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La rebelión de los políticos pequeños

Interior autorizó el pasado año la inscripción de 492 formaciones Grupos anticapitalistas coexisten con formaciones que arremeten contra los abusos de la banca

Joaquín Gil

"Lo mejor es desaparecer cuando tienes la mosca detrás de la oreja", dice enigmático Antoni Rami, exconsejero de Economía del primer Gobierno de Jaume Matas, del PP, reconvertido en outsider de la política local. Rami abandonó en agosto las filas conservadoras, donde militó 15 años y "vio cosas muy feas", para fundar Transparencia por Calvià, una formación inspirada en la corriente Open Goverment, que preconiza que el ciudadano debe conocerlo todo sobre su administración. El partido es una de las 492 marcas que el pasado año se registraron en el Ministerio del Interior y coexiste con grupos que, alejados del esquema convencional, cargan contra los abusos de la banca o la opacidad del sistema.

Legalizar un partido en España es sencillo. Representa el primer eslabón para presentar una candidatura, lo que da derecho a disponer del censo y espacios gratuitos en los medios públicos, entre otras prebendas. "Los pequeños tienen su minuto de gloria en las elecciones", asegura Margarita Soler, profesora de Derecho Electoral de la Universidad de Valencia.

El programa de Transparencia, sostiene Rami, evitaría episodios de corrupción y financiación irregular de partidos, como el caso Palma Arena, que desde hace décadas convulsionan la política balear. La formación combate su bajo presupuesto -60.000 euros- con ocurrencias pintorescas. Su precursor anunció la candidatura tras recorrer 55 kilómetros a nado y contrató una inserción en prensa para "seleccionar" concejales. -"Se busca regidor, comprometido y altruista por 1.200 euros al mes",-recogía el anuncio. "Es todo mercadotecnia", admite entre risas. Antonio Manchado, su rival socialista para gobernar el municipio mallorquín de Calvià (50.000 habitantes), ofrece otra lectura sobre el alma máter de Transparencia. "[Rami] Salió del PP porque cayó en desgracia y pone un anuncio porque no encuentra incautos suficientes para llenar su lista".

La corriente transparente se ha extendido a otros puntos de España. "Frente a los partidos convencionales, el ciudadano", proclama con tono mitinero el psicólogo Carlos Muñoz, fundador de TUD (Transparencia, Utilidad y Distribución), una formación que presenta lista en la localidad madrileña de Valdemoro (68.000 habitantes). Propugna las listas abiertas, la implantación de presupuestos participativos y la fiscalización de los ingresos (limita los donativos al partido a 500 euros). Muñoz recurre a una frase de Muhammad Yunus, el banquero de los pobres, para esbozar su programa. "La mejor estrategia es la que no existe".

"El banquero te deja un paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando llueve", sentenció el escritor Mark Twain y suscribe, un siglo después, el empresario Mikel Ovieta, promotor del Partido de Perjudicados por la Banca. Esta formación, integrada por una docena de profesionales liberales vascos, se define como "apolítica" y calienta motores para el 22-M. La formación se llevó una alegría cuando el pasado mes la Audiencia de Navarra avaló su principal reivindicación, la dación en pago -entrega de casa por hipoteca-. Después, cuatro disgustos consecutivos cuando el mismo tribunal emitió otras tantas resoluciones en contra. "¿Cómo no se te vas a desanimar?", concluye.

Mikel, el antisistema de 58 años

Mikel Labeaga es un antisistema de 58 años. "El problema se llama capitalismo", dice este funcionario de dialéctica demoledora y frases contundentes. Labeaga abandonó en 2010 Ezquer Batua (Izquierda Unida) para fundar Antikapitalistak, que se mira en el espejo del movimiento Anticapitalista francés de Olivier Besancenot (5% en las elecciones europeas).

Antikapitalistak, con 100 militantes, no prevé presentarse a las municipales del 22 de mayo. Sus impulsores prefieren "dejar reposar" el proyecto por miedo a "precipitarse". "Para sacar un concejal en Mataporrillos del chanquete, mejor lo dejamos", concluye.

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

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