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Elecciones Venezuela 2024
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Habrá fraude? ¿Debo creer en las encuestas? ¿Qué pasará con los migrantes? Respuesta a estas y otras dudas sobre el futuro de Venezuela

La elección del domingo llega rodeada de incertidumbres sobre quién ocupará el poder y la manera en la que podría producirse una posible transición

Un hombre lee el periódico en el centro de Caracas, el 24 de julio.
Un hombre lee el periódico en el centro de Caracas, el 24 de julio.Marina Calderón

Venezuela se aproxima a la fecha electoral en medio de un mar de dudas, incertidumbre y una convicción: las elecciones presidenciales se perciben como la mejor ruta para iniciar la resolución de un conflicto, no armado, que ha expulsado a más de ocho millones de personas del país y ha sometido a su población a sufrir una emergencia humanitaria compleja.

¿Cuáles son las preguntas existenciales de este proceso?

El panorama está tan viscoso que analistas y comentaristas creen ver señales en cada gesto. Las dudas y expectativas van cambiando, minuto a minuto. Sin embargo, una cuestión que está vigente es si de ganar la oposición, como sugieren la mayoría de las encuestas creíbles, el Gobierno de Maduro reconocería ese triunfo. En contraste, también está en el aire si la oposición admitiría una eventual victoria del oficialismo; del lado del Gobierno insisten en que tienen números que así se lo auguran.

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Que a días de la elección este sea el panorama puede ser una buena señal. Hace año y medio, con la debacle del llamado gobierno interino y el posterior exilio de Juan Guaidó, había un consenso en distintos sectores de que la elección de 2024 sería solo un trámite y que la permanencia de Nicolás Maduro en el poder estaba garantizada hasta 2030.

Una familia migrante de Venezuela en la Estación de Recepción Migratoria de San Vicente, en Metetí (Panamá), en mayo de 2023.
Una familia migrante de Venezuela en la Estación de Recepción Migratoria de San Vicente, en Metetí (Panamá), en mayo de 2023.CHELO CAMACHO

“En contextos autoritarios y poco competitivos, como es el caso de Venezuela, la expectativa sería que el Gobierno gane. O dicho de otra forma: las expectativas a priori por las condiciones no competitivas, en el contexto autoritario se anticiparía sí o sí una victoria de la coalición autoritaria. Sin embargo, lo que estamos viendo en Venezuela hoy en día, la palabra que está más presente es incertidumbre. Esta es una característica del juego en democracia, cuando los resultados no están cantados. Me parece que es una de las situaciones más interesantes en este momento porque no sabemos qué es lo que pueda ocurrir. Se abre la posibilidad de una victoria opositora, tomando en cuenta la tendencia de las encuestas más creíbles del país”, afirma Maryhem Jiménez, doctora en Ciencia Política, estudiosa de los sistemas autoritarios y los movimientos de oposición.

Sobre las lecturas entre líneas, algunos interpretan las declaraciones recientes del presidente Lula Da Silva, quien aseguró que Maduro debía aprender que en una democracia el que gana se queda y quien pierde se va; en el envío de altos cargos de Brasil a Venezuela y las declaraciones recientes del hijo del mandatario venezolano Nicolás Maduro Guerra, quien dijo a EL PAÍS que si pierden están dispuestos a reconocerlo, como señales de que en el Gobierno de Maduro están conscientes de que esta es la elección en la cual ha peligrado más su permanencia en el poder.

Hoy en vísperas de la cita, la emoción se siente en las calles, los pronósticos circulan hasta en las casas de apuestas, los análisis circunstanciales emergen y en general los que se interesan en este tema preguntan: ¿Qué va a pasar en Venezuela?

Además, hay otras dudas que surgen producto de las campañas de desinformación y de la ansiedad electoral que se ha adueñado de esta nación.

EL PAÍS consultó a varias voces expertas en el proceso político venezolano sobre la relación del chavismo de base con la cúpula, el rol de la Fuerza Armada Nacional, la posibilidad o no de un fraude, el funcionamiento del sistema electoral, las expectativas sobre los escenarios a los que le asignan más probabilidad de ocurrencia, la posibilidad de una transición, entre otras preguntas, que hacen poner la lupa, una vez más, en el país suramericano.

Edmundo González y María Corina Machado en el cierre dela campaña opositora, el 25 de julio en Caracas.
Edmundo González y María Corina Machado en el cierre dela campaña opositora, el 25 de julio en Caracas.Marina Calderon

¿Se nos rompió el amor?

