El PP balear arrebata un diputado y dos senadores al PSOE
Los populares consiguen cinco escaños y los socialistas tres, y rompen el empate de 2008 El panorama se ajusta al mapa del poder local y autonómico dibujado con rotundidad el 22 de mayo
El Partido Popular cerró el círculo en Baleares; era su apuesta electoral: confirmar en las legislativas su hegemonía institucional en todo el archipiélago y marginar aún más al PSOE, al conjunto de la oposición, a la izquierda y a los nacionalistas. Las urnas del 20-N han ratificado una victoria política cuyo trazo se inició con la oleada conservadora de las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de mayo.
Los ciudadanos han otorgado cinco diputados al partido de Mariano Rajoy con el 49,5% de los votos y tres al PSOE, con lo que se rompió el anterior empate a escaños y prácticamente a votos que se dio en los comicios de 2008. El socialismo con el 28,8% ha perdido cuota de aceptación pero la representación bipartidista ha seguido instalada como tradición balear en las legislativas. Además de perder un diputado balear, la izquierda se queda sin los dos senadores por Ibiza y Formentera y Menorca.
El PP ha recogido cerca de la mitad de los votos, con un considerable abstencionismo, cinco puntos menos, y el PSOE ha retrocedido alrededor de 15 puntos. La tercera opción, el PSM, ha quedado a una considerable distancia, con más del 7% pero a más de 20 puntos de los socialistas.
La polarización de la política nacional y el eje habitual PP-PSOE ha frustrado, otra vez, el deseo de los nacionalistas del PSM-IV-E-Equo, de “tener voz propia”. Las expectativas se han visto mermadas por la significativa cuota obtenida por los antiguos socios, de Izquierda Unida y Esquerra Republicana, expulsadas en su día de la lista de los nacionalistas. La minoría de Upyd, el partido de Rosa Díez, creció bastante pero sigue por debajo del 5 por ciento.
En los intereses de la población no ha pesado la memoria fresca de los casos de corrupción –con presos en la cárcel y decenas de causas pendientes- ni los recortes del Gobierno autonómico, temas centrales de las crónicas y debates. El paro, el impacto de la crisis económica y de la política nacional dejaron su peso dominante.
El éxito del PP procede de la inercia de la política española y del enorme aparato político que maneja desde hace décadas en Baleares. Miguel Ramis, secretario general del PP, ha liderado la candidatura, siempre a la sombra del líder José Ramón Bauzá hasta la misma jornada electoral cuando el presidente balear ha reclamado el voto para Rajoy en el colegio electoral y ha sido denunciado por el PSOE.
Los socialistas encajaron una derrota sin excepciones. Liderados por Pablo Martín –que fue a votar sin DNI y llegó tarde a la cita con la prensa- se consideran víctimas del contexto internacional y de una mala explicación de la política del Gobierno de Zapatero.
El conjunto de la izquierda y los nacionalistas –que gobernaron en Baleares en dos legislaturas alternas en la pasada década- no rentabilizaron en ningún momento su gestión ni han logrado implantación territorial. PSOE y PSM en especial han sido doblegadas en su discurso y estructura, arrastrados por la marea del PP.
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