Cospedal, el árbol y el bosque
Mira por dónde, la demanda civil de Dolores Cospedal se ha convertido en un gran acto fallido, en un bumerán en toda regla. Asistimos el viernes 18 de octubre en Toledo a lo que podría llamarse un ensayo general anticipado de lo que podría ser un juicio en la jurisdicción penal por los llamados papeles de Bárcenas.
Una cosa es que Bárcenas declarase lo que sabemos ante el juez y las partes personadas. Otra es que todos los ciudadanos, aquí y fuera de España, hayan podido verlo. Aunque sea por plasma desde la cárcel de Soto del Real. Que ha hecho pagos en negro y que la contabilidad manuscrita es de él y de Álvaro Lapuerta, quien realiza el visado con su puño y letra hasta junio de 2008. La contabilidad de Bárcenas & Lapuerta, pues.
Y ha sido así porque la demanda civil pretendía ir al fondo de la cuestión, a saber, que es falso que Bárcenas le pagara dinero negro en sobres, y que la contabilidad manuscrita fue construida de una sola vez como un instrumento de chantaje sobre el PP. Por eso demandó a Bárcenas y a EL PAÍS en presunta protección de su honorabilidad. El juicio civil, por tanto, debía entrar en materia, en la contabilidad manuscrita de Bárcenas y en los presuntos pagos a Cospedal y otros dirigentes del PP.
Es lo que dice el juez Jesús Yunta con todas las letras cuando pregunta a Bárcenas por las dos anotaciones según las cuáles pagó a Cospedal 15.000 euros en dos entregas de 7.500 cada una.
Bien. La gran diferencia entre esta demanda y la del PP conjuntamente con los dirigentes a los que Bárcenas asegura haber pagado sobresueldos en negro, y que el viernes 18 han anunciado su desistimiento contra EL PAÍS, es que el PP basaba gran parte de sus argumentos en las “burdas fotocopias”, “amañadas”, publicadas por este periódico. En la falta de documentos auténticos.
La demanda de Cospedal no.
Ella no cuestiona la autoría, sino el contenido.
Su demanda es posterior a que Bárcenas se de la "primera vuelta" en el mes de febrero. Esa primera vuelta tiene lugar cuando después de escuchar las palabras de Rajoy —los papeles son “apócrifos”, dijo el presidente del Gobierno— y recibir los mensajes de la cúpula del PP, sale a decir lo que todavía no había dicho: que la letra de los papeles no es suya, que no es el autor de los papeles.
El viernes 18, en el juicio, Bárcenas explicó por qué dijo que no era el autor en febrero de 2013. Porque le llamó Gerardo Galeote, ex eurodiputado del PP, imputado en el caso Gürtel, y le dijo que hiciese un comunicado para negar los hechos. El mensaje de la cúpula, pues. Se da la circunstancia de que Javier Gómez de Liaño, abogado de Bárcenas desde mediados de julio pasado, es también letrado de Galeote.
Pero, hay que insistir, la demanda de Cospedal recoge esa versión pero no se apoya como argumento fundamental en ella.
Su línea de ataque contra Bárcenas y contra EL PAÍS es el fondo: la falsedad de lo que dicen los papeles.
¿Adónde nos conduce este matiz?
A lo siguiente: ¿es coherente desistir de su demanda contra EL PAÍS, como ha hecho Cospedal, y al tiempo mantenerla contra Bárcenas?
Si lo que está en danza es el fondo - la falsedad de los pagos - el hecho de que Bárcenas sea o no el autor, cosa que, como hemos apuntado, la demanda de Cospedal no cuestiona, es un pretexto falaz utilizar el argumento de la autoría del ex tesorero para desistir.
No resulta coherente compaginar el desistimiento respecto a una de las partes y persistir contra la otra de este modo. Porque el argumento es el fondo; a saber, que ella no cobró de la mano de Bárcenas. Y solo con la difusión de la contabilidad manuscrita se ha podido conocer que Bárcenas le pagó, presuntamente, a ella y a la cúpula del PP. Allí hay 37 apuntes contables por valor de 337.373 euros en entregas trimestrales o semestrales a Mariano Rajoy y otros pagos.
Cospedal ha montado en Toledo el viernes 18 de octubre de 2013, por tanto, una comedia.
Porque, además, no es precisamente ahora cuando se ha sabido que Bárcenas es el autor.
El extesorero del PP no solo lo ha admitido el pasado 15 de julio, sino que aportó al juez Ruz los originales de las fotocopias publicadas por EL PAÍS.
Y he aquí una información que hasta el momento no ha salido. Fuentes de toda solvencia aseguran que esos originales, asimismo, pudo verlos en su propio despacho la presidenta de Castilla-La Mancha el pasado mes de junio antes de que fueran entregas al juez Ruz! Sí, tuvo la exclusiva.
En su declaración como demandante, la secretaria general del PP, como ya lo hiciera en su demanda, falsifica la salida de Bárcenas de su puesto en 2009.
