La obra pública cae en picado en el País Vasco
La contratación de las Administraciones se reduce un 23% en Euskadi desde enero
El sector de la construcción no consigue levantar cabeza en Euskadi. Las últimas estadísticas de licitación pública, referidas a los cinco primeros meses del año, advierten de un descenso de la licitación pública en esta comunidad autónoma. El ladrillo se desploma un 22,5% entre enero y mayo respecto al mismo periodo de 2010, según los datos facilitados por la patronal de las grandes constructoras Seopan. En este periodo se contrataron en el País Vasco obras por un valor total de 703,2 millones de euros, frente a los 907,9 millones del ejercicio anterior. En España la bajada es del 38,6%.
El desmoronamiento de la obra pública se explica en buena parte por dos factores: las restricciones presupuestarias de las Administraciones públicas y el parón derivado del proceso electoral y la posterior constitución de los nuevos gobiernos y Ayuntamientos. El recorte de la contratación afecta especialmente a las inversiones impulsadas por las entidades locales y las tres Diputaciones forales, que han reducido su impulso en un 26% hasta mayo pasado.
Las licitaciones que promueven los Ayuntamientos y las instituciones forales —han totalizado 462,4 millones— suponen dos terceras partes de las obras de construcción que se llevan a cabo en Euskadi, de ahí que una contracción de su actividad contratante haya provocado este importante descenso en el conjunto de las obras públicas. La Administración central, sin embargo, ha mantenido sus inversiones en los mismos niveles que hace un año (103,8 millones), con un ligerísimo ascenso del 1,2%. Por su parte, las inversiones realizadas por el Gobierno vasco (136,9 millones) cayeron un 20% con respecto a 2010.
El agravamiento de la crisis del sector de la construcción se ha hecho más visible con la finalización del Fondo de Inversión Local, más conocido como el Plan E de Zapatero, impulsado por el Ejecutivo socialista en 2009 para promover la creación de empleo y dotar de recursos económicos a los Ayuntamientos. El Gobierno central traspasó 13.000 millones de euros a los Consistorios de toda España para que ejecutasen obras, mantuviesen la actividad de las constructoras y, sobre todo, generasen empleo.
Las restricciones presupuestarias y el parón electoral frenan la inversión
La primera oleada de fondos estatales, Euskadi recibió 380 millones para 889 obras locales en la convocatoria de 2009. El año pasado, en la reedición de estas ayudas a fondo perdido, se inyectaron casi 250 millones más. Fue un balón de oxígeno para los Ayuntamientos y para la actividad de cientos de empresas. La Delegación del Gobierno en el País Vasco calcula que esta fórmula permitió dar trabajo a unas 15.000 personas.
Otro de los factores que ha incidido en la caída de la contratación pública ha sido la paulatina merma de los ingresos de las Haciendas forales, que incide negativamente en los recursos disponibles de los Ayuntamientos y el Gobierno vasco. Las Diputaciones recaudaron en el año pasado 11.700 millones, cien millones menos que las previsiones iniciales del Consejo Vasco de Finanzas Públicas. Este hecho obliga a gestionar los servicios públicos con unas arcas maltrechas por la ralentización en la salida de la crisis económica.
El fin de un ciclo dominado por la ejecución de grandes proyectos constructivos, de inversiones multimillonarias en cemento, también explica la reducción de las licitaciones. La Supersur vizcaína está concluida y la red de carreteras de Gipuzkoa, otro tanto. Vitoria quiere para el palacio de congresos BAI Center. Solo está en ejecución la Y Vasca ferroviaria, con un mayor ritmo en la vertiente guipuzcoana.
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