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La viuda de un asesinado por ETA: “Mataron al amor de mi vida”

La mujer sigue recibiendo tratamiento psiquiátrico 32 años después del atentado La Audiencia Nacional celebra el juicio contra el dirigente etarra preso en Francia

El exjefe etarra Félix Alberto López, 'Mobutu', que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por el asesinato de tres guardias civiles en 1980, ha lucido hoy una camiseta de la selección argentina, tras la expropiación de YPF a Repsol

"Tenía toda una vida por delante para compartir con el amor de mi vida". Gema López Quintanilla, viuda del guardia civil José Vázquez Platas, sigue recibiendo tratamiento psicológico 32 años después de la muerte de su marido. Vázquez Platas fue asesinado junto a otros dos compañeros mientras ordenaban el tráfico de una carrera ciclista en el municipio navarro de Salvatierra. Un cura, Ismael Arrieta, alertó a un comando de ETA de la posición de los agentes. Uno de sus miembros Ignacio Aracama Mendia, Makario, ya fue condenado por estos hechos como uno de los etarras que apretaron el gatillo. Hoy le tocó el turno a otro histórico de la organización, Félix Alberto López de Lacalle, Mobutu. La fiscalía pide para él 81 años de cárcel.

Mobutu, que ha generado comentarios sobre la expropiación de YPF tras presentarse en la sala con una camiseta de la selección argentina de fútbol, ha negado, casi tres décadas después de los hechos, su participación en el atentado. El etarra, que cumple condena en Francia por pertenencia a organización terrorista, confirmó que en ese tiempo era militante de ETA, pero afirmó que se encontraba en el País Vasco francés en la fecha de la acción, por lo que no pudo ser él uno de los autores de los disparos. La fiscal, sin embargo, sostiene que sí lo hizo, que disparó al corazón de los agentes Avelino Palma y Ángel Prado, que fallecieron al instante. José Vázquez Platas, el marido de Gema López Quintanillas, malherido por los tiros, trató de ocultarse bajo un coche, pero Mobutu y sus compinches lo persiguieron. Hasta que lo remataron.

En una declaración muy emotiva, su viuda ha relatado ante el tribunal lo que recuerda de ese día. Ha dicho que su marido no tenía que trabajar ese día, pero que lo llamaron para que sustituyera a un compañero. Que cuando se fue de casa, lo despidió desde el balcón. "Hacia las cuatro y media o cinco oí unas sirenas, eran las de las ambulancias que llevaban a mi marido y sus compañeros muertos", ha declarado. Después ha detallado las secuelas que la trágica experiencia le causó. "Me encontré con 23 años una vida rota. Estaba embarazada de cuatro meses y llevábamos seis meses casados. Pensaba que tenía una vida por delante para compartir con el amor de mi vida", ha dicho ante los magistrados.

El asesinato de su marido le causó un mal embarazo. El parto tuvo que ser provocado y, aunque su hija nació bien, estuvo en tratamiento durante casi dos años porque "daba saltos en la cuna y se movía muy inquieta". "Mi hija había absorbido todo lo de su madre", ha dicho Gema López Quintanilla. Desde el atentado, la víctima ha tenido que recibir atención psiquiátrica y psicológica. Hasta hoy, 32 años después de que ETA matara a su esposo.

Durante el juicio también ha declarado Makario, que esta en prisión por este atentado desde que la Audiencia Nacional lo condenara el 12 de noviembre de 2003. El etarra ha afirmado que recuerda vagamente ese día después de todo el tiempo pasado. "Recuerdo que asumí la responsabilidad de los hechos, su paternidad, y los justifiqué de una forma determinada", ha dicho. Sobre si Mobutu tuvo algo que ver en el atentado ha asegurado: "Me hubiera acordado si hubiera participado".

Mobutu fue detenido en Francia en 2004. Está encarcelado en ese país por pertenencia a organización terrorista y quebrantamiento de condena. París ha accedido a entregarlo a España de forma temporal para que pudiera ser juzgado por estos asesinatos. Aún queda por juzgar otro de los etarras implicados en los asesinatos. Se trata de José Lorenzo Ayestaran, Fanekas. Francia ha concedido su extradición a España. Se está a la espera de su entrega.

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