Marruecos, un socio de confianza
"Hagamos que España sea nuestro enganche en Europa para el gran proyecto del Mediterráneo"
Marruecos se dispone a dar el paso decisivo en el proceso, iniciado hace ya años, de la consolidación de un Estado de derecho, democrático y moderno, en un contexto regional a la vez agitado y prometedor.
Impulsado por su liderazgo político, Marruecos emprendió de forma paulatina pero firme y decidida una batería de reformas políticas y económicas que le permiten hoy afrontar el futuro con optimismo gracias a una sociedad civil proactiva, responsable y comprometida con el gran proyecto "Marruecos". El paso decisivo en la consolidación de estas reformas fue dado, el 9 de marzo, por el Rey Mohammed VI, y consiste en una revisión constitucional que se hará con la contribución y el protagonismo de todos los actores políticos y de los representantes de la sociedad civil que enriquecerán su contenido aportando sus visiones, ideas y sugerencias. En el marco de esta dinámica, otras medidas han sido ya tomadas como la instalación del Consejo Nacional de Derechos Humanos, la instancia Central de Prevención contra la Corrupción, el Consejo Económico y Social, la Institución del Mediador (Defensor del Pueblo), el Consejo de Competencia.
Por eso, el Marruecos de hoy y del futuro prosigue su tarea de crear y consolidar instituciones que ponen al ciudadano en el centro de las prioridades permitiéndole, no solo aprovechar sino también disfrutar plenamente de su ciudadanía. Quizás la imagen más elocuente en este aspecto sea la de las últimas manifestaciones que vieron el protagonismo de una juventud comprometida y prometedora, una juventud que reclama, que reivindica de manera responsable y dispuesta a aportar aire nuevo, entusiasmo y vitalidad a este gran proyecto. Su presencia y su contribución en los grandes debates políticos dejan entrever un futuro mejor que inspira confianza y transmite serenidad a la sociedad.
"Hagamos que España sea nuestro enganche en Europa para el gran proyecto del Mediterráneo"
Este es el Marruecos que quiere concentrar su energía en responder, con eficacia, a los grandes desafíos como la creación de empleo, la eliminación de la pobreza y el crecimiento económico. Son estos logros de apertura política, de reforzamiento de las instituciones democráticas y de consolidación del Estado de derecho lo que permiten a Marruecos desempeñar un papel clave en la construcción de un futuro de paz y prosperidad en el Mediterráneo mediante una nueva gobernanza paritaria y de proyectos a geometría variable y creadores de riqueza. Marruecos seguirá desempeñando su papel de facilitador para que la UPM pueda explorar todas las bazas del Mediterráneo y proporcionar respuestas pertinentes a los múltiples desafíos socioeconómicos del espacio euromediterráneo.
Confiamos en que los cambios en la región, anunciadores de la emergencia de une nueva élite que hará prevalecer los valores de democracia y de respeto de derechos humanos, creará las condiciones para la solución definitiva al diferendo regional sobre el Sáhara en el marco de la iniciativa de autonomía propuesta por Marruecos, valorada por la comunidad internacional.
La solución definitiva de este diferendo liberará las energías que se encauzarán hacia la construcción de una Unión del Magreb Árabe, que los pueblos de la región llevan anhelando desde su independencia, dando lugar a un espacio seguro y prospero en beneficio, no solo de los pueblos de esta unión, sino también de nuestra vecina, la UE. Las relaciones con la UE han constituido una prioridad estratégica de la política exterior de Marruecos, ya que compartimos valores comunes de democracia, derechos humanos y de apertura. Con el fin de construir con la UE una relación más sólida, ambiciosa y solidaria, y un espacio económico común, mi país ha ido adoptando políticas para consagrar este acercamiento.
Sobra decir a estas alturas que la cooperación, el intercambio, la complicidad y el compromiso mutuo han desembocado en el Estatuto Avanzado, que constituye la culminación de un proceso de acercamiento con la UE, convirtiendo a Marruecos en el país no miembro de la UE más cercano de este conjunto. En este contexto histórico y geopolítico, las relaciones entre Marruecos y España son y seguirán siendo estratégicas para ambos países por varias razones. Por ello, tenemos que incitar, en particular a ambas sociedades civiles, a los medios de comunicación y al conjunto de la opinión pública, para que se apropien el destino de estas relaciones. Esta interacción de sociedades civiles es una vía más para un entendimiento mutuo sin complejos ni prejuicios, para un mejor conocimiento del otro.
Estoy convencido de que el vecino español, abierto y partidario del progreso y de la modernización, sabrá apreciar los grandes esfuerzos, avances y logros realizados por Marruecos: un Marruecos próspero, estable y desarrollado no hará sino contribuir más a la estabilidad y prosperidad del espacio Euro Mediterráneo permitiendo afrontar con éxito todos los desafíos.
Pongamos como próximo gran objetivo sentar las bases de una alianza inquebrantable que acabe con desconfianzas y prejuicios, que busque y halle más puentes de acercamiento convirtiendo la cercanía geográfica en una energía motriz para nuestros intereses y sustrayéndonos de los episodios históricos que obstaculizan nuestra marcha hacia el futuro. Hagamos que España sea nuestro principal enganche en Europa y podamos contribuir de forma armoniosa, coherente y eficaz al éxito del gran proyecto de la Unión por el Mediterráneo.
Es indispensable que los medios de comunicación españoles empiecen a mirar a Marruecos de forma positiva y yo diría inclusive objetiva. Es triste que siga habiendo distorsión y tergiversación de la realidad como fue el episodio de desmantelamiento pacifico del campamento de Guedim Izik. En todo caso, Marruecos está empeñado en seguir su camino hacia la consolidación definitiva del Estado de derecho según una aproximación participativa e inclusiva. Por consiguiente, hoy en día mi país tiene la capacidad y las potencialidades para concretizar la regeneración ciudadana, la aspiración democrática, la apertura económica y el desarrollo humano.
Youssef Amrani es secretario general del Ministerio de Exteriores y Cooperación de Marruecos.
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