Cinco millones de niños mueren antes de cumplir cinco años
La ONU estima que 59 millones de niños y jóvenes pueden fallecer de aquí a 2030 si no se toman las medidas urgentes y se aumentan las inversiones públicas, principalmente en salud
Unos cinco millones de niños fallecieron antes de cumplir cinco años en 2021 y más de dos millones de niños y jóvenes de entre 5 y 24 años perdieron la vida, principalmente por no contar con asistencia sanitaria adecuada, según el informe del Grupo Interinstitucional de la ONU para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez (UN IGME, por sus siglas en inglés), publicado este martes. Es decir, cada 4,4 segundos murió una persona menor de 25 años en el mundo en 2021, último año estudiado por la institución. Aunque se han logrado avances considerables en la reducción de la mortalidad infantil en las últimas décadas, estas cifras también reflejan que el acceso y la disponibilidad de atención médica de calidad siguen siendo “una cuestión de vida o muerte” para los niños en todo el mundo, afirma el documento. Sobre todo, en los países del África subsahariana y el centro y sur de Asia, regiones que tienen las tasas más altas de mortalidad infantil.
Además, 1,9 millones de bebés nacieron muertos durante el mismo período, según otro informe del grupo también difundido este martes, que estima que, si no se toman medidas rápidamente y se aumentan las inversiones públicas, unos 59 millones de niños y jóvenes fallecerán antes de 2030 y casi 16 millones de bebés nacerán muertos hasta ese año. “Cada día demasiados padres se enfrentan al trauma de perder a sus hijos, incluso antes de que nazcan. Una tragedia tan generalizada y prevenible nunca debe aceptarse como inevitable. El progreso es posible con una voluntad política más fuerte y una inversión focalizada en el acceso equitativo a la atención primaria de la salud para todas las mujeres y niños”, ha declarado Vidhya Ganesh, directora de la División de Análisis, Planificación y Monitoreo de Datos de Unicef, en la presentación de estos documentos.
“Detrás de estos números hay millones de niños y familias a quienes se les niegan sus derechos básicos a la salud”, ha dicho Juan Pablo Uribe, director global de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial, en la presentación. “Necesitamos voluntad política y liderazgo para la financiación sostenida de la atención primaria de la salud, que es una de las mejores inversiones que pueden hacer los países y los socios para el desarrollo”.
Los niños menores de cinco años nacidos en el África subsahariana están expuestos al mayor riesgo de muerte infantil del mundo, 15 veces mayor que el de los niños de Europa y América del Norte
En el ámbito de las buenas noticias, los informes de la ONU sí demuestran que desde el año 2000 la tasa mundial de mortalidad de menores de cinco años se redujo en un 50% y la de niños mayores y jóvenes y la de mortalidad fetal disminuyó un 36% y 35%, respectivamente. ¿La razón? “En los últimos 30 años, los servicios de salud para prevenir y tratar las causas de muerte infantil, como bebés prematuros, complicaciones durante el parto, bajo peso al nacer, sepsis neonatal, neumonía, diarrea y malaria, han desempeñado un papel importante en salvar millones de vidas”, ha explicado Danzhen You, jefa de Demografía en Unicef y coordinadora de UN IGME, en respuesta a una pregunta de este diario.
Sin embargo, desde 2010 las mejoras se han reducido significativamente y, si nada cambia, 54 países no alcanzarán la meta fijada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre mortalidad de menores de hasta cinco años (25 decesos por cada 1.000 nacidos vivos) y más de 60 no cumplirán la de mortalidad fetal (12 decesos o menos por cada 1.000 alumbramientos), según el documento del UN IGME. Este grupo está formado por miembros de Unicef, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la División de Población de las Naciones Unidas (DPNU) y el Banco Mundial.
La suerte de nacer aquí o allá
En 2021, más del 80% de las muertes de niños menores de cinco años y un 70% de los decesos de los jóvenes de hasta 24 años se produjo en el África subsahariana, el centro y sur de Asia, según el informe. Si en todo el mundo la tasa de mortalidad de menores de cinco años era de 38 por cada 1.000 habitantes, en el África subsahariana era de 74 por cada 1.000 niños. En estas dos regiones ocurrieron en 2021, además, el 77% de las muertes fetales. Concretamente, los niños menores de cinco años nacidos en el África subsahariana están expuestos al mayor riesgo de muerte infantil del mundo, 15 veces mayor que el de los niños de Europa y América del Norte. Y el riesgo de que una mujer que vive en el África subsahariana dé a luz un bebé muerto es siete veces superior al que se registra en Europa y América del Norte.
“Es sumamente injusto que las posibilidades de supervivencia de un niño dependan únicamente de su lugar de nacimiento y que existan desigualdades tan grandes en su acceso a los servicios de salud que salvan vidas”, ha denunciado Anshu Banerjee, director de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente de la OMS, en la presentación. “Los niños de todo el mundo necesitan sistemas sólidos de atención primaria de salud que satisfagan sus necesidades y las de sus familias, para que, sin importar dónde nazcan, tengan el mejor comienzo y esperanza para el futuro”, ha agregado.
Pero el África subsahariana y el centro y sur de Asia “sufren una cobertura baja y desigual en momentos cruciales como la cobertura ANC4 [cuatro o más visitas de atención prenatal], la asistencia cualificada en el parto, el cuidado posnatal y la atención a recién nacidos pequeños y enfermos”, ha explicado You. “Abordar estas brechas en la cobertura y la calidad de la asistencia será fundamental para acelerar los progresos”, ha añadido.
Voluntad política e inversiones
En 2021, unos 2,3 millones de niños murieron antes de cumplir un mes. Es decir, 6.400 bebés murieron cada día en el mundo. Estas muertes representan el 47% de los decesos de los menores de cinco años. Para los recién nacidos, el parto prematuro y las complicaciones durante el alumbramiento son las principales causas de deceso. Por otra parte, un 40% de las muertes fetales se produce por falta de oxígeno durante el parto, problemas de placenta y otras complicaciones que en muchos casos se pueden evitar si las mujeres han tenido acceso a una atención de calidad durante el embarazo.
Detrás de estos números hay millones de niños y familias a quienes se les niegan sus derechos básicos a la saludJuan Pablo Uribe, Director Global de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial
Para los niños que sobreviven más allá de los primeros 28 días, las enfermedades infecciosas como la neumonía, la diarrea y la malaria representan la mayor amenaza de muerte. En la franja de edad entre 5 y 24 años, las principales causas de muerte también incluyen lesiones, como accidentes de tránsito y ahogamiento, violencia interpersonal y autolesiones.
Por otra parte, aunque la covid-19 no ha aumentado directamente la mortalidad infantil, ya que los niños se han visto menos afectados por la pandemia que los adultos, el coronavirus puede haber aumentado los riesgos futuros, según este informe. Concretamente, el UN IGME alerta sobre las interrupciones en las campañas de vacunación, los servicios relacionados con la nutrición y el acceso a la atención primaria, que podrían poner en peligro su salud y bienestar durante muchos años. De hecho, el pasado julio, Unicef advirtió de que la pandemia ha provocado el mayor retroceso continuo en las vacunas en tres décadas, lo cual aumenta el riesgo de los recién nacidos y niños más vulnerables de morir debido a enfermedades evitables, como el tétanos o el sarampión.
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