Patxi López ratifica que se presentará a la reelección para seguir liderando el PSE

Con una reivindicación expresa y orgullosa de la labor de su Gobierno y una autocrítica reducida a la incapacidad de movilizar a su electorado “en la medida necesaria”, Patxi López hizo ayer su primer análisis público detallado de los resultados del 21-O. Una reflexión tras la pérdida de nueve escaños y más de 106.000 votos que inició ayer la ejecutiva, continuará el próximo martes en un Comité Nacional y tendrá su principal expresión en un congreso que el PSE celebrará a comienzos de 2013.

López ratificó en una rueda de prensa que presentará en ese congreso su candidatura a la reelección como secretario general del PSE, buscando de esta forma exhibir que, al menos por ahora, su futuro político se encuentra en Euskadi y rebajar lo que tildó de “sopa de rumorología” sobre el mismo.

De ese futuro, convertido en una de las claves del panorama que se le presenta al PSE tras su serio descalabro del domingo, lo único claro es que el ya lehendakari en funciones recogerá su acta como parlamentario electo alavés y participará en el debate de investidura. En ese debate no presentará su candidatura frente a la de Iñigo Urkullu —“los ciudadanos han sido muy claros situando al PSE en la oposición”, asumió— y al menos hasta el congreso, en que “se definirá absolutamente todo”, mantendrá su escaño.

¿Estará cuatro años en la Cámara vasca? “Cogeré el acta para seguir adelante con mi compromiso en Euskadi”, respondió López a EL PAÍS. ¿Eso quiere decir los cuatro años de la legislatura? “Eso quiere decir lo que acabo de decir”, se limitó a contestar, dejando el interrogante abierto.

López evita un compromiso

Respecto a su paso a la Cámara alta como senador autonómico, puesto en el que le sitúan muchos de sus compañeros tanto en Euskadi como en Madrid, sostuvo que no se lo ha “planteado”.

El desastre electoral socialista tanto en Euskadi como en Galicia ha reabierto en el PSOE el debate sobre las bases de su proyecto y sobre la propia continuidad de Alfredo Pérez Rubalcaba a su frente. López salió en defensa del responsable de la ejecutiva a la que él mismo pertenece: “Lo que no necesita el PSOE en estos momentos es un conflicto interno ni una lucha de intereses interna”, sostuvo, y menos cuando han pasado apenas ocho meses de su elección como secretario general en el congreso de Sevilla.

En respaldo de su propio legado en Ajuria Enea mantuvo que precisamente la labor del Gobierno “ha servido de freno” a la caída del partido. Sin esa gestión del Ejecutivo la caída de votos hubiera sido mayor, vino a apuntar.

De cara a la legislatura que se inicia, López aguarda todavía una llamada de Iñigo Urkullu para abrir un diálogo. Hasta el momento, la única conversación entre ambos ha sido la llamada que López hizo al presidente del PNV en la misma noche del domingo para felicitarle por su triunfo, según señalan fuentes socialistas.

El PSE no ve factible que vaya a salir nada de ese diálogo. En cualquier caso, López dejó sobre la mesa una serie de principios que guiarán a los socialistas tanto en esa negociación como en la legislatura. En sustancia, los que han formado el núcleo duro de su oferta electoral: garantía de los servicios públicos, una fiscalidad “justa y suficiente” y evitar duplicidades para buscar un país más eficiente, lo que implica la reforma de la Ley de Territorios Históricos. Como si la campaña no hubiese acabado el líder socialista insistió en que Urkullu sigue sin aclarar de dónde va a cortar mil millones de euros en el próximo presupuesto.