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OBITUARIO

Sergio Marqués, el presidente de Asturias al que defenestró Cascos

El entonces secretario general del PP le expulsó del partido en pleno mandato

Sergio Marqués, expresidente del Gobierno de Asturias
Sergio Marqués, expresidente del Gobierno de AsturiasPACO PAREDES

Sergio Marqués (Gijón, 1946), presidente de Asturias entre 1995 y 1999 y con quien el Partido Popular (PP) logró formar Gobierno en el Principado por primera y única vez a lo largo de un tercio de siglo de autonomía, falleció ayer a causa de un infarto. Marqués se desplomó cuando se disponía a entrar en su bufete, falleciendo horas después en el hospital de Cabueñes (Gijón).

Suspendido de militancia en el PP en junio de 1998 y expulsado del partido en febrero de 1999 por su hasta entonces amigo Francisco Álvarez-Cascos —en aquella fecha secretario general del partido—, Marqués gobernó durante su último año y medio apoyado solo por 5 de 45 diputados.

El entonces presidente asturiano acabó creando su propio partido, de carácter regionalista, Unión Renovadora Asturias (URAS), que logró representación parlamentaria entre 1999 y 2003. Desde 2004 URAS ha seguido concurriendo a las elecciones en alianza con el también regionalista Partíu Asturianista (PAS), sin haber vuelto a obtener actas. Marqués dejó en 2007 la presidencia de URAS, donde continuaba militando en la actualidad.

La carrera política de Marqués había arrancado con la fundación de Alianza Popular de Gijón en 1977. Fue en el partido donde forjó una gran amistad y estrecha colaboración con Álvarez-Cascos. Este binomio se prolongó durante 21 años y la relación entre ambos se extendió a sus familias respectivas.

Diputado autonómico de 1987 a 2003 y vicepresidente del PP regional desde 1993 a 1995, Marqués fue designado candidato electoral a la presidencia de Asturias en 1995 por Álvarez-Cascos, en la actualidad dirigente de Foro Asturias Ciudadanos y presidente en funciones del Principado. La designación de Marqués por Cascos como cabeza de lista en 1995 fue hecha pública antes de que la conociese el comité electoral regional, órgano que debía haberlo decidido. Marqués logró que el PP ganase por única vez hasta ahora las elecciones asturianas. El enfrentamiento entre PSOE e IU, que habían vuelto a sumar mayoría absoluta, permitió a Marqués gobernar en minoría.

Pero menos de tres años después, Álvarez-Cascos, entonces secretario general del PP y vicepresidente del Gobierno, desencadenó una campaña de desprestigio, acoso y ataques al Gobierno de Marqués, forzó a dimitir a consejeros y viceconsejeros y obligó a los diputados del PP a lanzar una feroz campaña de insultos en la Cámara y en la prensa al presidente asturiano, al que se tachó de “pirata”, “okupa” y “golpista” y contra el que se inventó un supuesto escándalo (“el mayor caso de corrupción de Europa”) que fue archivado por la fiscalía por inconsistente. Cascos, que nunca explicó las causas de aquella ofensiva autodestructora, promovió un expediente disciplinario lleno de vaguedades, inconcreciones y acusaciones falsas, que concluyó con la expulsión de Marqués del partido. El PP asturiano jamás se recuperó de aquella crisis.

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Abogado en ejercicio desde 1972, trabajó como directivo y asesor en empresas metalúrgicas y del sector del juego, fue el primer secretario de la Asociación de Empresarios del Metal de Gijón, durante un tiempo representó en Puerto Rico a un grupo de empresarios asturianos interesados en implantar una planta metalúrgica en el país y, a su regreso, se incorporó a una empresa barcelonesa, en la que permaneció hasta su retorno a Gijón, donde abrió un despacho de abogados a cuyo frente continuaba en la actualidad.

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