Una de las interrogantes es cómo se llegó a este momento. Una de las hipótesis es que la cúpula gobernante perdió la conexión con las bases chavistas. Al respecto, Antonia Muñoz, dos veces gobernadora del estado Portuguesa, en los llanos venezolanos y exdirectiva del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), asegura “que una buena parte del chavismo rompió esa conexión con la cúpula. Estoy más que convencida de que el pueblo que siguió Hugo Chávez es el mismo que una vez siguió a Rómulo Betancourt, a Carlos Andrés o al doctor Caldera. Ese pueblo para 1998 ya estaba decepcionado porque la población vivía en pobreza. Según las cifras, 49% de la población venezolana para aquel momento estaba empobrecida… Hoy, parte de ese pueblo que seguía al presidente Chávez, ahora está siguiendo a Edmundo González Urrutia y a María Corina Machado, la candidata inhabilitada por el gobierno”.

Según datos de la encuestadora Delphos, la base social del chavismo se rompió y esto comenzó a hacerse evidente hace más de dos años. Para marzo de este año, según sus estudios de opinión, 70% del chavismo blando manifestaba que es necesario un cambio.

Muñoz no es la única ex alto cargo del chavismo que advierte la brecha entre la actual cúpula y el chavismo de base. El exalcalde mayor de Caracas, Juan Barreto, se alió con el Partido Comunista de Venezuela para apoyar la candidatura de Enrique Márquez. El Gobierno venezolano dejó a la izquierda no afín a Maduro sin casilla en la boleta electoral al intervenir a partidos políticos que alguna vez formaron parte de la coalición oficialista Gran Polo Patriótico.

¿Qué pasa con el partido verde, las Fuerzas Armadas?

Las Fuerzas Armadas son un archipiélago, están fragmentadas en sus intereses y no pareciese que tengan disposición a desconocer la voluntad de las mayorías, afirma Hernán Castillo, profesor de Historia Militar de Venezuela, autor de investigaciones sobre las relaciones entre el mundo militar y civil. Para el académico, aunque en Venezuela, como en Latinoamérica, hay una tradición de golpes de Estado, en la actualidad no hay incentivos para que la comunidad internacional tolere algún tipo de pronunciamiento alejado de los parámetros democráticos. Destaca, además, la cantidad de militares que están bajo prisión, señalados de presuntas conspiraciones contra el Gobierno de Maduro.

“Creo que, si seguimos lo que han hallado las encuestas, la proporción a favor del candidato opositor es abrumadora. No creo que se vayan a pronunciar en su contra. Además, creo que el domingo 28 y en el mediano plazo vamos a salir en paz. Luego, pueden venir tiempos muy retadores para un proceso de transición”.

Sobre las condiciones de las FANB, uno de los elementos que ha surgido son declaraciones del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que circulan en las redes sociales. De igual manera, las FANB publicaron un video de una reunión sostenida con el grupo de observadores del Centro Carter, que tiene una misión en Venezuela.

El General en Jefe Vladímir Padrino López (centro) en la eunión con representantes del Centro Carter, el 22 de julio.
El General en Jefe Vladímir Padrino López (centro) en la eunión con representantes del Centro Carter, el 22 de julio.MPPD

Para el general en situación de retiro y exgobernador del estado Aragua, Rafael Isea, que en su juventud participó en el intento de golpe de Estado de Chávez, en 1992, la situación interna de las Fuerzas Armadas no difiere mucho de lo que se percibe en el resto del país. Asegura que el general Padrino López puede jugar un rol importante para que el reconocimiento de los resultados, en caso de favorecer a la oposición, se produzca sin mayores sobresaltos.

Según Isea, quien señala que tiene fuentes internas en las Fuerzas Armadas, la disputa por el poder dentro de la institución se ha reconfigurado y tanto el actual ministro de Defensa como el general Iván Hernández Dala, jefe de la Dirección de Contrainteligencia Militar, uno de los cuerpos represores sobre los que pesan denuncias por violación de derechos humanos, pueden tener papeles relevantes en las negociaciones que impliquen reducir los costos de salida de la actual cúpula.

Las FANB venezolanas se han convertido en una especie de caja negra, especialmente luego de la detención arbitraria de la activista y analista de temas de seguridad Rocio San Miguel, ciudadana hispano-venezolana que fue encarcelada en marzo pasado.

Una manifestante en Caracas, el 18 de julio.
Una manifestante en Caracas, el 18 de julio.Ariana Cubillos (AP)

Para Mark Feirsntein, asesor del Instituto de Paz de Estados Unidos, que ha hecho seguimiento a los estudios de opinión y a las negociaciones en Venezuela, las FANB va a jugar un papel fundamental, tal vez como ocurrió en el plebiscito de Chile, en 1988, o en Nicaragua, en 1990, cuando Daniel Ortega tuvo que reconocer el triunfo de Violeta Chamorro.

