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Obituario
Tribuna
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Libros y música para recordar a Francisco Zamora Loboch, escritor, periodista y artista ecuatoguineano

Este polifacético intelectual, fallecido recientemente en Madrid, fue uno de los grandes representantes de la literatura escrita desde el exilio

Francisco Zamora Loboch

Los poemarios, ensayos y novelas que Francisco Zamora Loboch (Santa Isabel, actual Malabo, Guinea Ecuatorial, 1948) escribió desde el exilio en España le sobrevivirán. Proveniente de una familia originaria de la isla de Annobón, Zamora, llegó a Madrid con 20 años para estudiar Economía en la Universidad Complutense ―aunque luego se pasó a Periodismo― y en esa misma ciudad falleció el pasado 22 de noviembre, a los 77 años. Zamora deja un legado de décadas de producción de ficción y no ficción sobre la memoria, la identidad, la política y el poder en un país que fue colonia española y que, desde 1979, vive bajo el régimen de Teodoro Obiang.

Antes de ser escritor, trabajó en varios medios españoles. Fue redactor en periódicos como Actual, Pueblo, El Sol, Diario As o 20 Minutos y colaboró en RNE. Su trayectoria periodística fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo Julio Camba, en 1991.

Formó parte del grupo musical Los hermanos Zamora que, en los años sesenta, durante la última etapa de la colonia española en Guinea Ecuatorial, actuaba en certámenes musicales y en fiestas locales. Más tarde, cuando todos sus miembros ya estaban exiliados en España, cambió varias veces de nombre. En los ochenta, bajo el nombre de Guinea, tuvieron un par de sencillos en las listas de éxito, como Paquidermo y Somos los conguitos donde jugaban con el famoso anuncio de la marca de golosinas.

También fue un gran amante del deporte, especialmente del fútbol. Fue entrenador de equipos infantiles y juveniles.

Sin embargo, quizás el legado literario sea lo más destacado del polifacético Zamora Loboch. En varias ocasiones, manifestó que su experiencia de exilio y pertenencia —a Guinea Ecuatorial y España— marcó profundamente su obra. Son, además, cualidades que lo erigen como uno de los mejores representantes de la llamada “generación perdida” de escritores ecuatoguineanos. Esta es una etiqueta otorgada a un conjunto de autores originarios de Guinea Ecuatorial que, debido a la represión política, la censura o la inestabilidad en su país, viven y escriben en el exilio, principalmente en España. El grupo tuvo su apogeo durante la segunda mitad del siglo XX. Entre sus miembros, además de Zamora Loboch, destacan Donato Ndongo-Bidyogo, Crisóstomo Juan Nkogo, Justo Bolekia Boleká o Juan Tomás Ávila Laurel. La situación de desplazamiento forzado, la dificultad de ser reconocidos en sus país de origen y la sensación de pérdida cultural y literaria caracteriza a estos intelectuales.

Esta situación se refleja claramente en los escritos de Zamora Loboch. En las páginas de sus libros se habla del choque entre sus orígenes guineanos y la vida en España, así como la nostalgia por su tierra. También están presentes la realidad africana, el colonialismo y las dinámicas de poder. Igualmente, sus investigaciones exploran el pasado colonial de Guinea Ecuatorial y cómo esos recuerdos configuran un constructo literario.

Sus publicaciones más importantes son Cómo ser negro y no morir en Aravaca (Ediciones B, 1994), un ensayo que toma como punto de partida el asesinato de la inmigrante dominicana Lucrecia Pérez Matos, sin nombrarla. No se queda en un caso concreto, sino que hace un recorrido histórico desde 1942 hasta finales del siglo XX para mostrar que el racismo es algo estructural, cultural y lingüístico que está arraigado en la sociedad española.

Destaca también Memoria de laberintos (Sial, 1999), un poemario donde plasma el conflicto del exilio y la memoria de Guinea Ecuatorial. Muchas de las composiciones reflejan el desarraigo de los guineanos llegados a España tras los traumas de la colonización y los regímenes posteriores. Esto se traduce en el choque cultural y la nostalgia por la tierra natal.

Desde el Vivir y otras crónicas (Sial, 2008), toca temas similares a Memoria de laberintos, pero desde una reflexión más madura.

Conspiración en el green (El informe Abayak) (Sial, 2009) es una divertida historia que gira en torno a un modesto detective privado annobonés contratado por el Centro Nacional de Inteligencia español para investigar los rumores de un posible golpe de Estado en Guinea Ecuatorial. Al mismo tiempo, desde un selecto club de golf de Ciudad del Cabo, un lord británico y su socio libanés conspiran para apoderarse y controlar el petróleo del pequeño país. La novela combina la intriga, el espionaje y el crimen con una fuerte dimensión histórica y política donde se entrelazan la corrupción e intereses geopolíticos y las consecuencias de todo ello para los pueblos africanos.

En El caimán de Kaduna (Paréntesis, 2012), un joven africano (apodado El caimán de Kaduna) llega a España con la ilusión de triunfar en el fútbol. Es un portero que sueña con llegar lejos, pero la promesa se tuerce. Tras una serie de engaños, por parte de su representante, termina acusado de tráfico de drogas. Una vez en la cárcel, decide escribir una biografía de su ídolo, Iker Casillas. Todo ello es una excusa que sirve a Zamora Loboch para explorar el lado más negativo del “sueño africano” hacia Europa.

Y por último, La República fantástica de Annobón (Sial / Pigmalión, 2017) es una novela que transcurre en 1931, cuando el Gobierno de la Segunda República nombra delegado en la isla de Annobón a Restituto Castilla González, sargento de la Guardia Civil. Esa realidad histórica se mezcla con ficción. A través de los ojos de Restituto se narra el descubrimiento de un nuevo mundo, así como el choque cultural y las tensiones que surgen entre la visión colonial y republicana y las realidades locales. Todo se combina con una historia de amor que altera significativamente los acontecimientos.

Toda esta obra pone de relieve la figura de Francisco Zamora Loboch como uno de los grandes representantes de la literatura ecuatoguineana en español. Una voz imprescindible del exilio guineano que aporta nuevas perspectivas desde su experiencia personal.

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