El presidente de Manos Limpias rehúsa declarar ante un juez por estafa y coacción
Bernad fue denunciado por un empresario, que le acusa de servir de soporte para una comisión
Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias, acudió ayer a un juzgado madrileño, el número 3 de Instrucción, como imputado por estafa y coacción. Como tantas otras víctimas de las causas que generó su organización en los últimos años en su abanico de querellas, rehusó declarar si era inocente o culpable de los cargos formulados. Pero la juez no dio por perdida la sesión y dejó incorporadas al sumario las 20 preguntas del denunciante que Bernad dejó sin respuesta.
Entre otras, las siguientes: “¿Sirven ustedes de soporte coactivo para que sus clientes obtengan producto de esa coacción en beneficio aunque sea indebido, del que usted participa o realmente son ustedes justicieros del mal que se dedican a denunciar, ejerciendo la acusación pública, hechos delictivos? ¿Cuál es el objeto de su sindicato? ¿Tiene usted con él [Emiliano Ovide, presunto comisionista en el caso Totana] relaciones comerciales ajenas a su sindicato? ¿Le dio el señor Ovide cuenta de la magnitud del negocio que pretendía hacer en Totana [Murcia], le dijo el dinero que pretendía obtener?
La magistrada también preguntó a Bernad: ¿Por qué usted, ante el conocimiento de los hechos que le presenta su cliente, no denuncia judicialmente estos, como suele ser habitual en su sindicato y que además entiendo, es su cometido? ¿Entiende usted que derivado de esas conversaciones y su contenido [las grabaciones del caso Totana] el interés suyo o del sindicato que usted representa era meramente de coacción para predisponer a la otra parte y obtener un lucro económico con ello el señor Ovide y, por ende, su sindicato? ¿Cuál es el objeto de su sindicato? ¿Le fueron aportadas al sindicato pruebas que presumieran la comisión del delito que se perseguía o trataba de denunciar? ¿Recibían alguna prestación económica?”.
Bernad solo tuvo improperios para el abogado denunciante, que sopesó denunciarlo ante la juez por amenazas, y para este diario, a los que tildó de “comunistas”, según fuentes jurídicas.
La causa deriva de una querella presentada por el constructor Manuel Núñez, condenado en el caso Totana a una multa de 8.700 euros por cohecho en grado de tentativa al exalcalde de dicha localidad murciana Juan Morales (PP), culpable de varios delitos (cohecho, blanqueo de capitales, falsedad, malversación...).
La acusación que realiza este constructor contra Bernad, promotor de decenas de denuncias contra personalidades diversas como Baltasar Garzón o Iñaki Urdangarin, es la siguiente: “Se puede constatar la contratación del sindicato Manos Limpias a fin de que presionase a mi representado para que pagase el dinero que de forma fraudulenta pretendía el querellado [Emiliano Ovide, presunto comisionista]. Aportamos las escuchas telefónicas transcritas por la Guardia Civil, que no tienen desperdicio y es evidente la comisión de los delitos que ahora denunciamos”.
Núñez sostiene que Ovide, que afloró en la investigación judicial como intermediario en la captación de comisiones pero no fue llevado a juicio, le manifestó que “se podía hacer un convenio urbanístico con el Ayuntamiento de Totana pero para ello era preciso pagarle al alcalde y a políticos de la Región de Murcia un dinero”.
En las grabaciones se oye lo siguiente:
Ovide: “Se va a ir el tío [Morales] con una cantidad de 15 a 18 millones de euros para Brasil, así que imagínate”.
Bernad: “Puag, pues en todo caso le preparamos la denuncia, que la firma el sindicato”.
Ovide: “Ya vemos la estrategia que conviene para paralizar su actuación o para que negocie, lo que sea (...) Es una gestión que yo he hecho allí con Inmonuar [firma de Núñez], que es un pelotazo, que ha hecho una opción de compra por dos millones que al aprobarse el plan y al venderlo genera una plusvalía de 300 millones”.
Bernad: “Pues nos metemos a fondo con ello si tú le puedes sacar lo que sea o negociar...”. Bernad llega a plantear por teléfono enviar una carta al Ayuntamiento de Totana para “ponerles nerviosos”.
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