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Una causa sin 8.777 correos electrónicos

Las comunicaciones requisadas de Blesa están de momento fuera del sumario

Miguel Blesa, a su llegada a los juzgado el pasado octubre.
Miguel Blesa, a su llegada a los juzgado el pasado octubre.ULY MARTIN

Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid hasta 2010, declaró en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que el correo electrónico corporativo que tenía de la entidad financiera lo utilizaba para asuntos personales y gestiones relacionadas con su cargo. Cuando el abogado defensor le preguntó si ese hecho no contravenía las normas internas de Caja Madrid, que prohibía a sus empleados utilizar el correo electrónico corporativo para asuntos personales, Blesa declaró que esa prohibición no operaba para el presidente de la entidad. Los correos electrónicos de Miguel Blesa requisados durante la investigación abierta en el juzgado que dirigía Elpidio Silva están, de momento, fuera de la causa por decisión judicial.

Esos correos electrónicos acreditan numerosas gestiones de Blesa alejadas de los intereses de Caja Madrid y muy cercanas a tratos de favor a políticos y amigos del entonces presidente de la entidad.

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Los abogados defensores pretenden que esos correos electrónicos, 8.777 según la contabilidad que ha hecho el juez que instruye la querella presentada por la fiscalía contra Elpidio Silva, puedan ser utilizados en esta causa. Pero, de momento, el juez instructor considera que “no aportan elementos de juicio que a la causa interese”.

La fiscalía entiende que el juez Elpidio Silva pudo prevaricar cuando dictó las resoluciones contra Blesa y decidió decretar prisión incondicional contra el presidente de Caja Madrid en relación a sus gestiones para la compra de un banco norteamericano y la concesión de un crédito al expresidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.

Los abogados defensores entienden que esas decisiones del juez estaban motivadas por una investigación judicial rigurosa, que también incluye el contenido de esos correos electrónicos en los que Blesa trata con numerosas autoridades políticas para garantizarles, en muchos casos, que atenderá sus peticiones. En ocasiones se trata de pequeños favores relacionados con hipotecas de familiares o conocidos de esos políticos que han sufrido algún percance en su tramitación en sucursales de Caja Madrid. En otros casos, como en el de la intermediación de José María Aznar para la compra de obras de arte, de inversiones multimillonarias que debería afrontar la entidad financiera en momentos especialmente complicados por la situación económica de la entidad.

El juez que instruye la querella de la fiscalía contra Elpidio Silva no ha dejado que Blesa conteste a ninguna pregunta sobre los supuestos tratos de favor que dio el presidente de Caja Madrid a sus amigos personales y conocidos políticos.

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