Los datos acercarían al PP a la mayoría absoluta en unas generales
El PSOE se hundiría a 116 diputados en el Congreso, mientras que Rajoy ganaría con 164
Los resultados del 22-M parecen anticipar una victoria del PP en las elecciones generales de 2012. No es una conclusión infalible. Hace cuatro años, el PP superó en votos al PSOE en las municipales y luego perdió las generales. Esta vez, sin embargo, la distancia es mucho mayor. Con los resultados de estas municipales, el PP se quedaría a 12 escaños de la mayoría absoluta en el Congreso, con 164 diputados, según la extrapolación realizada por EL PAÍS, que muestra un hundimiento del PSOE y un reparto de diputados más plural y alejado del bipartidismo.
En el ejercicio se han tomado los datos del escrutinio de ayer provincia por provincia y se ha aplicado la Ley D'Hont a cada una de ellas tal y como se hace en unas generales. Extrapolar los resultados de unas elecciones a otras es un ejercicio aventurado de política ficción. Las diferencias del momento, ámbito, candidatos, censo y reglas obligan a tomar con mucha cautela cualquier conclusión. El resultado de ese ejercicio es un vuelco en la composición del Congreso de los Diputados. El PP sería el grupo mayoritario con 164 diputados, 10 más que los 154 que obtuvo en 2008 (incluidos dos de UPN, que luego rompió con el PP). El PSOE, mientras, perdería 53 de sus actuales 169 diputados, con lo que se quedaría en 116, el peor resultado de su historia, por debajo de las cifras de 1977 o 1979 o de los 125 diputados que sumó Joaquín Almunia en 2000, cuando el PP logró mayoría absoluta. Si se toman los datos de las autonómicas en las comunidades que las han celebrado -para eliminar la distorsión que introducen algunas candidaturas locales independientes-, la diferencia aún sería algo mayor: 166 diputados del PP por 114 del PSOE.
Bildu tendría siete diputados en el Congreso, los mismos que PNV
CiU sería la tercera fuerza política en el Congreso con 16 diputados, 6 más que en 2008, pero el mayor salto lo daría Izquierda Unida, que pasaría de 2 a 15 escaños. El otro gran salto sería el de Bildu, que obtendría 7 diputados, los mismos que el PNV, al lograr representación en las tres provincias vascas y en Navarra con unos resultados mejores que los que nunca tuvo Batasuna.
Al PP no le bastaría para gobernar con los dos escaños de UPN (separada ahora del PP), los dos de FAC, el partido de Francisco Álvarez-Cascos, y los cuatro de Coalición Canaria, sus fuerzas más afines. Para tener una mayoría estable necesitaría sumar también a algún otro grupo minoritario como el Partido Andalucista (2 diputados) UPyD (2 escaños), PRC (un diputado) o el PAR (un diputado, o bien pactar con alguno de los grandes partidos nacionalistas (CiU o PNV).
Por su parte, ERC ganaría dos escaños, el BNG y Nafarroa Bai se mantendrían, y entrarían en el Congreso (además de los ya citados Bildu, FAC, el PA, el Par o el PRC) los nacionalistas de Lanzarote, el Bloc y Plataforma por Catalunya, el partido con tintes xenófobos dirigido por Josep Anglada.
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