La corrupción que nació en un burdel
Los casos Pokémon, Campeón y Carioca tienen en común personajes y lugares La red de supuestos sobornos a políticos dejó rastro en un prostíbulo de Lugo
Decenas de mujeres sudamericanas, de origen muy pobre y con una corta pero malograda vida a sus espaldas, fueron las primeras testigos de una gran maraña de presunta corrupción empresarial, política y policial destapada en los últimos años en Galicia por dos juezas de Lugo. Por la barra y las habitaciones del Queen’s, un burdel ubicado en un polígono industrial de la capital lucense, corría desde hace años el dinero de contratas y ayudas públicas obtenidas supuestamente a base de sobornos a políticos de PP, PSOE y BNG. Es en este antro frecuentado por policías y guardias civiles donde las vidas de los imputados en el sumario de la Operación Carioca se cruzan con las de personajes clave de otras dos operaciones anticorrupción: la denominada Campeón, que mantiene imputado al exministro socialista José Blanco y a varios cargos de la Xunta aún en sus puestos, y la Pokémon, un caso que acaba de estallar a menos de un mes de las elecciones gallegas.
El Queen’s era el centro de operaciones de José Manuel García Adán, un proxeneta de larga trayectoria en Galicia, que llevó su negocio de prostitución a Lugo después de engordarlo en clubes de carretera de Pontevedra. El burdel le valió a Adán, ahora encarcelado, para cultivar unas excelentes y rentables relaciones con policías, políticos y empresarios de Lugo. A Adán se le levantaban multas de tráfico, se le asfaltaban con celeridad los accesos, se le pasaba información sobre atestados policiales y se le resolvían problemas con las licencias municipales o con los papeles de las inmigrantes que tenía bajo sus órdenes.
Fueron esas connivencias, bien engrasadas por la diligencia o pasividad de funcionarios, agentes o cargos de la Administración, las que hicieron estallar el caso Carioca. Y no por casualidad esta abultada investigación contra la explotación sexual de mujeres y la corrupción policial que arrancó en 2009 está dirigida por Pilar de Lara, la misma juez que a menos de un mes de las elecciones autonómicas ha ordenado detener a 23 personas dentro de la Operación Pokémon, entre ellos dos alcaldes —el de Ourense, Francisco Rodríguez (PSOE), y el de Boqueixón, el histórico dirigente del PP Adolfo Gacio—, varios concejales y muchos directivos empresariales.
El Queen’s lo dirigía un proxeneta que recibía favores de la Administración
Cliente habitual del Queen’s era, según el testimonio de las mujeres prostituidas en el club, Jorge Dorribo, el presunto cerebro de la trama de fraude de subvenciones y cohecho bautizada como Operación Campeón y que instruye otra juez de Lugo, la titular del Juzgado de Instrucción número 3, Estela San José. Dorribo —que con sus declaraciones judiciales y conversaciones telefónicas ha implicado en laCampeón al exministro de Fomento José Blanco y salpicado al secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Oriol Pujol— sacaba tajada como empresario de la compraventa de sexo en el burdel lucense. Su empresa farmacéutica Nupel, beneficiada con millonarias subvenciones de la Xunta que son ahora investigadas en el marco del sumario de la Campeón, suministraba al Queen’s un kit de condón y sábana por el que las mujeres que estaban en el club bajo la bota de Adán pagaban entre tres y cinco euros.
También frecuentaba el prostíbulo del polígono lucense de O Ceao Javier Manuel Reguera, un cobrador de la ORA de Lugo sorprendentemente reconvertido en exitoso especulador inmobiliario y que ha sido encarcelado dentro del caso Pokémon acusado de cohecho y blanqueo. Reguera es copropietario de la parcela y el edificio donde se levanta el prostíbulo y fue señalado por las prostitutas como un habitual de la barra del burdel. Las sospechas sobre el enriquecimiento de este funcionario municipal dedicado a comprar y vender casas durante la tramitación del plan urbanístico de Lugo fueron las que centraron la atención de la juez en un político socialista muy relacionado con él y que esta semana fue enviado a prisión acusado de cohecho, blanqueo, tráfico de influencias y prevaricación: el expresidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y exconcejal socialista de Urbanismo en Lugo, Francisco Fernández Liñares.
Eran habituales del club dos imputados clave en las tramas corruptas indagadas
Tras ser detenido el pasado día 20, Liñares, cuya foto aparecía ya en los álbumes de reconocimiento que se mostraban a los testigos del sumario de la Carioca, aportó a la juez una larga lista de empresarios que supuestamente pagaban sobornos a políticos en Galicia para lograr contratos públicos. Su testimonio ha disparado las detenciones de la Operación Pokémon.
Pero las tramas Carioca, Campeón y Pokémon no comparten solo personajes atraídos por las noches en el burdel Queen’s. Jorge Dorribo, en su afán por relacionarse con el mayor número de peones del poder en Lugo, fundó un club gastronómico bautizado como Acción&Klasse. Tenía su base en un restaurante lucense llamado Tempo, donde hacían uso de un comedor reservado. La exclusividad de aquellas reuniones hizo correr por Lugo rumores sobre el tipo de fiestas en las que derivaban aquellas degustaciones gastronómicas y cómo ponían en duda la reputación de sus miembros.
Según se puede leer en sus estatutos, entre los miembros fundadores del Acción&Klasse está Manuel Santiso González, dueño de la Constructora Sanle, adjudicataria de obras públicas en Lugo. Este empresario es asimismo copropietario de la finca y el edificio del Queen’s junto con Javier Manuel Reguera y otro de los imputados en la Operación Pokémon. Además de Dorribo y Santiso, la lista de promotores del Acción&Klasse incluye a dos imputados en el caso Campeón —el exconsejero de Industria de la Xunta Fernando Blanco (BNG), y el vicepresidente de la empresa Azkar José Antonio Orozco— y a uno de la Carioca —el exsubdelegado del Gobierno en Lugo Jesús Otero—. Completan el elenco de fundadores de esta asociación “sin ánimo de lucro” otros 35 nombres. Entre ellos no hay ninguna mujer.
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