Vea el lector lo que sostiene Cospedal y confrontémoslo con la realidad de lo que ocurrió, más allá de lo que afirma Barcenas.
Sostiene Cospedal lo siguiente:
"Dada la grave implicación del señor Bárcenas en los hechos de corrupción que resultaban de las investigaciones sumariales y la imposibilidad de mantener en tales circunstancias el cargo de tesorero nacional del Partido Popular, para el que lógicamente no contaba con la confianza del Partido, ni por supuesto con la de su secretaria general, el demandado señor Bárcenas hubo de dimitir del cargo de tesorero el 28 de julio [de 2009], es decir después de su declaración y un día antes de que se pidiera el suplicatorio".
Esta fábula continúa: "A partir de ese momento se incrementó la distancia entre la cúpula del Partido Popular y su ya ex tesorero, quien no obtuvo de su secretaria general ni apoyo ni cobertura para sus responsabilidades penales. De hecho, el 5 de octubre de ese año de 2009, la señora Cospedal revocó los poderes otorgados a Luis Bárcenas. Y éste presionado por los que no estaban dispuestos a tapar su presunta corrupción terminó pidiendo la baja del Partido el 8 de abril siguiente [¡2010!] aunque siguió siendo todavía senador por Cantabria".
¿Distancia de la cúpula respecto a Bárcenas?
"Los que no estaban dispuestos a tapar su presunta corrupción" gestionaban en esos precisos momentos, verano-otoño de 2009, ante el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, el sobreseimiento de Luis Bárcenas y de su esposa Rosalía Iglesias.
El actual diputado del PP por Segovia y portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso, Pedro Gómez de la Serna, acompañaba, por instrucciones de Javier Arenas, a un ex diputado del PP, Jorge Trías Sagnier, al despacho del juez y a varios restaurantes de Madrid en una operación de la que Rajoy tuvo cumplida información. Una operación que requeriría explicaciones. Porque a través de ella se consigue el sobreseimiento provisional de Rosalía Iglesias en 2010 y de Luis Bárcenas en 2011. Explicaciones que no se han dado.
"Los que no estaban dispuestos a tapar su presunta corrupción" habían acordado su "renuncia transitoria".
Pero, un momento, vayamos a julio de 2009, cuando Bárcenas deja su puesto de tesorero.
El 22 de ese mes presta declaración como "imputado provisional" ante el juez Francisco Monterde en el Tribunal Supremo.
Federico Trillo, el estratega de la defensa judicial del PP y de los imputados en el caso Gürtel, que cobra al partido por sus servicios, averigua, el fin de semana del 25 y 26 de julio de 2009, que el Supremo, tras la declaración de Bárcenas, se apresta a pedir el suplicatorio. Trillo lo comenta con Rajoy y con Bárcenas. Se decide pues poner en marcha la "salida" del tesorero.
Veamos los dos comunicados con membrete del PP que salen el 28 de julio de 2013, veinticuatro horas antes de que el Tribunal Suprema solicite el suplicatorio del entonces senador por Cantabria.
El de Bárcenas es el siguiente:
"Una vez que se ha producido la circunstancia de haber podido prestar declaración voluntaria ante la sala segunda del Tribunal Supremo y aportar pruebas que, a mi juicio, demuestran suficientemente mi inocencia en los hechos que presuntamente se me imputan, he tomado por lealtad al Partido Popular y a su presidente Mariano Rajoy, y de común acuerdo con él, la decisión de renunciar a la responsabilidad de tesorero nacional del Partido Popular hasta que, definitivamente, quede acreditada mi inocencia ante los tribunales de justicia".
El del PP es todavía más explícito sobre su dependencia de los deseos de Bárcenas.
"1. El Partido Popular confía en la inocencia de Luis Bárcenas y en que así se demostrará en los tribunales de justicia.
2. El Partido Popular quiere manifestar su reconocimiento a los más de 28 años de servicios de Luis Bárcenas a nuestro partido, que han sido ejemplo de profesionalidad y buen hacer.
3. El Partido Popular expresa su respeto hacia la decisión de Luis Bárcenas, tesorero del PP, de presentar su renuncia a la actual responsabilidad. La decisión de nuestro tesorero está inspirada, una vez más, en su lealtad hacia nuestra organización.
4. El PP considera que la renuncia es transitoria hasta que quede acreditada su inocencia ante las instancias judiciales. No se procederá a la sustitución de Luis Bárcenas como tesorero nacional del Partido Popular".
María Dolores de Cospedal, en efecto, ordenó que le quitaran los poderes a Bárcenas en octubre de 2009. Dicha decisión fue el resultado de que Bárcenas seguía mandando desde julio de 2009, como ha declarado el entonces gerente Cristobal Paéz ante el juez Ruz en agosto pasado. Que él, como gerente, destaba entre Bárcenas y Cospedal. Y que por esta disputa entre uno y otra tuvo que hablar con Rajoy.
