Cascos ya es presidente de Asturias con el apoyo del 35% del Parlamento

Francisco Álvarez-Cascos, con el exclusivo apoyo de los 16 diputados de su partido en un Parlamento de 45 escaños, ha sido investido presidente de Asturias. Mañana sábado tomará posesión del cargo y formará un Gobierno con nueve consejerías (una menos que el anterior ejecutivo) para las que no contará con ninguno de los parlamentarios y alcaldes del PP que le secundaron para constituir su nuevo partido Foro Asturias Ciudadanos (FAC).

La entronización como presidente del Principado del ex secretario general del PP y ex ministro de Aznar pone fin a doce años consecutivos de Gobiernos de la izquierda. La elección de Cascos constituye un hito porque va a ser el segundo Ejecutivo, en 28 años de autonomía, que no presida un socialista. La anterior experiencia, bajo la presidencia de Sergio Marqués (PP), fue también un Gobierno en minoría, aunque con más apoyos que el que ahora va a tener el Ejecutivo de Foro. Aquella experiencia acabó en un gravísima crisis política e institucional por el acoso y derribo que Cascos, entonces secretario general del PP, desencadenó sobre su hasta entonces amigo y correligionario.

Cascos, único candidato que se postuló ante la cámara para formar Gobierno, fue elegido con el exclusivo apoyo de los 16 diputados de su partido y la abstención de los otros 29 (15 del PSOE, 10 del PP y 4 de IU). El Estatuto de Autonomía de Asturias, con el fin de facilitar la formación de Gobiernos, no permite el sufragio en contra de los aspirantes en las votaciones de investidura.

Que el PSOE, la fuerza más votada en Asturias el pasado 22 de mayo (aunque obtuvo un diputado menos que FAC), y que la tercera y cuarta formaciones de la comunidad (PP e IU) renunciaran a presentar sus propios candidatos para facilitar que Foro (segundo partido en votos pero primero en escaños) pudiera formar Gobierno sólo con el respaldo de sus diputados ha puesto en evidencia por la vía de los hechos la inverosimilitud de la gran tesis a la que recurrió Cascos para justificar su retorno a la vía política asturiana: la existencia de un supuesto pacto clandestino y a espaldas de los ciudadanos entre PSOE y PP para repartirse el poder territorial, renunciando al ejercicio de la oposición, e impedir con su apoyo mutuo que otras formaciones o candidatos pudiesen alterar ese statu quo oligopolítisco.

Un tercio del Parlamento

Con la inhibición de PSOE, PP e IU en los debates de investidura, que han permitido a Cascos formar Gobierno sólo con el respaldo del 35,5% del Parlamento, quedó desmentido así el llamado por Cascos “pacto de La Zoreda”, y que los casquistas rebautizaron como “pacto de La Zorrera”. Hubiese bastado un acuerdo entre PSOE y PP, o un pacto entre PSOE e IU con la abstención cómplice del PP, para que Cascos no hubiese podido salir presidente.

Ahora Cascos se enfrenta a una difícil gobernabilidad: en minoría y frente a tres fuerzas opositoras. Queda por saber si Cascos intentará agotar la legislatura, pese a tener escasas posibilidades de llegar a acuerdos con el resto de los grupos, o recurrirá a las elecciones anticipadas, una opción que ya permite el Estatuto de Autonomía de Asturias desde su última reforma (la de 1999), aunque supeditada a determinados plazos y condiciones.

Algunos consejeros del próximo Gobierno se enteraron de su designación poco antes de la sesión parlamentaria de hoy, según ha asegurado la futura titular de Fomento, María Isabel Marqués, quien afirma que tendrá que ponerse al día en la materia bajo el magisterio, dijo, de Cascos.

El pequeño ganó al gigante

El Partido Popular, la formación que abandonó Cascos al no ser elegido candidato, trató de negociar con el ahora presidente un Gobierno de coalición. El PP nacional, que en principio no temía a Cascos, envío la artillería pesada al Principado cuando vio que el nuevo líder de Foro Asturias podía tener alguna posibilidad. Rajoy, en mitin en Oviedo, dejó caer que "Asturias está muy por encima de los intereses personales de nadie" y que "necesita un partido con respaldo en Madrid y en Europa", pero el pequeño nuevo partido finalmente superó a la gran formación nacional, y prometió presentarse a las generales.

Isabel Pérez Espinosa, la candidata por quien apostó la cúpula del PP asturiano en lugar del ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general popular con José María Aznar, anunció a una semana del debate de investidura que su partido había propuesto formar parte del Ejecutivo para lograr un mandato "sólido y estable". Lo que propuso Pérez Espinosa es que tanto el PP como FAC estuviesen representados en función de sus diputados y ejecutivos municipales con las mismas características en los Ayuntamientos en que los concejales de sus respectivos grupos sumen mayoría.

Meses antes, en diciembre, la dirección del PP asturiano y de las cuatro grandes juntas locales (Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres, que suman el 75% de militantes), y su organización juvenil regional, Nuevas Generaciones, rechazaron que Álvarez-Cascos encabezase la candidatura al Gobierno autónomo. El nombre de Cascos fue descartado por el veto sobre todo de Gabino de Lorenzo, el alcalde de Oviedo, y durante la campaña el Foro fue muy crítico con la gestión del PP en la capital asturiana. La propuesta de extender un posible pacto a los Ayuntamientos fue por tanto descartada por el candidato.