El Rayo del Líder
José María Aznar y Muammar al-Gadafi con ocasión de la visita del entonces
presidente del Gobierno español a Trípoli en septiembre de 2003.
Jaima preparada en el hotel La Boticaria, Alcalá de Guadaira, Sevilla, durante la
visita del líder libio, el 15, 16 y 17 de diciembre de 2007.
En su libro Retratos y Perfiles (Editorial Planeta, 2005), José María Aznar dedica seis páginas a la figura de Muammar al-Gadafi. Y en el album de fotos, que incluye a las personas retratadas literariamente, aparecen juntos durante la visita que el entonces presidente del Gobierno español realizó, en septiembre de 2003 a Tripoli (es la foto que encabeza esta página).
El comentario que aparece debajo de la citada fotografía es el siguiente: "En el año 2001 Gadafi tuvo la ocasión de demostrar que, por muy ideologizado que estuviera su discurso y su regimen, y por mucho que le apasione el aparato escenográfico, sigue siendo un hombre pragmático. De ahí su condena rotunda de los ataques del 11 de septiembre. Estoy convencido de que Gadafi se dio cuenta aquel mismo día de que el mundo había cambiado y que también el tenía que cambiar".
Bien. Aznar cuenta en su retrato de Gadafi que "entre el año 2000 y el 2003, y mientras se va desarrollando un proceso interno de reflexión en Libia, yo recibía periódicamente enviados especiales de Gadafi con los que trabajabamos en dos ámbitos, el de las relaciones bilaterales entre España y Libia y el de las relaciones del regimen libio con la Unión Europea y Estados Unidos".
Aznar parece ser contundente: "A Gadafi le planteé con toda claridad la necesidad de terminar los programas de armamento nuclear"
Tras la invasión de Irak, recuerda Aznar, "los contactos entre el Gobierno español y Libia se intensificaron". En diciembre de 2003, Libia reconoció que poseía armas químicas y biológicas, evoca el expresidente del Gobierno español, aunque fía al futuro si la destrucción de ese arsenal tendría lugar o se trataba de un giro "meramente oportunista".
Ya en los últimos párrafos de su descripción, Aznar señala sobre sus vivencias con Gadafi: "Yo no comparto casi ninguna de sus ideas, pero tuve la impresión de estar ante un dirigente que había comprendido cuál era el rumbo que había tomado el mundo".
Gadafi obsequió a Aznar con un caballo. "Me explicó que el caballo se llamaba Rayo del Líder, con mayúsculas...A los tres días de volver a Madrid, anunciaron la llegada de un vuelo fletado desde Tripolí para traer el famoso caballo, que ahora se encuentra en una dependencia de la Guardia Civil. Le agradecí el gesto, pero lo que me importa de verdad es que continúe la linea ya iniciada".
No es que Aznar dijera a lo Rick Blaine (interpretado por Humphrey Bogart) al capitán Louis Renault (Claude Rains) al final de Casablanca:
-Louis, creo que este es el comienzo de una hermosa amistad.
Pero, si seguimos los pasos siguientes... Se non è vero, è ben trovato.
En diciembre de 2007, Gadafi realiza una visita oficial al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Se traslada el dictador libio a Sevilla con un séquito de 350 personas. Ha reservado 80 habitaciones para 150 personas en el hotel-hacienda La Boticaria, en Alcalá de Guadaira. Las otras 200 personas de la delegación se alojan en varios hoteles de la capital andaluza: Barceló Renacimiento, Alfonso XIII y Tryp Macarena.
Gadafi tiene prevista una reunión y cena con Rodríguez Zapatero el domingo 16 diciembre de 2007, el inicio de su visita oficial.
Pero el mismo día de su llegada, el sábado 15 de diciembre, Gadafi tendrá un encuentro privado.
Ha invitado a cenar a José María Aznar y a su esposa. Ana Botella, a Sevilla.
El propietario de La Boticaria, José Antonio Sáenz, explica: "Gadafi y Aznar cenarán esta misma noche cordero, aunque el animal será sacrificado y cocinado según el estilo musulmán por los sirvientes del líder libio, que ha instalado también una barbacoa en la conocida jaima levantada en el interior de los jardines de la hacienda".
Toda esta historia enlaza con la información que estos días ha aportado la periodista Alicia Gutiérrez en el periódico digital Infolibre.
Según esos datos, basados en emails intercambiados por el entonces presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, con la empresa de armamentos Einsa, Aznar estaba haciendo gestiones en 2008 para asumir la representación de Einsa en dos mercados para armamentos de gran interés para la citada compañía: Argelia y Libia.
Dos países en los que según escribía el consejero delegado de Einsa, Pedro Rodríguez Pla, a Aznar, el 3 de octubre de 2008, "está todo por hacer"
El círculo es perfecto: Aznar nombró a su amiguito del alma en la presidencia de Caja Madrid, en 1996; Blesa era consejero de Einsa (1991-1997); Einsa obtuvo decenas de contratos con el Gobierno Aznar. Y, ya fiera del Gobierno, en 2008 Blesa, todavía presidente de Caja Madrid, gestiona para Aznar la representación de Einsa para Argelia y Libia.
¿Cuando comenzó a tener contactos Aznar con Einsa?
Al parecer, en 2006. Es decir, antes de su encuentro privado de diciembre de 2007 con Gadafi en Sevilla.
En un comunicado, Aznar ha señalado que no concluyó ningún contrato o encargo de Einsa, que recibiera retribución o participara en comercio de material de armamento.
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