el Gobierno desea certificar la victoria del Estado de derecho sobre ETA. No se plantea ceder a los terroristas ni un milímetro.

Para lograr esto, resulta vital que los presos etarras se desvinculen de la organización, se arrepientan y pidan perdón a las víctimas. Esta salida, que tiene que hacerse de forma individual, es, además, la única manera legal que tienen los más de 500 reclusos en España y Francia para cambiar de grado penitenciario y acceder a permisos, según Interior. Sin embargo, el sector más duro de la banda terrorista no renuncia a imponer su propio relato y legitimar la violencia.

El Ministerio del Interior describe a la abogada Arantza Zulueta, detenida el miércoles, como uno de los principales obstáculos para que los presos den esos pasos.

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Zulueta, y otros seis de los detenidos en la Operación Jaque participaron en el acto del pasado sábado en Durango (Bizkaia) en el que los ex reclusos de ETA respaldaron la decisión de sus compañeros en prisión de rechazar la violencia y aceptar la legalidad penitenciaria para buscar salidas de reinserción individual. Pero Interior sigue considerando a Zulueta un factor “que ha ido paulatinamente retardando y obstaculizando cualquier conato de salida individual”. Según fuentes del ministerio, “lo ha hecho con el absoluto respaldo de ETA, como un ejecutor de la tiranía de la jerarquía terrorista sobre los presos y sus familiares”.

A finales de 2012, según Interior, Zulueta impidió la posibilidad de que los reclusos presentaran instancias para su traslado a cárceles del País Vasco y marcó las líneas rojas en el debate de los presos: ni arrepentimiento, ni petición de perdón ni ruptura con la banda. El objetivo, afirman en el Gobierno, era “hacer prevalecer la opinión minoritaria de un grupo de presos contrarios a renegar del pasado terrorista”.

El Ejecutivo considera que las gestiones de Zulueta para mantener prietas las filas se tradujo en que “el comunicado de los presos del pasado 28 de diciembre fue más mediático y efectista que realista”. Según Interior, el grupo de Zulueta, al prohibir el arrepentimiento, la petición de perdón y la desvinculación con ETA “ha puesto los mimbres para que cualquier iniciativa futura de los presos esté abocada a chocarse con los límites de la ley”.

“Las investigaciones de la Guardia Civil reflejan la existencia de una lucha de poder importante entre Sortu y el Koordinazio Taldea (Grupo de Coordinación), considerado instrumento de ETA para el control de los presos, especialmente por parte de Arantza Zulueta”, según fuentes de Interior. Este control se ejercía a través de unos comunicados que se sacaban y metían de las cárceles ocultos en una especie de canutillos o rulos de papel.

En la operación del miércoles contra el frente de cárceles de ETA se han incautado de 30 cajas de documentos, 28 ordenadores, 12 discos duros, 28 tarjetas SD, 13 teléfonos móviles, y 42 lápices de memoria.

Los agentes están a la espera de registrar el despacho bilbaíno del senador de EH Bildu, Iñaki Goioaga, situado en el mismo local del despacho de Zulueta. Cuando se localice a Goioaga, será inspeccionado el bufete para ver si allí ocultaron pruebas los detenidos en la redada en Bizkaia y Gipuzkoa.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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