Así que pase el 25 de marzo

Se ha instalado en el ámbito político que el final del mes de marzo marcará una nueva etapa del ciclo que empezó con la victoria electoral del Partido Popular. Sí, será después de las elecciones en las comunidades autónomas de Andalucía y Asturias del próximo 25 de marzo en las que presumiblemente ganará el Partido Popular en la primera y con muchas posibilidades en la segunda. Hasta entonces el discurso, las propuestas, las amenazas y advertencias de lo que vendrá y los silencios, tienen buena dosis de estrategia electoral como se pone de evidencia en las sesiones parlamentarias y con claridad en la de control al Gobierno de esta mañana. Y los recortes que vienen, como hilo conductor de las acusaciones preventivas de la oposición.

Así lo ha hecho el coordinador general de IU, Cayo Lara con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, la portavoz de ese mismo grupo, Soraya Rodríguez –frente a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría– y, en otro registro, la portavoz de UPyD, Rosa Díez.

¿Por qué no presenta el Gobierno los Presupuestos como le ha requerido la Comisión Europea? es la pregunta que hace la oposición en alto y se contesta a sí misma: Por las elecciones andaluzas. Y empieza la catarata de augurios de recortes profundos, una vez que andaluces y asturianos hayan votado, y el silencio a este respecto del Gobierno, que se parapeta en la fortaleza argumental de la herencia recibida con cinco millones de parados y las cuentas maltrechas. Y como colofón, la desviación de déficit de un 6% a un 8,5%. Los Presupuestos no llegarán hasta el 30 de marzo, según la última palabra del Presidente del Gobierno.

“Sus planteamientos no son realistas, señor Lara; no es posible porque no hay crecimiento económico”, ha respondido Rajoy a Cayo Lara, que le pidió unos presupuestos que no supongan “más ajuste y como consecuencia, más crisis, más paro”. En el capítulo de sugerencias el portavoz de IU insta a un ataque frontal y total contra el fraude fiscal.

Por tanto, no hay margen para evitar lo que el Gobierno tiene que hacer, “por la herencia recibida”, a la que también se ha apuntado el ministro de Economía, Luis de Guindos, ante los reproches de la diputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero. Una cifra escalofriante dejó Guindos en la Cámara: La inversión pública decaerá en un 40%.

Pero enseguida llegó Andalucía con su nombre al debate parlamentario. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, invocó el escándalo de los ERE como muestra de gestión de los socialistas ante el recordatorio de la caída de confianza de los ciudadanos en el Gobierno que marca el CIS, con la que atacó la portavoz socialista, Soraya Rodríguez. “Ustedes no dan confianza sino miedo”. Y quien ataca, el PSOE, recibe de inmediato el empellón de la gestión en España y en Andalucía, como también hizo la ministra de Sanidad e Igualdad, Ana Mato.

Poco margen hay para la oposición que se aferra a los planes explícitos o por saber del Gobierno. La previsión en el techo de gasto para el año que viene de que habrá 630.000 parados más, le sirve al PSOE y a IU para exigir al Gobierno que retire el decreto que contiene una reforma laboral que no creará empleo “ y todos los españoles y los andaluces lo tienen que saber”, proclaman en la oposición, ya sea en el ámbito de la Educación o de la Sanidad como han salido a la palestra. “Ustedes nos han metido en la crisis más importante que ha sufrido España; más pudor”, pide la ministra de Sanidad, Ana Mato, en la misma onda que sus compañeros Luis De Guindos y Fátima Báñez (Empleo).

No reprochó los posibles recortes o incluso medidas ya en vigor la portavoz de UPyD, Rosa Díez, al presidente del Gobierno. No, el emplazamiento fue de mucho mayor calado: “Es el momento de refundar el Estado”. Así Díez se sitúa en un tema que fue nuclear en su campaña electoral. “No puede haber 17 de todos”, en referencia a las comunidades autónomas de España, “al solapamiento y a las duplicidades de Administraciones”. Rajoy recogió el guante “pero no en el sentido” que le pedía la dirigente de UPyD. El presidente trazó pinceladas de las medidas que tiene previsto desgranar para racionalizar las administraciones. Ni una palabra de respuesta al requerimiento de Rosa Díez a que “no niegue las tres crisis que haya en España: social, política y económica”.