Pero esa revocación de poderes, que seguramente refleja la hostilidad y desconfianza de Cospedal hacia Bárcenas, a la vez que sus recelos sobre la relación personalísima que mantenía Bárcenas con Rajoy, de la cual ella era excluída, no acabó con la influencia de Bárcenas.
La suficiente influencia, sí, como para neutralizar a los que según Cospedal "presionaban" a Bárcenas porque "no estaban dispuestos a tapar su presunta corrupción".
¿Y quiénes son los que no estaban dispuestos a tapar su presunta corrupción?
Da la impresión de que no tenían mucho poder en el PP. Por supuesto, no debía estar entre ellos Mariano Rajoy, porque si él formaba parte de los que "no estaban dispuestos a tapar la presunta corrupción de Bárcenas, ¿por qué le blindó durante tanto tiempo?
Y ya en abril de 2010, Bárcenas renuncia a su escaño después de pactar, según declaró Cospedal al juez Ruz, con Javier Arenas y Mariano Rajoy las condiciones, de la que ella será informada más tarde.
Bárcenas percibirá 255.600 euros al año (doce mensualidades de 21.300,08 euros). Más coche, secretaria, y despacho.
Cospedal omite en su fábula qué dijeron ella y el PP, y sobre todo Federico Trillo, que atacó a las dos fiscales del caso, cuando Bárcenas, gracias a las gestiones oficiosas de los enviados del PP ante el juez Pedreira, es sobreseído de modo provisional. El 2 de septiembre de 2011, la secretaria general señala: "El PSOE ha estado en los últimos tres años intentando montar un 'caso Filesa' para el Partido Popular. los socialistas tendrían que presentar sus disculpas por no haber respetado la presunción de inocencia". De Bárcenas, claro. Y añadió: "La reintegración de Luis Bárcenas en el PP dependerá del presidente del PP, Mariano Rajoy".
Y la distancia de la cúpula respecto de Bárcenas, ¿cómo se corresponde con los SMS enviados por Rajoy a Bárcenas? ¿O es que Rajoy no forma parte de esa cúpula que Cospedal tiene en mente?
Porque distancia, distancia, no mantenía.
¡Ni la llegada de la comisión rogatoria sobre los primeros 22 millones de euros de Bárcenas en Suiza impidió la correspondencia de SMS entre Rajoy y Bárcenas!
Después de todo esto, y mucho más que no es el caso contabilizar aquí, resulta comprensible la metáfora del árbol como colofón del juicio del viernes 18 de octubre de 2013. El choque de Cospedal contra un árbol que captan las cámaras de televisión a la salida del juzgado número 4 de Toledo.
El árbol, pues, que ha plantado María Dolores de Cospedal en su demanda civil y en su desistimiento parcial no deben tapar el bosque que acabamos de describir.
De la telaraña de demandas civiles en la que está enredado el PP, hay al menos dos cosas pendientes.
Primera, la sentencia del juez en la demanda de Cospedal.
La defensa de Bárcenas ha solicitado la prejudicialidad penal. Es decir, que se paralice la sentencia y que se dicte una vez que tenga lugar el desenlace de los papeles de Bárcenas en la jurisdicción penal. El fiscal ha respaldado esa posición.
A Cospedal le conviene todo lo que no sea una sentencia desestimatoria de su demanda. Y sobre la prejudicialidad se puede decir: largo me lo fiáis hasta después del juicio sobre los papeles de Bárcenas.
Y last but not least, Javier Arenas, Ángel Acebes, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja han anunciado que desisten de su demanda civil contra EL PAÍS. Pero el PP, que presentó esa demanda de manera conjunta con los citados dirigentes, no ha dicho nada todavía.
¿Se repetirá la sesión toledana del viernes 18 de octubre dentro de cinco semanas, es decir, el 25 y 28 de noviembre, en el juzgado de primera instancia número 83 de la madrileña calle de Ventura Rodríguez? En esas fechas se celebrarán las vistas del juicio por la demanda del PP contra EL PAÍS y contra Bárcenas en la que pide una indemnización de 500.000 euros.
Desistir respecto a éste periódico no cancela el juicio. Los cuatro dirigentes tendrían que presentarse, aparte del representante legal del PP, en el juicio, como lo ha hecho Cospedal el pasado viernes 18. Por cierto, ¡hasta junio de 2013, Bárcenas figuraba, según la Agencia Tributaria, como representante legal del PP!
Ahora el PP tiene una papeleta difícil.
Sus alternativas son: echarse atrás en su demanda contra Bárcenas, mantenerla pero desistiendo de su declaración o soportar que el ex tesorero nacional aparezca en plasma, o de cuerpo presente, afirmando que su mano les dio a los cuatro, sentados en primera fila del juzgado, dinero negro en sobres...
Perdón, su mano, en estos casos, no. Porque según lo que ha declarado Bárcenas el 15 de julio pasado cuando Álvaro Lapuerta era tesorero nacional -hasta junio de 2008- le tocaba a él hacer las entregas de sobres con dinero.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.