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Competitividad, precipitación y doble juego en la estrategia electoral

El terremoto de Lorca y la retirada de propaganda del PP marcan la agenda política Los dos expertos aseguran que hay enfrentamiento, poca pedagogía y mucho discurso nacional

Belén Hernández
El cartel del PP de los 'cinco millones de parados' en un andén de la estación de Alonso Martínez del Metro de Madrid.
El cartel del PP de los 'cinco millones de parados' en un andén de la estación de Alonso Martínez del Metro de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

15.840 minutos de paseo por un barrio obrero; 264 horas de mítines y pegada de carteles: 11 días en los que, desde la medianoche del 5 de mayo, los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas de 2011 no han cejado en el empeño de comunicar sus propuestas, pero, ¿De qué manera?

El terremoto de Lorca, que ha dejado a decenas de damnificados, y la retirada de un cartel electoral del Partido Popular han marcado las últimas jornadas de estos comicios autonómicos y municipales. "Desde la oposición también se puede hacer Gobierno y la muestra pública al Ejecutivo es fundamental en casos de una tragedia como esta, que sucede en plena campaña", asegura Antoni Gutiérrez Rubí, asesor de comunicación política, sobre la actitud del Partido Popular en el seísmo que ocurrió la semana pasada en Murcia, que cree que ha sido "precipitada y competitiva", ya que estas situaciones generan "una atmófera de instrumentalización" en los electores que es necesaria disipar "con una reacción rápida y eficaz". Por su parte, Francisco Roldán, asesor político y docente de Uniactiva Escuela de Negocios, considera que "salvo las cabezas de lista", los partidos no han aprovechado la catástrofe para ganar apoyos: "Se ha minimizado la posibilidades que había de poder utilizar un terremoto como el de Lorca".

La censura del cartel de los 'cinco millones de parados' del PP por la Junta Electoral Central también suscita la duda de si una estrategia agresiva puede ser la solución para ganar votos: "Se lanza la piedra, se deja marcado al adversario y después, si el partido tiene la capacidad para rectificar rápido, lo que le asegura es tener una reacción aceptable ante el votante, que demuestra esfuerzo. Pero la imagen ya está hecha", explica Gutiérrez Rubí, que asegura que estos métodos están en la delicada línea de "lo aceptable y permisible" dentro de la comunicación política. Para Roldán, este estrategia solo es una manera de afianzar las posturas de los indecisos ("que no irán a votar") y "del núcleo duro del Partido Popular y del PSOE", por la tradicional idea de que el votante de derecha es más fiel que el de izquierdas, aunque él, como asesor político, estén en contra de campañas en las que se generan imágenes negativas y no información.

Mensajes

 “Lo que estamos viendo estos días es enfrentamiento y campaña negativa”, asegura Francisco Roldán: “La gente está lo suficientemente desencantada con la clase política como para que ellos en sí se conviertan en un problema más”. El predominio de los asuntos nacionales en una cita con las urnas locales y autonómicas es otra de las debilidades que encuentran los profesionales que asesoran a los candidatos: “Es sorprendente como en una campaña de este tipo se hable más del pasado, de momentos históricos, en vez de tratar temas del presente y futuro, que son los aspectos centrales”, explica Antoni Gutiérrez Rubí, asesor de comunicación política.

Una estrategia agresiva es una manera de afianzar las posturas de los indecisos ("que no irán a votar") y "del núcleo duro del Partido Popular y del PSOE"

El paro, la situación económica y la crisis se han convertido, según los dos asesores, en los ejes centrales de la campaña electoral: “Cada vez vamos a peor en cuanto a tocar temas nacionales en unas elecciones municipales y autonómicas”, asegura Roldán, que cree que aunque las televisiones y la prensa local sirven para convencer a “una minoría dura”, mientras que los medios nacionales son los que se encargan de mediatizar los temas que rigen la agenda política. “La aprobación de Bildu in extremis ha creado un estado y situación de visibilidad mediática especial”, admite Gutiérrez Rubí, una idea que coincide con la de Roldán: “la coalición Bildu ha copado las portadas de los periódicos y los minutos en las televisiones y radios”. Rubí está convencido que la sobrecarga de mensajes de temas que afectan indirectamente a esta campaña provoca  que los electores “estén agotados”: “se genera tensión y agotamiento producto del combate electoral”.

“El problema es que en ocasiones se espera hasta el último momento para transmitir los mensajes y a veces con métodos pocos ortodoxos”, cuenta Roldán, que lo ejemplifica con el vídeo de Alejandro Fernández, candidato a la alcaldía de Tarragona, con una versión de la canción Alejandro de la cantante Lady Gaga o con la utilización del popular dibujo animado Bob Esponja como reclamo del diputado del PP y candidato a la alcaldía de Getafe, Juan Soler.

 Escenarios

El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, apostó para su primer acto público por la ciudad de Sevilla, uno de los feudos socialista más importante, mientras que el PSOE, representado por el ministro de Fomento José Blanco, abrió campaña en Madrid, apoyando la candidatura de Tomás Gómez y Jaime Jaime Lissavetzky, uno de los bastiones que el PSOE quiere recuperar. Los escenarios que se escogen están estratégicamente elegidos por equipos de asesores que tienen muy presenten los datos estadísticos y la intención de voto en cada región: “Que Rajoy visitara Sevilla su primer día simboliza que cree que se producirá el cambio, que es un objetivo perseguido”, comenta Gutiérrez Rubí, que cree que la campaña del Partido Popular acabará en cualquiera de las ciudades de la comunidad de Castilla La-Mancha y el PSOE puede que lo haga en Andalucía. Para Francisco Roldán, la estrategia gira en “conservar aquello que ya está conseguido”, mientras que se intenta amarrar “lo que ya se tiene”: “Es aventurado, pero puede que el PSOE acabe en Madrid, en esos grandes mítines en el campo del Rayo Vallecano y el PP en Valencia”.

 Promesas y eslóganes

 “En mi camino al trabajo puedo ver la publicidad de un mismo partido y distintos eslóganes para el mismo candidato, eso lo único que hace es confundir si lo que queremos es que llegue el mensaje”, explica Roldán. Una tesis que reafirma Gutiérrez Rubí: “El efecto es limitado ya que los electores no recuerdan los eslóganes y cada candidato local los cambia y los adapta a cada ciudad”. “No se trata de prometer lo imposible, sino lo necesario, soluciones a las inquietudes ciudadanas”, concluye Roldán.

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Sobre la firma

Belén Hernández
Redactora de Estilo de Vida, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde escribe sobre cultura y tendencias, pero también sobre infancia, medio ambiente y pobreza en países en desarrollo. Antes trabajó en El Mundo y Granada Hoy. Es granadina, licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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