Urrosolo Sistiaga: "ETA debería anunciar su final"
El portavoz de los presos disidentes pide que "se reconozca el dolor" de las víctimas Patxi Zabaleta espera un comunicado que anuncie el "cese definitivo" de la violencia Las autoridades británicas acusan de seis nuevos cargos a Eneko Gogeaskoetxea
Joseba Urrosolo Sistiaga, portavoz del colectivo de presos disidentes de ETA, cree que la banda terrorista "debería anunciar el fin de su actividad armada" y que, en el futuro, "deberá reconocer el dolor que ha causado con sus acciones". En una entrevista realizada mediante cuestionario que publican hoy los diarios vascos El Correo y El Diario Vasco, el recluso considera que "se ha llegado a un momento" en el que ETA, "sin el apoyo social que ha tenido hasta ahora", "no puede continuar, y no solo por motivos de efectividad". Patxi Zabaleta, coordinador de Aralar, se ha posicionado en la misma línea y ha dicho que espera un comunicado en el que ETA anuncie su disolución.
Urrosolo es uno de los portavoces del autodenominado colectivo Presos comprometidos con el irreversible proceso de paz. Condenado a más de 600 años de cárcel por su implicación en 16 asesinatos y dos secuestros, el preso ahonda en la entrevista en la tesis del grupo, que ya en mayo de 2010 pidió el fin del terrorismo de "manera irreversible". ETA no aceptó la disidencia y expulsó a los miembros del colectivo, que incluye a históricos como Ibon Etxezarreta, Kepa Pikabea y Rafael Caride. A principios de julio el colectivo emitió otro comunicado, Socializar la reconciliación, en el que exigía a Bildu "pasos de manera unilateral en el camino de la reconciliación".
En la entrevista, el terrorista arrepentido critica el "ensañamiento y falta de humanidad" de los radicales que destrozaron el monolito en recuerdo a Juan María Jáuregui, socialista asesinado por ETA en 2000. Y celebra los resultados electorales de Bildu el pasado 22 de mayo, que suponen, señala, "un respaldo definitivo a la apuesta política por vías exclusivamente democráticas frente a un sector minoritario aún reacio al cambio de ciclo".
Ese "sector minoritario" que Urrosolo critica "ha tratado siempre de cortar y evitar cualquier debate que escapara a su control mediante mentiras y presiones", agrega el recluso, que lamenta la reacción del colectivo de presos después de que él y algunos de sus compañeros pidieran el fin de la violencia. "Hay gente mezquina allí que niega ahora el saludo a nuestros familiares", lamenta. El terrorista concluye que "sería un error dejar el tema de los presos en manos exclusivas de ETA" y pide a Bildu que acompañe con "hechos" su promesa de buscar una "solución" para los reclusos de la banda.
"El único fin digno"
Urrosolo no es el único que ha pedido el fin de ETA. El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, ha admitido que espera un comunicado en el que la banda anuncie que abandona la violencia, decisión que celebraría. "Es el único fin digno posible", escribe Zabaleta en el artículo La paz vasca, publicado en el último número de la revista de la plataforma cívica Gesto por la paz.
El coordinador de Aralar espera que la banda ceda "íntegramente el quehacer político a los agentes y a la sociedad". Zabaleta cree que ETA "fue fundada por una decisión de base política y debe acabar con una decisión e base política". "Es evidente que un final dialogado y ordenado de la violencia constituye no solo la más justa de las reparaciones a la memoria de quienes han sufrido", argumenta, "sino también, y sobre todo, la mejor de las bases para la futura convivencia".
Nuevos cargos
El dirigente de ETA Eneko Gogeaskoetxea Arronategui ha sido acusado hoy de seis nuevos delitos en el Reino Unido después de que las autoridades españolas presentasen otras órdenes europeas de arresto. Gogeaskoetxea fue detenido el 7 de julio por agentes de la policía británica y la Guardia Civil en la localidad inglesa de Cambridge. Llevaba viviendo en Gran Bretaña al menos desde 2005, junto a su familia y ayudado de una documentación falsa, según fuentes de la lucha antiterrorista.
La Justicia española emitió una orden europea para su arresto en el Reino Unido y le imputó primero ocho delitos, entre ellos permanencia a banda armada, intento del asesinato del Rey, posesión de munición, asesinato de un agente de policía, robo de vehículos y falsificación de documentos. El sospechoso perteneció además a la cúpula militar de la banda terrorista desde la caída de Txeroki, según los investigadores. Hoy ha pedido a la Corte de Westminster (Londres) que rechace su extradición a España, donde se investiga su participación en el asesinato del ertzaina Txema Aguirre en octubre de 1997.
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