“La ayuda la ingresan tarde. Nunca sabes cuándo”
Patricia Espinar ha intentado hacer cursos del Plan Prepara pero no le han llamado de ninguno
Patricia Espinar, madrileña de 35 años, es licenciada en Periodismo y con diez años de experiencia en medios audiovisuales regionales y nacionales. En febrero le reconocieron la ayuda de 400 euros del Plan Prepara después de que agotara el paro. Otra cosa es que la cobre. “Te la ingresan tarde. Nunca sabes cuándo”, se queja.
El primer pago le llegó el 12 de abril, con un mes y medio de retraso, pues tendría que haberlo cobrado en marzo. Desde entonces le han ingresado la ayuda otras tres veces. La última, en junio. “En julio no he cobrado”, dice. Ante la imposibilidad de seguir pagando su alquiler en Madrid ha vuelto hace unas semanas a casa de sus padres.
Espinar empezó a sospechar que algo no funcionaba bien cuando en junio acudió a su cita mensual para que un asesor le orientase sobre cómo buscar trabajo. “Habían echado a toda las personas de la oficina que se encargaban del Plan Prepara”, recuerda. Así que firmó su asistencia, indispensable para recibir la ayuda, y se marchó.
La periodista cree que el Plan Prepara está pensado para personas que no tengan formación universitaria. "No hay cursos para licenciados", explica. Ella se apuntó a seis, la mayoría para mejorar su inglés o refrescar el uso de algún programa informático. “No me han llamado para hacer ninguno”, explica.
Desesperada ante la falta de oportunidades y sin dinero, Espinar ha decidido marcharse a Londres a trabajar en un restaurante de comida rápida. En España se quedará sin ningún ingreso en septiembre. Pese a su situación, la periodista cree otras personas están peor que ella. "Yo tengo una red familiar", dice. "Tampoco tengo hijos", añade. Aunque sí tiene una carga familiar: sus 400 euros los destina a ayudar económicamente a su madre, que cobra una renta mínima de inserción.
En sus visitas a la oficina de empleo, sin embargo, ha comprobado que la mayoría de beneficiarios de la ayuda eran mujeres, muchas inmigrantes y algunas analfabetas. "Tuve que ayudar a una señora que no sabía ni rellenar el papel", recuerda.
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