Las cajas negras del tren accidentado se abrirán este martes en el juzgado

La apertura de las cajas negras del tren Alvia que descarriló el pasado miércoles cuando cubría la ruta Madrid-Ferrol en la localidad de Angrois, a cuatro kilómetros de Santiago de Compostela, se llevará a cabo este martes en dependencias judiciales y bajo la supervisión técnica de un perito especialista. De momento, 69 heridos permanecen todavía ingresados en distintos hospitales de Galicia. Con la muerte de la estadounidense Myrta Fariza el pasado domingo, la cifra de fallecidos asciende a 79. De los heridos, 22 permanecen en estado crítico, y aún quedan dos niños ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Clínico de Santiago.

La circulación en la vía donde tuvo lugar el accidente ha quedado restablecida este lunes a las 7.25 de la mañana. De momento, los trenes deben circular con una limitación de velocidad de 30 kilómetros por hora en la zona del siniestro, entre los puntos kilométricos 84.400 y 84.500, según ha confirmado un portavoz del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Las piezas del tren están siendo enviadas a una nave en A Escravitude, Padrón (A Coruña), donde se encuentran custodiadas por la policía.

Mientras Galicia sigue guardando el luto decretado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, este lunes a las siete de la tarde tendrá lugar un funeral oficial por las 79 víctimas de la tragedia. A la misma hora, Hostelería de Compostela ha programado un encendido masivo de velas a modo de homenaje.

El funeral estará presidido por los Príncipes de Asturias y por la duquesa de Lugo, la infanta doña Elena, y será oficiado por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. A la misa acudirán el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su esposa, Elvira Fernández, y los ministros de Interior, Jorge Fernández Díaz; Fomento, Ana Pastor; y Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. También acudirán los presidentes de todas las autonomías a las que pertenecían las víctimas; el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con la portavoz del grupo parlamentario, Soraya Rodríguez; el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce; y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; además de otros representantes autonómicos, provinciales y locales.

A falta de que se esclarezcan las causas del siniestro, el maquinista del tren ha sido puesto en libertad con cargos después de haber admitido el domingo ante el juez que se despistó a la hora de reducir la velocidad del convoy. Durante una declaración que duró más de dos horas, Francisco José Garzón reconoció que entró a 190 kilómetros por hora en la curva de Angrois, un tramo limitado a 80, por un "despiste", y que esta fue la razón del descarrilamiento. Garzón no se quejó del trazado, de las condiciones de la vía o del estado del tren, según fuentes judiciales.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó al filo de la medianoche del domingo que a Garzón, de 52 años y que resultó herido leve en el accidente por una brecha en la cabeza, se le imputan 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones cometidos por "imprudencia profesional" al hacer descarrilar las dos locomotoras y ocho vagones del tren. El maquinista, que cuenta con 30 años de experiencia y llevaba uno operando en esa línea, deberá comparecer en el juzgado semanalmente y tiene que devolver su licencia de conductor durante seis meses, con lo cual queda inhabilitado hasta febrero de 2014. También se le ha retirado el pasaporte por el mismo periodo de tiempo.

El exceso de velocidad a causa de un fallo humano es la principal hipótesis que la policía está manejando en la investigación de las causas del suceso sin esperar a que se conozca el contenido de la caja negra del tren, un aparato que registra la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina. Durante todo el fin de semana, el dispositivo ha permanecido bajo custodia policial a la espera de que el juez pida acceder a su contenido.

Aunque el exceso de velocidad haya sido la causa determinante, hay otras circunstancias que se han señalado como posibles culpables de la tragedia. La que más debate está causando es el sistema de seguridad y de frenada. El instalado en el tramo del siniestro, denominado ASFA, solo permite frenar el tren automáticamente en caso de que este supere los 200 kilómetros por hora. De otra forma, deja en manos del maquinista la decisión de reducir la marcha del convoy, aunque le avise de que circula con exceso de velocidad.

Al margen de las indagaciones a nivel judicial, el Ministerio de Fomento ha puesto en marcha una investigación técnica que deberá establecer las causas y responsables del accidente más allá del exceso de velocidad. El organismo encargado de realizar las pesquisas es la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), creada como órgano independiente del Ministerio de Fomento en 2007. En su último balance anual, de 2011, indica que las investigaciones por descarrilamiento de aquel año duraron una media de 9,29 meses, similar a otros tipos de accidentes, por lo que se espera que las conclusiones a las que se llegue en el caso de la tragedia de Santiago tarden unos nueve meses también.