Desarticulada una red que simulaba registros judiciales para robar en casas
La Guardia Civil ha detenido a seis personas, entre ellas dos policías locales y un militar
Las víctimas de la banda desarticulada esta semana por la Guardia Civil en la denominada Operación Agüelo difícilmente debieron percibir que les estaban engañando cuando la policía judicial se presentó en sus domicilios para realizar un registro.
Un grupo de hombres se presentaba en sus casas o establecimiento y se identificaban como inspectores de policía o secretarios judiciales. Traían consigo toda la parafernalia que se usa habitualmente en este tipo de registros: inhibidores de frecuencia, scanners y efectivos policiales como placas y carnés identificativos de policía, rotativos, grilletes y bridas, armamento y munición. Por si quedaban dudas, los criminales mostraban mandamientos judiciales con sellos y membretes para probar su derecho al registro. Y les abrían todas las puertas. Ha ocurrido en Albacete, Alicante, Córdoba, Málaga, Madrid y Murcia.
La banda simulaba a la perfección todos los elementos de un registro judicial
Así era la forma de operar de esta organización criminal, que simulaba a la perfección registros judiciales para robar en domicilios o locales, en los que creían que había grandes cantidades de dinero en metálico o de drogas.
La banda estaba integrada por cinco personas, entre ellos dos policías locales y un militar, que han sido detenidos. Estos últimos utilizaban su formación profesional y experiencia para dotar del máximo realismo a todos los aspectos del "registro". Además, ha sido detenida una sexta persona, que no integraba la banda, pero sí por tráfico de drogas.
Durante la operación, en cinco registros, los agentes se han incautado de grandes cantidades de armas y munición, 12.000 euros en efectivo, documentos públicos falsificados, equipos informáticos y material policial de todo tipo. A los detenidos se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas, usurpación de funciones públicas, falsificación de documento público y robo con intimidación.
Las detenciones se han realizado en Murcia, Molina de Segura (Murcia) y Orihuela (Alicante). Los policías locales son de las localidades de Albanilla y Aledo, ambas de Murcia. El militar detenido es un cabo primero del Ejército del Aire.
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