Bélgica rechaza extraditar al primer etarra detenido tras el cese de la violencia

Un juez de primera instancia ha decidido rechazar la extradición a España del primer etarra detenido tras el anuncio de ETA del cese definitivo de de la violencia el 20 de octubre. Se trata de Ventura Tomé Quiroga, arrestado en Bruselas hace 10 días y con una requisitoria por dos condenas pendientes por sendos atentados como miembro del comando Saioa en los años ochenta. No tiene delitos de sangre, pero sus ataques sí causaron cuantiosos daños materiales, según las fuentes consultadas. Tomé Quiroga, de 58 años, llevaba años residiendo en Bélgica con documentación falsa de manera "alegal", según fuentes de la Comisaría General de Información de la policía.

El abogado de Tomé, el flamenco Paul Beckaert, ha explicado que la defensa ha recibido la noticia esta tarde, después de que por la mañana se celebrara la vista por la euroorden de detención en la corte de Bruselas. El letrado había pedido que se rechazase la euroorden alegando "falta de respeto a los derechos humanos en España" y "defectos de forma" de la propia euroorden remitida por la Audiencia Nacional. La Fiscalía tendrá ahora un plazo de 24 horas para recurrir la decisión del juez de primera instancia.

El etarra tiene pendiente una condena a 17 años de cárcel dictada en 2000 por la colocación de explosivos trampa en un paraje de Navarra en 1985 y que tenía como objetivo a agentes de la Guardia Civil. En su historial como miembro del comando Saioa,  grupo que operaba en Navarra y que fue desarticulado en la localidad de Tafalla, fue también condenado en 1999 a 22 años de prisión por la colocación de sendos artefactos en una sucursal del Banco Central en Sangüesa (Navarra) y en un supermercado de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) en 1983 y 1984.

Nacido en Pasajes (Gipuzkoa), también fue juzgado y condenado en París por asociación de malhechores en 1992 y expulsado de Francia en 1996, fecha en la que fue detenido en España. El etarra, condenado en dos ocasiones por delitos cometidos en los ochenta, se encontraba en un piso de Bruselas alquilado bajo un nombre falso por Javier Aguirre Ibáñez, que también fue detenido y que tiene en su haber una condena por actos de violencia callejera en 2006.

La izquierda abertzale protestó por la detención del "refugiado político" Tomé. "El nuevo escenario abierto en Euskal Herria requiere de actitudes positivas y constructivas, así como la superación de las situaciones de excepción, cesando definitivamente la represión y toda persecución policial. Para avanzar en el proceso de normalización política democrática, es necesaria la desaparición de absolutamente todas las violencias", decía en una nota.