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Escribano contó al industrial detenido que la consejería de Industria le ayudaría

El exdiputado contó a una amiga que el presidente del PP en A Coruña le había avisado de que estaba siendo investigado

Materiales de la empresa Manmer en el puerto exterior de Ferrol.
Materiales de la empresa Manmer en el puerto exterior de Ferrol.GABRIEL TIZÓN

La investigación del juzgado de instrucción número 3 de Ferrol que motivó la detención del empresario Fermín Duarte y la posterior imputación por cohecho y tráfico de influencias del exdiputado del PP, Javier Escribano, dimitido el pasado sábado, iba sobre ruedas. Empezó el pasado mayo por una denuncia, la segunda en año y medio, de la Asociación Gallega de Áridos (AGA) contra Manmer SL, la firma de Duarte a la que acusaba de comercializar residuos potencialmente contaminantes como conglomerado asfáltico a empresas constructoras

A las pocas semanas de arrancar la investigación judicial, los pinchazos telefónicos de la policía dieron con la pista del parlamentario del PP. Durante días se repitieron las conversaciones entre Escribano y el industrial en las que hablaban de las gestiones que el parlamentario debía llevar a cabo para conseguir que Administraciones del PP autorizasen la venta de su material e incluso le buscasen clientes, entre los adjudicatarios de obra pública. A cambio, Escribano recibió del empresario un Porsche que posteriormente vendió en Internet, según se deduce de varias conversaciones grabadas incluidas en el sumario de la Operación Arena, y pactó distintas cantidades de dinero con el industrial, que según los agentes eran comisiones ilegales para pagar favores al político del PP.

El parlamentario se queja de que Hernández se niega a recibirlo

Tales eran las evidencias que figuraban en el atestado de la Brigada de Delitos Económicos del Cuerpo Nacional de Policía, que el juez de Ferrol decidió enviar la causa al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, dada la condición de aforado de Escribano, por tener acta de diputado en el Parlamento gallego.

Hasta ese momento, los agentes policiales que investigaron el caso estaban sorprendidos por la locuacidad de sus protagonistas. Pero a la vuelta de vacaciones, los mismos policías detectaron que actitud de Escribano empezó a cambiar. En una de las últimas conversaciones jugosas que se le grabaron, contó a una amiga que el presidente del PP en la provincia de A Coruña, Carlos Negreira, le había advertido de que estaba siendo investigado por corrupción, que tenía el teléfono pinchado y que un periodista de EL PAÍS disponía de toda la información sobre el caso. En aquel momento, este diario desconocía la existencia de la investigación judicial.

Tras hacer esa confesión a su amiga, Escribano dejó de hablar por su teléfono móvil. Incluso intentó camuflar como una compra el Porsche que había recibido cómo dádiva del empresario eumés, al que pidió datos sobre el modo de rellenar la factura.

La “factura” del Porsche

El informe de la Brigada de Delitos Económicos del Cuerpo Nacional de Policías transcribe horas de conversaciones del empresario Fermín Duarte y del exdiputado Javier Escribano (entre ellos y con terceros) y concluye que el industrial regaló un Porsche al parlamentario popular a cambio de que este intercediese ante Administraciones del PP para favorecer sus negocios. Así queda constatado en una charla que Duarte mantiene con una familiar directa en la que reconoce que ha tenido que regalar uno de sus tres coches a un político del PP. Y en otras conversaciones, también interceptadas, de las que la policía deduce que Escribano no solo recibió el coche sino que lo puso a nombre de una pariente, de más de 60 años, hasta que decidió venderlo en Internet.

Los agentes dicen contar con pruebas suficientes para acreditarlo y así se lo hacen notar en su informe al juzgado. Cuando sospechó que estaba siendo investigado y que su teléfono podría estar intervenido, el exparlamentario volvió a llamar a través de su móvil al empresario para preguntarle cómo tramitar la factura de la compra del automóvil deportivo. Esa conversación se produce a la vuelta del verano y coincide con el cambio de actitud de Escribano. Los investigadores sospechan que trataba de camuflar como una compra el regalo del gerente de Manmer.

La propia policía sospecha que una filtración ha reventado las escuchas justo en el momento en que Escribano empezaba a presumir de que sus gestiones con los gobiernos amigos empezaban a dar frutos. Según recogen las transcripciones de las charlas grabadas por la policía, el diputado del PP tranquilizó a Duarte y le aseguró que ya había logrado avances en la Consellería de Industria, que preside Javier Guerra, y también en la Diputación de A Coruña, en manos de Diego Calvo, a la vez número dos del Partido Popular en la provincia coruñesa. En esas mismas charlas y cuando aún hablaba por teléfono sin ningún tipo de prevención, Escribano había admitido sin embargo que sus gestiones con la Consellería de Medio Ambiente de Agustín Hernández eran en vano. Este departamento de la Xunta ya se había negado a autorizar el uso de los residuos —que Manmer SL, importa de Holanda y vende a bajo precio en Galicia— cuando la fiscalía especializada en medioambiente después de la primera denuncia de AGA desaconsejó su utilización y alertó de que contienen sustancias peligrosas.

En una charla con el empresario que también figura en el sumario que instuye el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Escribano se lamenta de que el secretario general de Calidade e Avaliación Ambiental, Justo de Benito, se niega a recibirlo y a tratar cualquier asunto sobre esa empresa.

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