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El juez envía a prisión solo a uno de los tres presuntos islamistas

Ruz alarga la detención de los otros dos para que la policía busque más pruebas

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz entendió este viernes que por el momento no existen pruebas suficientes para enviar a prisión a dos de los tres supuestos terroristas que, según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, “podrían estar preparando un atentado terrorista en España u otros países europeos”. Ante la falta de evidencias, Ruz solo pudo ayer prorrogar la detención durante 48 horas más —hasta el domingo— de los dos chechenos de nacionalidad rusa arrestados. En ese plazo, los agentes deberán realizar nuevas pesquisas para acreditar su relación con Al Qaeda, que el jueves Interior dio por segura. La policía, según confirman fuentes de la lucha antiterrorista, comprobó este viernes por la noche que las identidades utilizadas por los rusos, Ahmad Avar y Muhammad Adanov, son falsas. El juez sí envió a prisión incondicional al turco Cengiz Yalcin que, según la policía, actuó como facilitador de los otros dos supuestos islamistas y en cuyo domicilio de La Línea de la Concepción (Cádiz) se encontraron 150 gramos de una sustancia presuntamente explosiva.

La decisión de no acordar la prisión es una muestra de la imposibilidad de los agentes de traducir en pruebas concretas los informes de inteligencia en que la policía basa sus acusaciones. Las detenciones se fundamentan en dos documentos facilitados por EE UU y Reino Unido que vinculan presuntamente a uno de ellos, el que se hacía llamar Ahmad Avar, con el grupo armado paquistaní Tarik e Taliban y con un ciudadano iraní detenido en Guantánamo. Ninguno de esos extremos ha podido ser, por el momento, probado. Francia también estaba tras la pista de los dos detenidos rusos, pero fuentes jurídicas francesas señalan que el caso, basado solo en servicios de espionaje, no estaba aún preparado para ser judicializado, lo que ha generado malestar en el país vecino por la actuación española y por el temor de que los arrestos puedan quedar en nada.

Los indicios son más consistentes —aunque tampoco del todo, por el momento— contra el facilitador turco Cengiz Yalzin, un ingeniero que trabajaba desde hace seis años en Gibraltar y cuyo último empleo fue jefe de obra de la constructora y promotora Profield Contractors. Según fuentes de la compañía, entre cuyos principales clientes está el Gobierno gibraltareño, tenía las mejores referencias en el sector de la industria de la construcción en el Peñón.

En su casa de la calle de la Virgen del Loreto de la Línea de la Concepción (Cádiz), los agentes hallaron un frasco de cristal con 150 gramos de una sustancia que, a la espera del análisis definitivo, parecía pólvora. También localizaron un trozo de mecha que podría servir para hacerla estallar y un zulo que, presuntamente, acababa de ser limpiado, según Interior. Esa es la razón por la que Ruz le imputa un presunto delito de tenencia de aparatos y sustancias explosivas con finalidad terrorista, pero tampoco hay pruebas por el momento de su presunta integración en Al Qaeda.

Los detenidos negaron todas las acusaciones de la policía. Yalzin aseguró que el polvo que se le incautó debía ser algún tipo de especia y que los agentes lo encontraron en el armario donde las almacenaba. Sobre el zulo aseguró que ya estaba construido cuando él y su mujer se instalaron en la casa.

El turco también relató que tenía objetos relacionados con el parapente y el aeromodelismo —que la policía le intervino—, porque es aficionado a ambos. Cuando le preguntaron por una bolsa de deportes que entregó a otro de los detenidos, respondió que contenía un parapente, y que había estado instruyéndole en su uso. Respecto a los aviones teledirigidos, aseguró que le gusta manejarlos con su hijo, y que en Gibraltar tenía tres de estos aparatos.

Yalcin, según su versión, conoció a los supuestos Avar y Adanov en Turquía, donde se hicieron amigos. El turco declaró que se ofreció a ayudar a los dos rusos, que querían pedir asilo político en España porque eran independentistas chechenos. Para ello, dijo ante el juez, hizo una gestión ante un abogado español. Cuando transmitió a sus compañeros que obtenerlo sería prácticamente imposible, estos decidieron abandonar España y viajar a Francia. La policía los detuvo en una venta de Almuradiel (Ciudad Real) donde paran los autobuses procedentes de Andalucía.

Los dos rusos confirmaron ese extremo. Dijeron que llegaron a España tras un largo viaje desde Rusia en avión, tren y por carretera con la intención de convertirse en refugiados políticos y que, ante las dificultades para conseguirlo y las perspectivas de acabar en un Centro de Internamiento de Extranjeros, decidieron marchar a Francia. Negaron haber recibido entrenamiento militar en Pakistán y Afganistán.

Ruz les tomará declaración de nuevo este domingo. Hasta entonces, la policía deberá conseguir pruebas más consistentes para que el caso pueda seguir adelante.

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