¿Parado? No, votante y futuro emprendedor
Impulsar a los ciudadanos para que sean emprendedores es un objetivo común de los partidos El autoempleo, la receta contra el paro
Muchos no saben todavía cómo decirlo. ¿Emprendeduría? ¿Emprenderismo? ¿Emprendedurismo? Aun así, todos los políticos tienen claro que fomentar la creación de nuevas empresas bien merece unas cuantas promesas ante las elecciones generales del 20-N. Entre las recetas, tanto la izquierda como la derecha apuntan hacia las ventajas fiscales, contra la excesiva burocracia, y hacen propuestas para mejorar la financiación, aunque son los partidos minoritarios quienes aportan las ideas más radicales en este sentido. Por cierto, la Real Academia Española lo tiene claro: se dice emprendimiento.
En España la tasa de actividad emprendedora (el porcentaje de personas de entre 18 y 65 años que llevan una empresa de como mucho 3,5 años de vida) es del 4,3%, la cifra más baja registrada en los 11 años en los que ha sido calculada por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM). “España está en uno de los niveles más bajos del grupo con el que debe ser comparado, es decir, respecto a otros países con economías impulsadas por la innovación como Estados Unidos, Francia o Alemania”, explica Juan José Güemes, presidente del Centro Internacional de Gestión Emprendedora de la escuela de negocios IE Business School. Esta institución es la que ha coordinado durante años la recogida de datos para elaborar la estadística GEM en España.
¿Por qué España ocupa el número 16 de 21 economías avanzadas en materia de emprendimiento? Güemes se niega a aceptar cuestiones culturales o sociales. “No es cierto que en España haya menos valores o actitudes para emprender. El miedo al fracaso es el mismo que en otros países similares. El reconocimiento social también. El problema es el entorno”, asegura. Cree que los problemas vienen de muchos frentes, desde un marco legal engorroso hasta el excesivo papeleo o la falta de crédito. Güemes, exconsejero de Sanidad del Gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, rechaza valorar si las propuestas electorales de los partidos solucionarán algún problema. “Como militante del PP, prefiero no ir a lo concreto”, se disculpa.
No todos los partidos (al menos de momento) han puesto a disposición de los electores su programa electoral, y algunos candidatos optan por ir desgranando ideas en los diferentes mítines. Sin embargo, un repaso a las webs de los grupos y a los discursos de sus líderes permite dibujar una batería de promesas. Todos los políticos coinciden en una cosa: el fomento a las nuevas empresas es una de las armas más poderosas contra el paro, pero es necesario acabar con el exceso de burocracia para poner en marcha un negocio. No es un mantra nuevo. Pero tampoco por llevar repitiéndolo durante años ha mejorado demasiado: según el informe Doing Business, elaborado por el Banco Mundial y que analiza periódicamente las facilidades de cada país para que las pymes hagan negocios, España suspende. En 2011 ocupa el puesto 44 de los 183 países estudiados. Según el Banco Mundial, lo más complicado en España es abrir un negocio (en esta materia, ocupa el puesto 133), ya que se tarda 28 días y 10 gestiones de media frente a los tres días y tres gestiones de Singapur, considerado el país más eficiente.
No se trata de abrir en 24 horas, sino de hacerlo con calidad”
Un empresario
Más allá de la reducción de trámites, las propuestas del PP, recogidas en su programa y en un documento de su página web se centran en medidas tributarias: una rebaja del impuesto de sociedades para las pymes e incentivos fiscales para el emprendedor y para el que invierta en emprendedores (los llamados business angels). Además, quiere recuperar muchas de las recetas que en septiembre el pleno del Congreso de los Diputados rechazó, con los votos en contra de PSOE, PNV, ERC, IU, ICV y BNG. Por ejemplo, establecer “un procedimiento automático”, que permita a las pymes y los autónomos “compensar deudas tributarias pendientes de pago con deudas reconocidas y pendientes de cobro, por cualquier concepto, procedentes de cualquiera de las Administraciones públicas”.
