Condenado a 25 años el etarra que atentó en Cantabria en 2008

La Audiencia Nacional ha condenado hoy a 25 años de cárcel al etarra Ibai Beobide Arza, alias Manex, por la colocación de cuatro bombas en Cantabria durante el verano de 2008. Dos de los artefactos explotaron en la playa de Laredo, otro estalló en Noja y el cuarto en un campo de golf de esta última localidad. Los atentados eran de poca potencia y causaron dos heridos leves y escasos daños materiales.

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal ha considerado a Beobide autor de un delito continuado de estragos terroristas y de una falta de lesiones, en contra del criterio que mantenía el fiscal, que solicitaba imponerle una pena de hasta 60 años de prisión por la comisión de cuatro delitos de estragos y otro de lesiones.

El tribunal considera probado que Beobide formó y lideró un comando de legales (miembros de ETA no fichados por la policía) dedicado a recabar información sobre medios de comunicación, agentes de la Ertzaintza y escoltas. En los primeros meses de 2008, el comando se abasteció de material explosivo intervenido en Francia, hasta que decidió perpetrar cuatro atentados terroristas en el verano de ese año.

Beobide se encargó de enterrar los artefactos en la playa de Ris y en el campo de golf de Noja, mientras que otros dos integrantes del comando se dirigieron a Laredo para colocar una bomba bajo la caseta de los vigilantes de la playa y otra en una zona de dunas cercana al Paseo Marítimo.

El condenado formó y lideró

Los etarras avisaron de la existencia de los artefactos a través de una llamada al parque de bomberos del Valle de Trapaga (Vizcaya) en la que indicaron que las bombas explotarían entre las 12 y las 15 horas del 20 de julio. Ese día, las bombas, que llevaban entre dos y tres kilos de amonal, estallaron y dejaron dos heridos leves.

Cuatro atentados perpetrados de "común acuerdo"

El tribunal, formado por los magistrados Fernando García Nicolás, Ángel Hurtado y Enrique López, ha tenido en cuenta la declaración prestada por el acusado en sede policial en la que reconoció su pertenencia a ETA y narró "pormenorizadamente" y con "total exactitud" todas las acciones llevadas a cabo por el comando. Beobide llegó a elaborar un croquis con los zulos en los que almacenaban los explosivos.

En la sentencia hecha pública este miércoles, la Audiencia responsabiliza a Beobide no solo de las explosiones de los artefactos que él mismo colocadó, sino también de los atentados perpetrados en Laredo. Aunque estos últimos fueron perpetrados por otras personas, que no se hallan a disposición del tribunal, los jueces subrayan que todos los miembros del comando cometieron los atentados "de común acuerdo y en unidad de acción y propósito".

La Sala ha tenido también en cuenta el silencio del acusado durante el juicio y ha considerado su "negativa a declarar" como "un reforzamiento adicional ante la imputación en su contra".