La deuda de la sanidad española se dispara más allá de los 9.400 millones
Las autonomías retrasan pagos a los proveedores hasta más de 700 días. En tres años el volumen de facturas pendientes de cobro se ha duplicado
El ejercicio de 2011 ha empezado con una sanidad más morosa que nunca. La maniobra de los hospitales de guardar las facturas de los proveedores sanitarios y farmacéuticos en el cajón ha cuajado y se ha convertido ya en una costumbre. Tanto, que las autonomías acumulan una deuda de 4.300 millones de euros en material (desde tiritas y gasas hasta catéteres y tecnología más compleja) y de 5.191 en fármacos. Las Administraciones tardan, además, en pagar estas deudas más de un año: 395 días para los proveedores sanitarios y 410 para los laboratorios. Un periodo muy superior a los 50 días que marca la Ley de Contratos del Sector Público.
El panorama de déficit no es nuevo. La sanidad española lleva años instalada en la morosidad, pero la situación es ahora más alarmante, si cabe, por estar todavía en la primera mitad del año. En enero, las Administraciones estrenan presupuesto, con el que suelen afrontar los pagos. Sin embargo, lejos de satisfacerse, la deuda —tanto en fármacos como en materiales— ha aumentado alrededor de un 11% desde que terminó 2010. En tres años el volumen de facturas pendientes de cobro se ha duplicado, y los plazos medios de pago han sufrido un incremento superior al 60%, según los datos que manejan la patronal Farmaindustria y la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
Algunas autonomías superan tanto esa media que sus plazos de pago se acercan a los dos años. Es el caso, por ejemplo, de Castilla y León, que adeuda 950 millones de euros a los proveedores y se demora hasta 725 días en pagar las facturas; o Murcia, que acumula cargos por productos sanitarios y medicamentos por valor de 865 millones de euros, y que tarda hasta 667 días de media en saldar sus cuentas. La Comunidad Valenciana, con una deuda de 1.711 millones de euros en medicamentos y tecnología sanitaria, se demora hasta 645 días, y Andalucía, que debe 2.353 millones, tarda hasta 659 días.
Javier Urzai, subdirector general de Farmaindustria, ve la situación como “extremadamente preocupante”. “Todos los años, al principio del ejercicio disminuyen los días de demora, aunque luego crezcan; pero este año el tiempo medio de pago ha aumentado. Y a ese deterioro se une que los bancos y las cajas son cada vez más reacios a asumir la deuda de las comunidades y el estrangulamiento para las compañías es cada vez mayor”, dice. En la misma línea opina Margarita Alfonsel, secretaria general de Fenin. “La morosidad es un elemento distorsionador para el crecimiento del sector, el retraso en los pagos pone en riesgo la viabilidad de las empresas que están viendo limitada de forma alarmante su capacidad de obtener créditos”, argumenta.
El problema es de base. Las comunidades llevan años presupuestando por debajo de lo que gastan en la sanidad —un 15% menos, según los expertos— y esa diferencia no deja de acumularse. Sobre todo en la única parte que admite cierta demora. Y es que del total del presupuesto para sanidad, el 50% se emplea en liquidar nóminas, el 25% en pagar farmacia extrahospitalaria, y el resto se usa para materiales y fármacos hospitalarios. Y aquí es donde llega la deuda; aunque también, junto con medidas dirigidas a contener el gasto farmacéutico general, es donde más se ha metido la tijera con vistas a contener un gasto sanitario incesante.
Lejos de satisfacerse, la deuda, tanto en fármacos como en materiales, ha aumentado alrededor de un 11% desde que terminó 2010
“Las tecnologías son más caras, también los diagnósticos y las terapias; por no mencionar el uso, muchas veces excesivo, que se hace de todo eso y que no ayuda a contener el gasto”, opina Manel Peiró, vicedecano de la escuela de Negocios Esade y experto en Gestión de organizaciones sanitarias. “El problema, además, es que el sector ha estirado siempre más el brazo que la manga, y a pesar de que hay menos presupuesto, el gasto no ha caído”, añade.
La infrafinanciación es el principal problema que aducen la mayoría de las comunidades cuando se les menciona la deuda. Es el caso también de Murcia, una autonomía pequeña, pero de las más morosas. “Aquí no hay facturas en los cajones, por eso sabemos lo que debemos, no como otros”, dice un portavoz de la Consejería de Sanidad murciana. “La sanidad ha multiplicado en los últimos años el agujero y la deuda porque el gasto, al igual que la población ha aumentado”, añade. Murcia ha establecido un sistema de pagos a los proveedores mediante acuerdos con los bancos.
Pero al problema de una deuda que no para de crecer se le ha de sumar otro ingrediente: pagar tarde significa pagar más. Las comunidades autónomas deben hacer frente a unos intereses de demora en torno al 8% anual, según marca el Banco de España. El problema, tanto para la Administración como para la industria, es que judicializar esa reclamación es lento y costoso. Así, algunas compañías terminan llegando a acuerdos con las Administraciones. Otras van a los tribunales. En 20 años, Fenin —que agrupa a más 500 empresas del sector— ha interpuesto más de 4.500 demandas por ese motivo.
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