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Robados 290 kilos de cocaína del depósito judicial de droga de Cádiz

Los ladrones abrieron un butrón en un almacén sin personal de vigilancia La policía sospecha de la misma banda que ya ha protagonizado sustracciones similares

Sabían lo que hacían. Los ladrones que este fin de semana sustrajeron 290 kilos de droga de un depósito de estupefacientes de Cádiz pudieron abrir un butrón desde un edificio colindante, inutilizaron las alarmas y desviaron las cámaras de seguridad para evitar ser descubiertos. También conocían que el edificio carecía de agentes que lo custodiaran de manera permanente. De ahí que sindicatos policiales y coordinadoras antidroga denunciaran ayer la “dejadez administrativa”, a pesar de las continuas alarmas puestas sobre los riesgos de acumular los alijos en instalaciones sin las suficientes medidas de seguridad.

Llueve sobre mojado en Andalucía, donde desde 2008 se han producido cuatro robos y han desaparecido 774 kilos de droga de los depósitos oficiales de Sevilla, Málaga y Cádiz, sin que se haya recuperado alijo alguno. También en Barcelona y Valencia ha habido sustracciones similares.

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El robo en Cádiz se produjo en la noche del sábado, aunque no fue hasta ayer cuando se descubrió, según la investigación. El depósito de droga, ubicado en el garaje del parque móvil de la Subdelegación del Gobierno de Cádiz, tenía una puerta acorazada pero sus paredes no estaban reforzadas. Los asaltantes lo sabían y de ahí que consiguieran entrar en el inmueble colindante y abrir un enorme agujero, por el que fueron sacando los fardos. Se llevaron fundamentalmente cocaína, aunque también hachís. El peso sustraído cabe perfectamente en el maletero de un coche, con lo que la huida se pudo realizar sin despertar mayores sospechas.

En el almacén había mucha más droga. De hecho, ese depósito todavía guardaba uno de los mayores alijos de cocaína de los últimos años: las tres toneladas encontradas en el barco SV Nikolai, asaltado por los GEO en alta mar, y llevadas hasta el puerto gaditano. En ese almacén se guardaban fundamentalmente las incautaciones del Cuerpo Nacional de Policía en la bahía gaditana. En otros puntos de la ciudad almacenan sus aprehensiones la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera.

Los investigadores sospechan que se trata de una banda especializada porque supieron inutilizar las alarmas sonoras y también desviaron las cámaras del interior del depósito para evitar que sus imágenes pudieran ser capturadas. Los ladrones se aprovecharon de que el lugar no contaba con personal de seguridad. Ni policías ni agentes privados. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) reveló que el pasado 20 de diciembre, en una reunión con altos cargos de la comisaría y de la Subdelegación del Gobierno, se acordó que este almacén debía contar con mayor vigilancia. Así se decidió tras el entonces reciente robo de droga en un depósito similar del puerto de Málaga. Según el SUP, se contrató a un vigilante pero meses después se suprimió. Cuando el sindicato exigió explicaciones, los responsables de la comisaría achacaron la decisión a los dirigentes de Sanidad Exterior, gestor del inmueble donde se encuentra el depósito. El SUP cree que habido “una dejadez de las administraciones”.

La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, resaltó el riesgo asumido: “El Gobierno de España, el Ministerio del Interior y el Consejo General del Poder Judicial trabajar para buscar la fórmula que permita reducir el volumen de droga que se debe custodiar en estos depósitos hasta que se resuelva el proceso judicial”. En realidad, es lo mismo que cada delegado del Gobierno ha dicho inmediatamente después de cada robo de droga producido en Andalucía en los últimos años.

La fiscalía y las coordinadoras antidroga reclaman desde hace años que las grandes incautaciones puedan ser destruidas con carácter urgente y solo se reserve una pequeña parte como prueba de los casos abiertos. Pero la realidad es otra, y los almacenes, sin las garantías suficientes de seguridad, guardan ingentes cantidades de droga hasta que llegan las sentencias firmes tras años de retrasos.

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