El empresario a la policía: “Me derrumbé y tuve que meterme en una sala a llorar”

Miguel Ángel Flores, el organizador de la fiesta de Halloween en el pabellón Madrid Arena en la que murieron cuatro jóvenes, está declarando desde las diez de la mañana ante el titular del juzgado de instrucción número 51 de Madrid, Eduardo López Palop. Dos abogados han anunciado que pedirán para él prisión incondicional cuando termine la declaración y la Fiscalía ha anunciado que de momento no lo hará. Es la primera vez que Flores comparece ante el juez para dar su versión sobre el siniestro que segó la vida el pasado 1 de noviembre a cuatro jóvenes y mantiene herida de gravedad a una quinta.

Después de la tragedia, la policía interrogó a Flores. El gerente de Diviertt, organizadora del trágico evento, dijo a la policía sobre el momento en el que le informaron de las muertes: “Me derrumbé y tuve que meterme en una sala aparte para poder llorar; no podía seguir en pie”. Flores, de 43 años, precisó que trabaja con la sociedad Espacios y Congresos, dueña de Madrid Arena y dependiente del Ayuntamiento de Madrid, desde 2004 y que desde entonces suele celebrar unos cinco eventos cada año.

Además, aseguró que la víspera de la fiesta de Halloween se reunió con su equipo para comprobar “minuciosamente” tanto las medidas de seguridad del recinto como el acto en sí. Señaló también a la policía que “contrató un servicio médico para cubrir el evento con el cual lleva trabajando desde el año 2000”. “Soy la primera persona a escala nacional que cubre sus eventos musicales con un servicio médico, que está compuesto por dos médicos, dos enfermeros, una UVI móvil y dos ambulancias”, dijo.

Según Flores, la empresa municipal Espacios y Congresos le informó de que el aforo del recuento Madrid Arena era “12.000 personas máximo”. Además, dijo que puso a la venta unas 7.000 entradas a través de dos establecimientos llamados Ticktackticket’ y Ontickets.es”. Flores agregó que unas 800 entradas fueran vendidas a través de sus relaciones públicas, de las que 500 se entregaron a través de ventanilla. “Ya no vendimos más entradas porque éramos conscientes de que a través de invitaciones de patrocinadores y relaciones publicas había pedidas otras 1.000 entradas más, entradas que se pueden comprobar porque cada una de ellas son invitaciones nominales y existe un listado de las mismas. Por lo tanto, y de forma muy aproximada, podríamos hablar de que se expidieron unas 9.650 entradas en total”, declaró Flores a la policía.

Según su testimonio, el día de los hechos, tras ser avisado por sus empleados de que se había producido un incidente, bajó a la enfermería y observó a tres mujeres jóvenes tumbadas en el suelo y sobre ellas personas realizándoles maniobras de reanimación pulmonar. "Me puse en contacto con el doctor Simón Viña, la persona responsable del servicio medico contratado para el evento, y este me dijo que no podía recuperarlas, que había llamado al SAMUR y que una de ellas estaba muerta”.

El empresario explicó también que el personal de seguridad le había informado de que momentos antes se había producido una avalancha dentro del recinto, “porque alguien había tirado unos petardos en la sala y que, al salir la gente hacia los vomitorios, algunas personas habían quedado aplastadas”. Después, agregó en la declaración, “pregunté al doctor Viñal cómo iba todo y me dijo que habían muerto tres jóvenes y que se habían llevado a dos muy graves a diferentes hospitales de Madrid. En ese momento me derrumbé y tuve que meterme en una sala aparte durante un tiempo para poder llorar porque no podía seguir en pie. Allí estuve hasta que llegaron unos policías buscándome y preguntando por mí”.