Un pueblo de Cáceres permanece cinco horas cercado por círculo de fuego
Las llamas rodean a 500 vecinos de un pueblo cacereño en la cima de un monte
Santibáñez El Alto (Cáceres) está atrapado en la cima de una colina rodeada de vegetación, que ardió en la madrugada del viernes. Sacó de la cama a los 500 lugareños y sembró el pánico. Sonaron las campanas, más ligeras, más rápidas que de costumbre, que indicaban que había un incendio. Estaban rodeados, y una hora después la única carretera que da acceso al pueblo quedó cerrada al tráfico. “Pensábamos que no nos salvábamos”, contaba por la tarde aún exaltada Mercedes Pizarro, responsable junto a su marido de uno de los bares de la localidad. “Cuando oímos las campanas de fuego, todo el mundo sale zumbando para echar una mano”, aseguraba por teléfono. Hombres, mujeres y “chiquillos” sacaron mangueras, bombas de agua y cubos ante el temor de que el fuego llegara a sus casas. “Se ha quemado algún corral”, decía Pizarro, “pero estamos todos bien”.
Mientras los servicios de emergencias continuaban con la extinción del incendio, de nivel 2, que calcinó este sábado 150 hectáreas en la Sierra de Gredos cacereña, Santibáñez El Alto se reponía del susto. La carretera volvió a quedar abierta al tráfico en torno a la una de la tarde, aunque solo podían circular por ella los vehículos acompañados de la Guardia Civil.
La voz de alarma la dieron los lugareños del municipio, “asustados” desde el principio, aunque fue con el paso de los minutos cuando pudieron comprobar la gravedad de la situación. El viento cambió de dirección y, en apenas una hora, las llamas rodearon completamente el pueblo.
El fuego se declaró entrada la noche, y a las 02.40 horas se activó el nivel 1, que pasó a nivel 2 a las 03.10 al asediar la localidad y entrar en ella, según técnicos del plan regional de extinción de incendios forestales (Infoex). La vegetación del lugar, mayoritariamente pasto, matorral y roble, es aún abundante, por lo que el nivel de alerta por precaución se ha mantenido todo el sábado. Los vecinos apuntaban también a que el viento intenso no cesó en toda la tarde. “No ha habido momentos de pánico, pero sí de muchísima tensión y sobre todo, mucho miedo, ya que veíamos cómo el fuego avanzaba y apenas podíamos contenerlo”, declaró a Efe Juan Manuel, un lugareño.
El incendio, cuyas causas se desconocen hasta ahora, provocó que 25 personas, 13 vecinos del municipio y 12 trabajadores del servicio provincial contra incendios (Sepei) y el Infoex tuvieran que ser atendidas de carácter leve por la inhalación de humo, sin necesidad de que ninguna de ellas tuviera que ser trasladada a ningún hospital.
Con agentes de la Guardia Civil, el Servicio Extremeño de Salud y Cruz Roja atendiendo a la población, los vecinos pasaron la noche en vilo: “Al principio parecía poca cosa, pero de repente, vimos que el fuego estaba alrededor del pueblo”.
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