18 millones de conductores reciben un punto extra al tener el carné impoluto
El 69% de los que hay en España han sido premiads este domingo por no haber cometido ninguna infracción desde la implantación del nuevo carné, el 1 de julio de 2006. Pero hay 142.015 se han quedado sin carné
Julio Gutiérrez (Madrid, 1960) es uno de los 18 millones de conductores (69%) que el domingo han sido recompensados con un punto extra en su permiso de conducir. Su proeza es no haber cometido ninguna infracción desde la entrada en vigor del carné por puntos, el 1 de julio de 2006. “Estoy impoluto”, afirma con orgullo. Pertenece, como han acuñado en Tráfico, al club de los 15, en alusión al saldo máximo de 15 puntos —los conductores con tres años de antigüedad parten de 12— que se alcanza en seis años por cumplir las normas de circulación. Pero en el caso de Julio la hazaña es aún mayor: cinco días a la semana, durante siete horas y cuarto, se pone al volante de un autobús de la EMT (Empresa Municipal de Transportes) de Madrid. Y las infracciones cometidas como conductor profesional restan igual.
Desde la aprobación del nuevo permiso, 3,5 millones de conductores de los de 26 millones que hay en España han sido sancionados por cometer una infracción que detrae puntos, y 1,4 millones han incurrido en dos o más infracciones. En los últimos seis años, se han interpuesto 7,2 millones de sanciones, que han supuesto la pérdida de 22 millones de puntos.
En el último sexenio, ha habido 7,2 millones de sanciones
Julio se ha ganado siempre la vida al volante. Conductor desde hace 33 años y 31 como profesional, antes de ingresar en la EMT, en 1988, fue taxista, camionero y repartidor de bollos. “El carné por puntos ha ayudado a que haya menos accidentes, porque mete un poco de miedo en el cuerpo ante la posibilidad de perder el permiso, al menos a las personas civilizadas, porque sigue habiendo inconscientes”, asegura. Inconscientes o quizás temerarios, 142.015 conductores (0,5%) han perdido el permiso y 2.462 de ellos lo han perdido dos veces.
Pero el carné por puntos no es perfecto. O al menos en ocasiones resulta “injusto para los profesionales”. “Estamos muchas horas al volante y se nos mide con el mismo baremo que a los demás, pero nuestro riesgo es mayor”, estima Julio. No pide que se haga la vista gorda, pero sí que se tengan en cuenta las características propias de su profesión: “A veces hay peligro de saltarte un semáforo que se pone de repente en ámbar, porque aunque puedas pararte, un frenazo brusco puede ser muy arriesgado si llevas pasajeros de pie”. Los chóferes de la línea 27 [Glorieta de Embajadores-Plaza de Castilla] lo saben bien: “Todos han sido denunciados porque en uno de los semáforos de su línea hay un radar, pero conducen un autobús oruga [18 metros, seis más de lo habitual] y a veces antes de terminar de rebasar el semáforo ya se ha puesto en rojo”.
Aunque ahora conduce un autobús nocturno de la línea N-14, también ha trabajado en turnos diurnos. Ha visto de todo, porque cada hora tiene sus riesgos. “Por la noche, nadie respeta los límites, a veces me pasan doblando la velocidad”, comenta Gutiérrez. Precisamente, el exceso de velocidad es la infracción más frecuente (46%), seguida del no uso del cinturón de seguridad (13%).
La conducción requiere los cinco sentidos”, afirma un chófer ejemplar
De noche, tampoco se respetan los semáforos. “Los viernes y los sábados a partir de las cuatro de la mañana suele haber una anarquía por la mezcla explosiva de juventud y alcohol”, lamenta. “Muchos coches se saltan los semáforos, y no es una pillería cualquiera en calles apartadas o por donde no pasa nadie, sino que ocurre en lugares arriesgados como la plaza de Legazpi”, recalca Gutiérrez, que en una ocasión pudo “haber partido por la mitad” un BMW que se saltó un semáforo. “Yo iba atento, lo vi a tiempo y pude frenar”, recuerda con alivio.
Y es que la conducción, según él, “requiere los cinco sentidos”. “Hay mucha gente que la ves hablando por el móvil y, sobre todo ahora, usando el whatsapp [sistema de mensajería móvil gratuito a través de Internet]”, comenta. Por eso, junto a la atención, reconoce que el factor suerte —”que nadie se empotre contra tí”— a veces influye.
Quienes también cometen muchas imprudencias son los peatones. “Muchos cruzan por delante del autobús sin mirar si viene otro coche”, asegura este profesional. Una vez vio cómo una chica que cruzaba por delante de su autobús estuvo a punto de ser arrollada por un taxi: “No me dio tiempo a pitar, chocó con las puertas del taxi y se cayó al suelo”. No le ocurrió nada, tan solo estaba confusa, pero es una imagen que tiene grabada para siempre en su mente.
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