CiU mueve ficha para romper con el PP en la Diputación de Barcelona

El matrimonio bien avenido en el que se convirtieron Convergència i Unió y el Partido Popular en la pasada legislatura en Cataluña (el PP aprobó todas las medidas importantes del Gobierno de Artur Mas) se ha roto y no hay atisbo de que las relaciones entre ambos partidos se recuperen a corto plazo. Los populares están en pie de guerra por la decisión de Mas de convocar una consulta por la autodeterminación, y los nacionalistas consideran rotos todos los puentes con los populares tras la dura campaña electoral y las últimas decisiones del Gobierno, como el borrador de ley de educación que prepara el ministro José Ignacio Wert.

CiU ha escogido a Esquerra Republicana (ERC) como compañero de viaje en esta legislatura. Pero conserva de su pacto anterior el Gobierno de la Diputación de Barcelona y la alianza en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, que controla los medios públicos, en la que el PP ocupa una vicepresidencia ejecutiva. El secretario general de Convergència, Oriol Pujol, anunció el martes un “periodo de reflexión” sobre estas alianzas. Y ayer se concretó en un acercamiento de CiU con el Partit dels Socialistes (PSC) para echar al PP del gobierno de la Diputación de Barcelona.

El presidente del ente provincial, Salvador Esteve, confirmó ayer en una entrevista a Catalunya Informació que el pacto con el PP, si bien todavía está “intacto”, está abierto a reflexión. Por ello no descartó un pacto en el gobierno provincial que, además de ERC, incluya al PSC.

Recogió el guante el primer secretario socialista, Pere Navarro, que abrió la puerta a negociar con CiU en la Diputación. “El PSC evidentemente está dispuesto a hablar sobre el gobierno de estos organismos. Lo que tenemos que ver primero es que se produzca la rotura del pacto, y a partir de aquí iniciar conversaciones”; sentenció en una entrevista a Europa Press, en la que matizó: “Después tenemos que negociar los programas y ver si son compatibles”.

ERC considera que CiU debe romper sus pactos con el PP por “coherencia”. No es una exigencia explícita en las mesas de negociación entre ambas formaciones, pero los republicanos no esconden que pactar con ERC para hacer una consulta por la autodeterminación y a la vez comandar una institución tan importante como la Diputación de Barcelona con el PP es “incompatible”.

Las conversaciones entre republicanos y nacionalistas siguen, todavía sin avances de calado. Los equipos de negociación —hay dos mesas, una para tratar la consulta independentista y otra para lograr un pacto en los Presupuestos de 2013— se han citado durante este puente festivo. Según fuentes de ambas formaciones, no hay prisa para el acuerdo, que se quiere cerrar con la mayor concreción posible. CiU quiere garantizarse una legislatura tranquila y ERC pretende asegurar que la consulta se hará. Por ello pide un calendario claro que fije la hoja de ruta del referéndum, que los republicanos desean en 2014. Peleará también por ello la Asociación de Municipios por la Independencia, comandada por el alcalde de Vic Josep Maria Vila d'Abadal (de CiU, aunque acaba de darse de baja de Unió). La asociación remarcó ayer que si el Gobierno catalán no tira adelante la consulta “el proyecto se impulsará desde los Ayuntamientos”.

En paralelo, Unió y Convergència liman las asperezas surgidas en la federación nacionalista por el mal resultado electoral del 25-N. La reunión entre Mas y el democristiano Josep Antoni Duran i Lleida sirvió para capear el temporal. Según fuentes nacionalistas, el presidente catalán remarcó en la ejecutiva de Convergència que Duran y él coinciden en la estrategia de pactar con ERC y convocar la consulta. Hubo críticas a las palabras del democristiano contra la independencia, pero muchas más fueron las voces que hicieron autocrítica por los malos resultados.