El PSOE en su programa electoral fija los objetivos: que cada año se creen “algo más de 350.000 nuevas empresas”, que en los próximos años “10.000 negocios que actualmente son de tamaño pequeño pasen a ser medianas” y lograr que en cuatro años haya 50.000 empresas que exporten regularmente, frente a las 39.000 que lo hacen hoy día. El partido de Alfredo Pérez Rubalcaba dice que lo logrará a través de una nueva normativa, la ley de fomento empresarial, de la que, de momento, hay pocos detalles. También propone cambios en el IRPF y crear una agencia financiera del Estado, que “simplifique y concentre las ayudas a emprendedores” sean en el concepto que sean (internacionalización, créditos ICO...).
Fomentar el autoempleo es enmascarar el paro” Un inversor
En algunos puntos sorprende la similitud (aunque con matices) de las propuestas del PP y de Izquierda Unida. El partido de Cayo Lara también incluye algunos incentivos fiscales (por la contratación del primer trabajador, medida que también propone CiU) y un sistema de compensación tributaria para la morosidad de la Administración. Las diferencias llegan en el punto que menos aborda el Partido Popular: la falta de financiación. Y es que Izquierda Unida y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) son los que más ahondan en propuestas para mejorar el crédito. IU dice que los préstamos del ICO deberían darse sin intermediarios (ahora la mayoría deben solicitarse a través de una caja de ahorros o banco) y que las cajas avaladas por el Estado deberían estar obligadas a dar un mínimo de préstamos. El BNG, en una línea similar, propone que el ICO se convierta en una banca pública “con vocación comercial” especializada en el crédito directo a pymes y autónomos.
Por su parte, UPyD coincide con el PP en pedir que se restaure “la unidad del mercado interior español”. El partido de Rosa Díez cree que hacen falta “leyes estatales de armonización que supriman los obstáculos autonómicos y municipales”. CiU, además de las omnipresentes promesas fiscales y contra la burocracia incluye una llamativa novedad: la creación “en colaboración con las comunidades autónomas” de un registro de negocios en disposición de ser traspasados. “Para que las personas que quieran emprender puedan optar a hacerse cargo de un negocio ya existente, pero beneficiándose de todas las ayudas a los nuevos emprendedores”.
La tasa de creación de negocios es la más baja de los últimos 11 años
“El electoralismo en torno a los emprendedores no tiene sentido. El país con más emprendedores no es Suecia, que es quien más ayudas sociales tiene, sino Grecia”, dice con acidez Luis Martín Cabiedes, profesor en la escuela de negocios Iese y uno de los business angels más reconocidos del mundo digital, ya que ha invertido en 29 proyectos, como Privalia o Trovit. “Me encanta el movimiento emprendedor, pero la mayoría de las promesas que veo son un retroceso. Fomentar el autoempleo a través de microempresas es enmascarar el paro. Hay que pensar en ayudar a los que se convierten en empresarios. Porque no se trata de crear 1.000 microempresas que cierren, sino en apoyar a las de alto crecimiento y que crearán empleo”, defiende. Para Martín Cabiedes lo esencial es impulsar a “los campeones”, proyectos que cuando se consoliden crearán muchos puestos y la mayor riqueza posible.
Según un experto, no se emprende poco por cultura, sino por el entorno
“El principal problema de los emprendedores es la financiación”, se queja Sébastien Chartier, responsable del salón MiEmpresa, destinado a emprendedores y que se celebra en el Palacio de Congresos de Madrid cada año. “Lo que habría que hacer es potenciar el acceso a financiación sin avales, como Enisa”, propone. Enisa, la Empresa Nacional de Innovación dependiente del Ministerio de Industria, es de los proyectos más aplaudidos entre los emprendedores. “Facilita a nuevas empresas créditos de hasta 50.000 euros sin aval. Confía en las ideas”, dice Chartier.
