_
_
_
_

La nota de Religión puntúa para la matrícula de honor en Galicia

La Xunta fuerza la interpretación de la ley y entiende que la distinción no es beca ni ayuda, a pesar de que otorga la gratuidad de un curso universitario

Pablo Linde
Enma Taboada y Anxo Ansede, los padres del escolar al que se negó la matrícula de honor, y Anxo Louzao, del sindicato CIG Ensino
Enma Taboada y Anxo Ansede, los padres del escolar al que se negó la matrícula de honor, y Anxo Louzao, del sindicato CIG EnsinoANXO IGLESIAS

Dos alumnos de segundo de bachillerato luchan por la matrícula de honor: uno obtiene un 10 en Religión; el otro no cursa esta materia y cuenta con una calificación menos para la media. El primero gana por unas décimas y le saldrá gratis el primer año de matrícula en la universidad. El segundo tendrá que pagársela. Es lo que ha sucedido en un instituto gallego por la normativa de la comunidad autónoma y la interpretación que de ella hace la Consejería de Educación, que computa la Religión como una asignatura más a la hora de obtener esta distinción.

Esta materia, según los reglamentos de la propia comunidad, no debe sumar “para los efectos de acceso a la universidad, a ciclos superiores de formación profesional y a otros estudios ni a las convocatorias para la obtención de becas o ayudas al estudio en las que deban entrar en concurrencia los expedientes académicos”. Es un precepto similar para toda España, según explica una portavoz del Ministerio de Educación, quien añade que no hay normativa concreta sobre la matrícula de honor de ámbito nacional. El ministerio no entró a valorar la decisión de la Xunta. La consejería entiende, sin embargo, que aunque esta distinción otorga la gratuidad de la matrícula en el primer año de carrera, no es una concurrencia oficial, sino una regalía que ofrecen los centros de educación superior a los alumnos con mejores expedientes en el instituto.

Para contabilizar la Religión, la consejería se escuda en una orden del 5 de mayo de 2011 emitida por el propio departamento que establece que “la nota media del bachillerato será la media aritmética de todas las materias”. Esta misma norma establece los criterios para otorgar las matrículas de honor: solo se pueden repartir entre un 5% de los alumnos y, para acceder a ella, los escolares deben superar el nueve como media. La consejería asegura que, más allá de estas premisas, son los centros los que deben determinar a quién se las otorgan. Se podría dar incluso la circunstancia de que un alumno se la arrebatase a otro con más nota, siempre que ambos superasen el umbral del sobresaliente.

Sendos sobresalientes han obtenido los dos alumnos del Instituto de Educación Secundaria Concepción Arenal de Ferrol (A Coruña) que pugnan por la matrícula mencionada en el primer párrafo. La dirección del centro explica que ha contabilizado la Religión porque así lo establece la normativa y que no es un empecinamiento del instituto. Los padres del chaval perjudicado por la interpretación de la norma, Anxo Ansede y Enma Taboada, remitieron un escrito al centro explicando que entienden discriminatorio este trato para su hijo y para el resto de alumnos que no cursan Religión. Aunque los institutos están obligados a dar una atención educativa alternativaa estos escolares no obtienen una nota que compute y que pueda contrarrestar el efecto de religión. Tanto los padres como el sindicato mayoritario en la educación en Galicia, CIG Ensino, consideran que en la asignatura abundan las buenas notas y que lo más frecuente es que un alumno de expediente brillante obtenga la máxima calificación, con lo que cuenta con una cierta ventaja.

Las circunstancias para esta supuesta discriminación se miden en décimas. Por eso los problemas hasta ahora han sido infrecuentes. La consejería asegura que tan solo había recibido una consulta similar el año pasado. El departamento le remitió a la normativa vigente. Es lo mismo que ha hecho cuando, ante la reclamación de esta familia, la dirección del centro le consultó qué hacer. “Ahora hemos pedido que la asesoría jurídica de la Consejería de Educación emita un dictamen. Nosotros nos queremos limitar a cumplir la ley y no prevaricar”, explica el máximo responsable del instituto.

El problema, en opinión de Anxo Louzao, portavoz de CIG Ensino, es que la normativa gallega da pie a esta interpretación, que considera “discriminatoria”. Otras comunidades autónomas tienen especificado en sus reglamentos que la asignatura de Religión no puede computar a la hora de otorgar matrículas de honor.

Lo que sucede en Galicia, según Louzao, es un “efecto llamada”, ya que “las familias pueden verse tentadas a elegir Religión a pesar de no comulgar con esas creencias para mejorar el expediente del alumno”. “Los escolares no compiten en igualdad de condiciones; es una norma propia de Estados confesionales”, lamenta Louzao. Va más allá. Afirma que la asignatura de Religión no debería ni siquiera impartirse, y mucho menos en el último curso del bachillerato, tal y como ocurría hasta hace tres años. “Si se mantiene, al menos que no se penalice a los alumnos que opten por no cursar la materia”, añade.

Los padres del estudiante también se quejan de que las notas medias sirven, además de las matrículas de honor, para optar a residencias universitarias, otro perjuicio con el que se pueden encontrar los que no han cursado Religión. Tras remitir escritos al centro y a la consejería —de este último aseguran no haber recibido contestación hasta el momento—, están dispuestos a recurrir a “cualquier instancia” para evitar lo que ellos consideran una injusticia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_