El PP desoye a la oposición y a los afectados por la hipoteca en el Congreso
Los populares aprueban solos un anteproyecto que no incluye la dación en pago
No arrugarse, dar la cara, explicar lo que se está haciendo... Estas recomendaciones de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, a puerta cerrada, ante el Grupo Parlamentario Popular, han surtido efecto. Lo demostraron este martes el portavoz del grupo, Alfonso Alonso, y el portavoz de Economía, Vicente Martínez Pujalte, que defendieron con arrojo el anteproyecto que acababa de aprobarse en ponencia, solo con los votos del PP, sobre hipotecas y desahucios. Este miércoles se aprobará en el Congreso la Ley de Protección de los Deudores Hipotecarios, de reestructuración de las deudas hipotecarias y de alquiler social. Después irá al Senado y previsiblemente en menos de un mes, entrará en vigor.
Todos los grupos votaron en contra, porque estiman que el texto se queda muy lejos de lo que necesitan los miles de desahuciados por impago de su deuda hipotecaria; muy lejos de lo que se hace en otros países europeos, en los que se les da una segunda oportunidad, y muy lejos de las demandas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, plasmada en la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que llegó al Congreso con el aval de casi 1,5 millones de firmas.
Según Martínez Pujalte, el espíritu de la plataforma está en el texto, aunque no la letra: “El proyecto recoge el espíritu de la iniciativa popular, pero si lo que se pretende es la dación en pago retroactiva para que cualquier ciudadano, aunque tenga capacidad de pago o patrimonio, pueda quitarse la hipoteca dando el piso, no es lógico”.
La mayoría de los grupos parlamentarios hicieron suyos los puntos esenciales de la iniciativa popular —dación en pago, paralización de los desahucios y viviendas sociales de alquiler—, aunque todos intentaron enriquecerla con numerosas enmiendas.
La última ha sido del PSOE, cuya portavoz de Vivienda, Leire Iglesias, ha defendido una enmienda calcada del decreto ley del Gobierno de Andalucía —de coalición entre PSOE e IU— que permite la expropiación temporal a los bancos de pisos que han pasado a su propiedad después de desahuciar a sus iniciales propietarios por no hacer frente a los pagos de la hipoteca. Esta defensa ha llevado al portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, a ironizar sobre el papel político de los socialistas. “El PSOE ha pasado a ser la marca blanca de Izquierda Unida, mientras que nosotros nos dedicamos a solucionar los problemas de los ciudadanos”. Según Pujalte, eso es lo que ha hecho el PP con el anteproyecto, fruto de la fusión entre la iniciativa popular y el decreto del gobierno “y la aceptación de muchas enmiendas de la oposición”.
No lo ven así los demás grupos, que terminaron la reunión de la ponencia reprochando al PP la utilización del “rodillo” para “diluir”, cuando no “suprimir”, la iniciativa popular. Lo dijeron Leire Iglesias, del PSOE; Joan Coscubiela, de ICV; Pedro Azpiazu, del PNV; y Olaia Fernández Dávila, del BNG. Mientras la diputada de CiU Lourdes Ciuró se batía dentro de la ponencia en defensa de sus enmiendas, su portavoz, Josep Antoni Duran, pedía al PP que diera marcha atrás y buscara el consenso con la oposición sobre una ley que debe dar respuesta “a un drama social de gran magnitud”.
Esa respuesta no la tendrán los afectados porque el PP “está secuestrado por los bancos”, según apreciación de Joan Coscubiela, de ICV. “Si el PP se obceca en cerrar el problema en falso, nosotros traeremos el problema al Parlamento”, avisó.
El PP defenderá este miércoles que este Gobierno es el único que ha planteado soluciones a la durísima ley hipotecaria española; lo que es cierto, aunque sea insuficiente para la oposición y para los afectados por la hipoteca.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.