Aznar pide a las instituciones que reaccionen y evita hablar de la guerra

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, evitó anoche hablar de la guerra de Irak y de su balance tras diez años en un acto público en Madrid. Aznar eludió así las preguntas de los periodistas sobre ese asunto, tanto a la entrada como a la salida de la presentación del libro El Arte de emprender del exvicepresidente de Perú, Raúl Diez Canseco, pero sí quiso arremeter contra los que cuestionan en estos momentos la actividad política y las instituciones en general.

Javier Couso, el hermano del cámara de televisión José Couso asesinado en esa guerra, defendió ayer en otro acto en Mallorca que esa muerte no fue un accidente laboral, y acusó al Gobierno de Aznar de “mirar para otro lado”.

Aznar no entró ayer en esos asuntos y exigió a las instituciones públicas que cuentan con un mandato político que “reaccionen” para luchar contra la pérdida de “ejemplaridad, transparencia y valor normativo de la Constitución”. También las emplazó a que se afiancen ante las “ensoñaciones del nacionalismo radicalizado, las soflamas del populismo y la nostalgia callejera de los revolucionarios imposibles”. El expresidente lanzó otro comentario contra la fuerte presión social que está habiendo en España ante los casos de corrupción: “Más de uno se propone convertir la crisis en una rampa deslizante de desorden social en el que todo valga. Es inaceptable que los políticos no puedan ejercer su tarea de representación y dirección con libertad y sin presiones”.