Los porqués del PNV

El PNV ha actuado en esta elección de los alcaldes con la vista puesta en los comicios autonómicos vascos de 2013 y en la recuperación de Ajuria Enea. Sólo de este modo se explica que haya dejado que Bildu gobierne el Ayuntamiento de San Sebastián e incluso se haya coaligado con la formación independentista para darle la alcaldía de Lasarte restándosela al PSE. O que, con toda probabilidad la próxima semana permita, también, que sea Bildu quien gobierne la Diputación de Guipúzcoa cuando podía obtenerla de haber pactado con el PSE.

Para el PNV era electoralmente suicida, con la vista puesta en 2013, coaligarse con el PSE para impedir que Bildu, el primer partido en votos, ediles y junteros, gobernara San Sebastián o la Diputación de Guipúzcoa. Esa decisión le iba a costar una cara factura en las autonómicas vascas de 2013 que Bildu se la iba a cobrar en términos de victimismo político.

El PNV ha logrado, también, con esta apuesta marcar el territorio con la vista puesta en las elecciones vascas. Al gobernar Bildu, por vez primera, en una capital como San Sebastián, y la próxima semana, una Diputación, el PNV confía en que tendrá que enfangarse como los demás y podrá recoger los frutos dentro de dos años.

También ha pretendido castigar al PSE. No le debía nada después de que hace dos años, el PSE le quitara el Gobierno de Ajuria Enea con un pacto con el PP. Pero no ha sido esa la tercera razón de fondo. Ha sido más su interés en humillar al PSE, en quitarle poder municipal y foral para, a su vez, quitárselo al lehendakari Patxi López y debilitar su Gobierno.

Esta fría apuesta del PNV tiene también sus riesgos. Por ejemplo, consolidar a Bildu en Guipúzcoa para muchos años si los independentistas logran una buena gestión municipal y foral.