El PP devuelve a Bárcenas todas sus pertenencias, salvo dos ordenadores
El extesorero envió el jueves a una persona a la sede popular sin lograr lo que pedía
El extesorero nacional del PP Luis Bárcenas, imputado en el caso Gürtel por blanqueo de capitales y cohecho, no ha conseguido recuperar los dos ordenadores portátiles que supuestamente guardaba en la sede nacional de esta formación, a la que acudía regularmente hasta el pasado febrero, cobrando un salario anual de 250.000 euros brutos, la nómina más alta pagada en Génova, 13.
Bárcenas ha demandado al Partido Popular por despido improcedente y maltrato laboral. Además, presentó hace tres semanas una denuncia en comisaría contra el asesor jurídico del PP por el supuesto robo de dos ordenadores de su propiedad y otras pertenencias que guardaba en la sala Andalucía, un espacio situado en la tercera planta del edificio que utilizó en exclusiva en los últimos años.
En el frustrado acto de conciliación entre Bárcenas y el PP que se celebró la semana pasada, el extesorero reclamó una indemnización por despido de 905.253 euros y desmintió la versión dada por esta formación sobre que había sido despedido dos años antes y se le estaba pagando un finiquito diferido en 24 mensualidades.
El Partido Popular devolvió el pasado jueves a una persona enviada por el extesorero Luis Bárcenas las pertenencias que le quedaban en la sede nacional, pero se negó a entregar los dos ordenadores al considerar que su exempleado no había acreditado la propiedad de los mismos.
El extesorero mantiene con su partido una descarnada batalla judicial desde que la Audiencia Nacional destapó, en enero pasado, la fortuna de Bárcenas en el extranjero —llegó a tener hasta 38 millones de euros— a raíz de la información remitida por las autoridades bancarias suizas.
El PP decidió romper definitivamente su relación laboral con Bárcenas el 31 de enero pasado, el mismo día que EL PAÍS publicó la contabilidad manuscrita que llevaba el extesorero, donde apuntaba donaciones empresariales, con cantidades que vulneraban la Ley de Financiación de Partidos Políticos, y pagos periódicos a los miembros de la cúpula del PP, que todos ellos negaron.
Mucho antes de este desencuentro, agravado en los últimos días entre demandas y declaraciones, Bárcenas había sacado de la sede del partido nueve cajas con documentación. Lo hizo en vísperas de que el Supremo le imputara en el caso Gürtel, en julio de 2009. En aquella etapa, el extesorero del PP se quejaba del trato que le daba el partido en comparación con otros dirigentes también imputados en el caso Gürtel. El extesorero insinuó entonces a diversos dirigentes de su partido que él guardaba información comprometedora sobre las finanzas de la formación conservadora que había controlado, primero como gerente y más tarde como tesorero, desde 1990.
En la dirección del PP cohabitan dos sensibilidades en relación con el trato que hay que dar a Bárcenas. Por un lado, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, aplica mano dura contra el extesorero; de otro, algunos dirigentes que mantuvieron una estrecha relación con Bárcenas hace años y que ahora buscan una salida pacífica para evitar la reacción del extesorero.
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