_
_
_
_

“La soberanía popular tiene como adversario al capitalismo más voraz”

La enfermera Matilde Cano reclama mayor soberanía popular Critica la injerencia de los mercados en las instituciones democráticas

Matilde Cano, miembro del 15-M en Valencia, reclama una mayor soberanía popular.

Matilde Cano asistió el domingo pasado al mitin en Valencia del líder del PP, Mariano Rajoy, y desde entonces da las gracias a la policía, algo que quizás a personas con prejuicios no les encaje con la imagen de una activista del 15-M, por la protección que le brindaron los agentes. “Sabía que el ambiente sería hostil, pero no que nuestra integridad corriera peligro”, asegura, y habla de niños insultándoles, ancianos atizándoles con el paraguas y el resto gritándoles. El motivo, sacaron una pancarta que ella califica irónicamente de “supersubversiva”, en la que reclamaban “menos Fórmula 1, más colegios”. Otros compañeros desplegaron con más éxito una que rezaba “la corrupción no nos representa, PP y PSOE”, la misma que sacaron en el mitin de Alfredo Pérez Rubalcaba.

 Insultos y algún escupitajo son los gajes de ser coherente con sus ideas y no quedarse en casa viendo pasar la crisis, tanto la económica como la política. Matilde Cano enfermera y estudiante de Derecho, de 37 años y madre de un niño de ocho, se incorporó a las protestas de los indignados tras asistir a la ya histórica manifestación del 15-M. Cuando el 17 de marzo se enteró de que en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, allí desde donde ahora lanza su mensaje en vídeo, habían acampado decenas de personas, se unió a la protesta. Y aprovechó sus conocimientos de derecho para colaborar en la redacción de lo que luego se convirtió en el Manifiesto de Acampada Valencia.

 Miembro de la comisión de Acción del movimiento 15-M, desde entonces no ha dejado de colaborar en cuantas actividades hicieran visibles las reivindicaciones de los colectivos más desfavorecidos. Así, hasta aplazó este lunes unos minutos la grabación de su vídeo en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, allí donde comenzó todo hace ocho meses, para aconsejar a varias decenas de activistas de la Koordinadora de Kolectivos del Parke Alkosa, que desde la semana pasada se concentran a diario para quejarse de que el Ayuntamiento de Alfafar y la Generalitat les deben 400.000 euros en ayudas sociales.

 Soberanía popular. Lo que de verdad le preocupa a Matilde Cano es la pérdida de soberanía que están sufriendo los pueblos en beneficio de las oscuras manos del capital. Así, no duda en calificar de “golpe de Estado, desde la noción de soberanía nacional” el que los mercados, y no los ciudadanos o los jueces o los medios de comunicación, hayan sido los que han obligado a marcharse al presidente italiano Silvio Berlusconi. Y lo mismo sirve para Grecia. “En época de crisis es cuando se ve la verdadera cara de la democracia capitalista”, se queja, al constatar que desde la Comisión Europea se afirma que Italia y Grecia no necesitan elecciones, sino reformas: “Se está negando la soberanía a los pueblos y eso no lo podemos permitir”.

 Y en esta situación es especialmente crítica con el comportamiento de los políticos, a los que ve como aliados de las grandes empresas, los lobbies económicos y los think tanks. “La soberanía popular tiene como adversario al gran monstruo del capitalismo más voraz”, asegura con tono enérgico. Cano siente que los movimientos españoles son los herederos de la llamada “primavera árabe” que arrancó poco antes en Túnez. “Fue una forma de occidentalizar las protestas”, asegura, “todo el mundo pensaba, hasta nosotros, que en Europa vivimos muy bien y que todo funciona, pero aquí las democracias también están podridas”. Y eso denuncia ahora, el déficit democrático en países como España.

 El 15-M y el 20-N. Con una idea pésima sobre los políticos, ante el 20-N sólo les advierte que “las elecciones no deben ser una subasta de mentiras”. La solución a este peligro, a su juicio, es que los políticos tengan bien claro que trabajan por y para los ciudadanos, y no en beneficio de intereses económicos cada vez más globalizados. No obstante, a título particular piensa abstenerse “para no dar legitimidad” a un sistema en el que no se siente representada y que cree, desperdicia los apoyos a los partidos minoritarios. “Estoy más en contra del sistema que de algunos grupos políticos que se presentan”, aclara.

 *El movimiento 15-M no tiene líderes. Las personas que han accedido a aparecer en esta serie simplemente intentan trasladar la voz de asambleas y grupos de trabajo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_