Asesinados por vecinos, enterrados 72 años después entre aplausos
Familiares de 16 fusilados por falangistas en 1939 depositan sus restos en el cementerio de Menasalbas (Toledo) en un emocionante homenaje
Pensaron que perder la guerra era lo peor que les podía pasar, pero al volver, derrotados del frente a sus casas el 3 de abril de 1939, 16 hombres de Menasalbas (Toledo) fueron sorprendidos por vecinos de su pueblo que durante la contienda se habían hecho falangistas y asesinados frente a la tapia del cementerio. El Foro por la Memoria exhumó los cuerpos en julio del año pasado y hoy se los ha entregado a sus familias, en pequeños cofres cubiertos con enormes ramos de flores de los colores de la bandera republicana.
El más joven de los asesinados, Benigno Gómez Sánchez, tenía solo 14 años. Él no había luchado en el frente, pero los falangistas quisieron que muriera aquel día junto a su hermano, Bernardino, un carbonero que había salido de casa para defender la República. Su hija, Salud, tiene hoy 74 años y lamenta no recordarlo. “Tenía solo dos cuando lo mataron. No llegué a conocer a mi padre”, explica. “Pero estoy muy orgullosa y muy contenta de que ya no esté por ahí tirado. A mi madre le hubiese gustado mucho ver esto. Sufrió mucho. La pobre se murió con la boca cerrada aún por el miedo”.
Las 16 familias recorrieron el pueblo portando los pequeños féretros en los que los miembros del Foro por la Memoria que exhumaron esta fosa en julio del año pasado habían colocado los restos. A las puertas del cementerio atravesaron un pasillo de aplausos y banderas republicanas. Las 16 cajas quedaron enterradas bajo una enorme lápida, ahora sí, con sus nombres y apellidos. Muy cerca de allí, en la tapia donde habían sido asesinados, aún podían verse las pintadas que gente del pueblo realizó mientras se llevaba a cabo la exhumación el año pasado y en las que se podía leer: “No acabarán con nosotros. Viva Franco, siempre en nuestros corazones”, junto al símbolo de Falange.
Antes del entierro, la psicóloga del Foro por la Memoria, Silvia Álvarez Merino, había hablado en la casa de la cultura del pueblo de “lo importante que son unas alpargatas”, es decir, recuperar los restos de un ser querido “para cerrar el duelo”. Las antropólogas María Inés Fregeiro y Camila Oliart explicaron lo que habían leído en aquellos 16 esqueletos. “Todos tenían agujeros de bala en el cráneo y algunos fueron torturados antes de muertos” como mostraban de forma inequívoca sus costillas y mandíbulas rotas.
El Foro por la memoria había invitado a la nueva presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, del PP, y al defensor del pueblo de la comunidad, al acto, pero ambos excusaron su asistencia. El presidente de la Federación de Foros por la Memoria, José María Pedreño, leyó una “carta a los camaradas asesinados” en la que decía: “Hasta hace muy poco erais un amasijo de huesos olvidados bajo un palmo de tierra al pie del muro donde os asesinaron. Hoy, a pesar de las dificultades y los obstáculos hemos conseguido que se os honre como lo que fuisteis en vida: como héroes”.
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