Detenido en Mahón un ex empleado forestal que causó 12 incendios en 3 meses
El arrestado prendía velas en el monte y causó fuegos en Mallorca y Menorca
En tan solo tres meses provocó hasta 12 incendios forestales en dos islas, en Mallorca y Menorca, puso en jaque a los servicios de extinción y alarmó a parte de la población. Un antiguo empleado de la empresa estatal de trabajos forestales y contraincendios, Tragsa, Francisco Javier M. M., de 40 años, natural y residente en la isla Mallorca, fue detenido en Menorca el pasado domingo y anoche el juez lo mandó a prisión, sin fianza, acusado de reiterados delitos de incendios. El arrestado ha confesado la autoría de los siniestros que prendieron en zonas boscosas y residenciales en la isla de Menorca (cuatro) y Mallorca (ocho), de un extremo a otro de la geografía entre julio y septiembre. Viajaba entre las islas para visitar a su novia.
El sospechoso dejó de trabajar como maquinista en la empresa de montes Tragsa en 2007 y, según distintas fuentes, no trabajó en la lucha contra el fuego. Como pirómano confeso tenía un patrón de actuación, buscó “zonas de escaparate” para sus incendios, cerca de urbanizaciones y carreteras y “provocó situaciones de mucho peligro a personas”, ha explicado un responsable de los servicios antiincendios baleares. Puso en riesgo a residentes en urbanizaciones y causó gran tensión por la reiteración de los siniestros entre los equipos de los servicios forestales.
El pirómano está relacionado con los fuegos cerca de zonas turísticas y de gran valor natural de Bendinat, Son Vida, en Palma; Peguera, Calvià, Andratx, Son Servera, Capdepera, Bunyola y Sant Salvador de Felanitx. en la isla de Mallorca . En Ferreries, Es Mercadal y Ciutadella en Menorca. Tras su detención –en la noche del domingo- confesó a los investigadores su actuación criminal en los 13 incendios dispersos y distantes que han arrasado este verano buena parte de Menorca y Mallorca.
El relato conocido sobre la autoría nace de las versiones recogidas en una nota de la Guardia Civil y de las declaraciones públicas del delegado insular del Gobierno, Antoni Juaneda, y del consejero de Medio Ambiente, Biel Company.
En apenas cinco días, entre el 10 y el 14 de septiembre, en horas de mucho viento del norte, comenzaron sus últimos actos criminales conocidos, en Menorca, en un espacio de tiempo reducido y en lugares no muy alejados.
El pirómano, con la carga de su experiencia en las zonas de monte, según la versión conocida, usó un método eficaz para sus acciones criminales: una vela, una lumbre lenta, protegida entre ramas y matorrales, que le aseguraba una salida rápida del lugar; la cera o parafina al fundirse le aseguraban la creación de un foco de fuego. No se descarta que manejara otras sustancias retardantes.
Los agentes forestales y los guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza que seguían al sospechoso contaron con la colaboración ciudadana. El automóvil del pirómano –reconocido en distintas carreteras cercanas a los siniestros de Menorca- ayudó a su identificación. Además, fue objeto de seguimiento por las Fuerzas de Seguridad del Estado y las policías locales de Menorca para acumular sospechas e indicios de su responsabilidad.
En los últimos fuegos intencionados de Menorca se destruyeron 32 hectáreas de bosque. El fuego amenazó el complejo turístico de la urbanización de Son Parc –que tuvo que ser desalojado- y en el caso de Sa Costa obligó al cierre temporal de la carretera Mahón-Ciutadella, la vía central de Menorca.
Los agentes forestales del Gobierno balear cooperaron en la acumulación de indicios. "Es una sensación de alivio y de dejar de afrontar el riesgo de grave peligro ante incendios provocados", ha comentado uno de los responsables.
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