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Edu ‘El Deseado’ se deja querer

Eduardo Madina mide sus fuerzas ante la presión para presentarse a primarias

Luz Sánchez-Mellado
SCIAMMARELLA

Eduardo Madina (Bilbao, 1976) oye voces. Lleva tiempo escuchándolas, un runrún halagador pero tan exagerado, en su opinión, como para hacer oídos sordos. Últimamente, son más fuertes, más frecuentes, más relevantes. Tanto como para darse por aludido y plantearse dar un paso que no se muere por dar, precisamente. Las voces le piden que se presente a las primarias del PSOE y tome el testigo de Rubalcaba, un corredor supuestamente agotado, incapaz de ilusionar a la militancia y menos a los votantes. Madina, Edu para todos, se deja querer mientras se debate entre la responsabilidad, la evaluación de sus fuerzas y, quizá, la íntima esperanza de que alguien aparte de él ese cáliz.

El lunes, el diputado Madina, secretario del Grupo Socialista, volvió al Congreso tras una baja por una operación en su pierna izquierda, mutilada desde que, en 2002, cuando tenía 26 años y militaba en las Juventudes Socialistas vascas, ETA colocara una bomba lapa en su Ibiza. Todos los ojos estaban puestos en este tipo alto y flaco, con un aspecto frágil que oculta una voluntad de acero. Esa que le hizo levantar y, aupado por sus mayores, iniciar la meteórica carrera que le ha puesto en esta tesitura. El lunes ya había trascendido que ya no se negaba en rotundo a asumir el reto, como hizo hace un año ante el Congreso de Sevilla en el que Rubalcaba se impuso a Chacón, y en el que él salió impoluto sin mojarse por ninguno. Algunos medios han reaccionado ante tal posibilidad con una lluvia de insultos que da idea del respeto, si no el miedo, que despierta la hipótesis. Madina, impertérrito, se ha limitado a decir que hablará a su debido tiempo. Que "ha decidido pensárselo". ¿Qué ha cambiado durante este año para que ahora se lo piense?

"Se siente más seguro. Interpelado y golpeado por las dificultades que pasa el partido, la certeza de que es la mejor opción para pilotar las transformaciones que necesita esta sociedad en la que los códigos viejos no sirven, y sí, sensible a la presión de quien le pide que se presente", dice un íntimo. La lista de peticionarios crece. En cantidad y calidad. Desde coetáneos de las bases, hasta notables que ven en él el rostro joven, amable y libre del pecado original del Gobierno de la crisis que puede sacar al partido de su actual estado ansioso-depresivo.

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Debe de ser difícil para un cachorro elegir entre papá y mamá. Entre Felipe González y Zapatero, que le espolean. Rubalcaba, que no se ha descartado, Y, sobre todo, Patxi López, mucho más que su padre político, el amigo del alma con quien vivió peligrosamente los años de plomo de ETA, que tampoco ha dicho que no a acudir a las primarias y que está preparando activamente el camino.

Quienes conocen bien a Madina sostienen que nunca haría nada que perjudicase a López. Jamás mataría al amigo. Pero también saben que, llegado el caso, decidirá, "calibrando su capacidad, sin mirar a nadie, se presente uno o 50 candidatos".

Madina, mientras tanto, cultiva su estilo, con su tabardo y su aire de poeta maldito. Ya apuntaba maneras de chico, cuando se lo ligaba todo en los Alevines Vascos, los campamentos del PSE donde le enviaban sus padres, inspector de obras y administrativa. Tras el atentado, tuvo que rehacerse. No le faltó ayuda de los suyos. Rosa Díez, entonces eurodiputada socialista, se lo llevó de asesor a Bruselas, donde conoció a la madre de su hijo Unax, de cinco años, por quien ha dejado de ser habitual en los conciertos más indies. Zapatero también se fijó en él y lo señaló como uno de sus delfines. Pero no solo de estilo vive un político.

Su amiga e hipotética rival en la hipotética carrera, Carme Chacón, se deshace en elogios: "Es un hombre de hoy, comprometido, preparado, capaz de leer una sociedad compleja y de aportarle respuestas". A Susana Díaz, secretaria de organización del PSOE andaluz, le complace que "haya banquillo, aunque lo mismo se podría decir de otros". Pero su íntimo y colega en los Alevines, Mikel Torres, alcalde de Portugalete, es más directo. "Está verde, y lo sabe. Le falta el punto de ordeno y mando porque no ha ejercido poder. Edu va a ser un gran líder, pero igual le conviene esperar un poco".

Dice quien le conoce que la idea del PSOE de Madina pasa por "establecer nuevos miedos, nuevos límites. Atreverse a mover las fronteras para responder a nuevos retos". Puede que lo que necesite Edu para subir el "K-2" sea vencer sus miedos propios.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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