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La Asociación de Tropa y Marinería pide mejoras en la conciliación familiar

La organización pide que se estudie individualmente cada caso La agrupación aboga por la exoneración de guardias o maniobras a familias monoparentales

María Sosa Troya
Protesta en 2010 contra la ley de derechos y deberes de las Fuerzas Armadas.
Protesta en 2010 contra la ley de derechos y deberes de las Fuerzas Armadas.C. Álvarez

Una militar separada y madre de tres hijos llamó hace unos días, muy preocupada, a Juan Carlos Tamame, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) —que se creó hace apenas un año y cuenta con 750 miembros— para contarle que debe incorporarse en el próximo relevo a Afganistán. Problemas como este son los que quiere evitar la ATME, que ha solicitado al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas que aplique medidas que mejoren la conciliación de la vida familiar y profesional de los 80.000 integrantes del contingente. Entre sus peticiones destaca la creación de comisiones formadas por al menos tres personas de distintas escalas profesionales que estudien, de forma individualizada, la reducción de jornada o los traslados en los casos de familias monoparentales.

La ATME percibe un desfase entre sus derechos laborales y los del resto del personal civil, "sobre todo de los funcionarios" —esa es la categoría que tienen los militares en cuanto a régimen económico— y quieren que se equiparen sus condiciones. Ni más ni menos. Por ello, dado que en las próximas semanas se reunirá el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, han aprovechado para remitirle sus peticiones. El 17% de los 130.000 soldados son mujeres, explica Tamame: "Son muy comunes los matrimonios que comparten trabajo. Si sus fechas de guardias de 24 horas o de maniobras coinciden, supone un perjuicio para la unidad familiar, ya que el cuidado de los hijos pasa a depender de terceras personas".

Tamame, con 30 años de experiencia en el cuerpo, apela al sentido común. Sabe que las funciones y condiciones de trabajo de los militares no pueden equipararse totalmente a las del personal civil, pues incluyen misiones humanitarias, guardias o traslados. El presidente de la ATME considera, no obstante, que no es conveniente incurrir en generalizaciones y que la vida laboral de los soldados no debe depender tan directamente del jefe de unidad. "Normalmente se respetan las obligaciones familiares, pero hay veces en que se prima el quehacer diario a los asuntos personales", relata.

La ATME propone que las reducciones de jornada puedan solicitarse cuando el deba hacerse cargo de una persona mayor, de un niño menor de 12 años, cuando sea progenitor o tutor de forma monoparental o cuando tenga que encargarse del cuidado de un familiar —"de hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad"— que no pueda valerse por sí mismo. En estos casos, el militar quedará exonerado de la realización de guardias, servicios, maniobras o actividades que, en su lugar de destino, interfieran con el horario reducido.

La asociación también sugiere que en las unidades haya nombrada una comisión de evaluación para la concesión y modificación de la reducción de jornada, y que los progenitores divorciados o separados con hijos menores de 12 años que tengan un régimen de visitas establecido sean exonerados de guardias o maniobras, en caso de que estas impidan el cumplimiento del mismo. Para Tamame, es fundamental que cada caso "se estudie minuciosamnete y se le dé una solución individualizada".

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Sobre la firma

María Sosa Troya
Redactora de la sección de Sociedad de EL PAÍS. Cubre asuntos relacionados con servicios sociales, dependencia, infancia… Anteriormente trabajó en Internacional y en Última Hora. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y cursó el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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