Para Luisa Alemany, directora del Instituto de Iniciativa Emprendedora de Esade, las iniciativas de apoyo deberían ir sobre todo enfocadas a la educación. “Acabar con la burocracia está bien, pero nadie abandona un proyecto por papeleo. Y la financiación, si el proyecto es bueno, llegará. Lo más importante es lograr un cambio cultural”, defiende. Al contrario que Güemes, del IE Business School, Alemany sí piensa que en España está peor visto emprender que en otros lugares. Por eso cree que hay que inculcar los valores de la creatividad y la innovación desde el colegio. “Los resultados se verán a largo plazo”, advierte.
Gerard Bech, propietario de la empresa de mermeladas y confituras Can Bech, también cree que aunque el dinero es importante, no es el mayor problema. Con 21 años se decidió a montar su negocio, aprovechando el tirón del restaurante de sus padres (también Can Bech). Ahora tiene 29 años y su iniciativa factura tres millones de euros y lleva tres años exportando. “Lo peor cuando montas una empresa es la falta de información. Nadie centraliza las normativas, nadie te dice qué deberás cumplir ni el proceso que debes seguir”, se queja. Recuerda cómo se fue enterando de muchos requisitos a golpe de equivocarse. “Cuando había logrado solucionar una cosa, llegaba otro organismo o inspector y me pedía algo distinto. Eso acaba costando mucho”, lamenta. No es cuestión de que se pueda abrir en 24 horas o sin costes, “sino con calidad y seguridad”, defiende. “Prefiero tener que pagar algo y tardar un mes, si así me evito sorpresas”, razona. El segundo enemigo al que apunta son los bancos. “Han perdido su función principal, que era la de prestar el dinero de personas que ahorran para que se cree riqueza. Ahora solo van a ganar más dinero”, opina. “Además, los bancos no tienen el personal adecuado, que entienda el idioma de la pyme. Si facturas menos de seis millones de euros, tienes que ir a solucionar tus asuntos a la misma ventanilla donde un ciudadano pide un préstamo. Absurdo”, zanja.
Las promesas
Muchas de las propuestas de los partidos políticos en materia de emprendedores aparecen en varios programas, como la reducción de burocracia. A continuación, una selección de las promesas más representativas u originales de cada agrupación.
- PSOE. "Presentaremos una Ley de Fomento Empresarial para facilitar y estimular la creación de nuevas empresas". "Crearemos la Agencia Financiera del Estado, que se encargaría de administrar todas las ayudas públicas que desde el Estado se otorgan a las empresas, ya sea para fomentar la innovación, las exportaciones o para mejorar la liquidez y la inversión".
- PP. "Aprobar un apoyo fiscal, por importe de 3.000 euros, por la contratación del primer trabajador; Cambiar el pago del IVA para que los autónomos y las pymes no abonen el IVA por las facturas hasta que no las hayan cobrado; rebajar el impuesto de sociedades para pymes solo con el criterio de la cifra de negocios: las que facturen menos de cinco millones tributarán al 20% y las que no superen los 12 millones tributarán al 25%".
- IU. "Inclusión de cláusulas sociales en los contratos y licitaciones de las Administraciones públicas priorizando pequeñas empresas y autónomos. Creación de una cuenta fiscal que asegure el cobro de las deudas de las Administraciones públicas con los proveedores de bienes y servicios una vez pasado un límite de 30 días".
- UPyD. "Restaurar la unidad del mercado interior español, mediante leyes estatales de armonización que supriman los obstáculos autonómicos y municipales, tanto administrativos como lingüísticos".
- CiU. "Hasta que el nuevo emprendedor no facture más de 30.000 euros, con un máximo de dos años, estará exento de tributación por IRPF y sociedades".
- BNG. "Impulsar la creación de una banca pública, a través de la transformación del Instituto de Crédito Oficial, con vocación comercial y especializada en la concesión directa de créditos a pymes, emprendedores y autónomos a través de una red comercial propia".
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