¿Le creo o no le creo a las encuestas?

En Venezuela, cuando un político no obtiene buenos resultados en los sondeos de opinión, suele descalificarlos y decir que la verdadera encuesta es la elección. Sin embargo, en esta ocasión, la mayoría de los estudios de opinión creíbles coincidieron en la ventaja del candidato opositor, Eduardo González Urrutia (EGU).

Esto provocó una avalancha de desinformación con supuestas consultoras que no tienen trayectoria ni reputación. Carmen Beatriz Fernández, doctora en comunicación pública de la Universidad de Navarra y experta en análisis de fenómenos de desinformación, las cataloga de “pseudoencuestas”. “No son verdaderas encuestadoras, sino que se hacen como un juego de propaganda y operaciones de confusión. Sacan números a la ligera o incluso inventados”.

Fernández recuerda que en el país suramericano existe un amplio historial de firmas especializadas en demoscopia, con trayectoria y tradición. Estas firmas, como Delphos, Consultores 21, Datanálisis y More Consulting, han coincidido en los resultados y muestran una orientación favorable a EGU con una holgura bastante amplia. Se suman Datincorp, ORC y otras más pequeñas como Poder y Estrategia. Delphos ha presentado sus estudios trimestralmente.

No obstante, algunos expertos han llamado la atención sobre las condiciones del país y el control del autoritarismo. Para Luis Vicente León, de Datanálisis, los resultados de la elección se van a parecer más a los hallazgos de las encuestas, mientras más personas participen. En ese sentido, hay un punto ciego. No hay información verificable de cuántos de los 8 millones y medio de venezolanos que han salido del país están en el padrón electoral, por tanto, la estimación de participación, que los sondeos ubican en al menos 70%, no tiene un número duro sobre el cual apoyarse con certeza. El Registro Electoral tiene empadronados a 21.105.157. De esos, se estima que 25% no podrá votar porque las autoridades obstaculizaron la actualización de los datos en el extranjero.

Ciudadanos cuelgan una pancarta sobre una vía automovilista en Caracas, el 24 de julio.
Ciudadanos cuelgan una pancarta sobre una vía automovilista en Caracas, el 24 de julio.Gaby Oraa (Reuters)

Otro matiz que se introdujo recientemente fue el sesgo de las encuestadoras a favor de la oposición, debate que abrió el economista Francisco Rodríguez al presentar un estudio de su autoría que lo lleva a concluir que, en el mejor de los casos, la ventaja a favor de EGU no supera los seis puntos porcentuales.

En este sentido, John Magdaleno, experto en estudios de opinión, cuestionó tales afirmaciones. También aseguró que la brecha que se ha mostrado a favor de EGU es tan amplia que muy difícilmente pueda ser reducida con la reingeniería de las mesas de votación que aplicó el Consejo Nacional Electoral.

El chavismo asegura que tiene estudios que lo favorecen hasta por ocho puntos porcentuales. Sin embargo, tal afirmación no ha podido ser verificada.

El gGrias bases de datos, entre ellas el Sistema Patria, que centraliza la información sobre los bonos y otros beneficios que otorga.

¿Fraude?

El escenario de un supuesto fraude emerge como la hipótesis alternativa a la suposición de que una vez que el chavismo ha puesto todos los obstáculos para la celebración de una elección semicompetitiva y pese a lo que muestran las encuestas, aún se impongan por la vía del voto emitido.

Los expertos en el sistema electoral venezolano luchan contra corriente con las teorías conspirativas sobre la posibilidad de un fraude electrónico. Durante los años en los que la oposición nunca encabezó las encuestas, se instalaron varios mitos sobre el sistema electrónico de votación.

Los conocedores, como el analista Eugenio Martínez, han explicado profusamente que voto ingresado, voto escrutado y voto totalizado. El sistema electrónico deja trazas que permiten comparar el voto emitido por un elector con el voto que finalmente es sumado en la mesa de votación y, posteriormente, una vez cerrados los centros electorales, son totalizados.

Funcionarios del CNE preparan las máquinas de votación para la elección del domingo, el 21 de julio.
Funcionarios del CNE preparan las máquinas de votación para la elección del domingo, el 21 de julio.Cristian Hernandez (AP)

Griselda Colina, ex rectora suplente del Consejo Nacional Electoral, explica que “si entendemos por fraude electoral la alteración de los resultados que emite la máquina de votación, no es posible que el gobierno cometa fraude el 28 de julio. El sistema de votación ha sido auditado por técnicos que garantizan que los votos se van a contar bien. La situación es diferente si en el concepto de fraude está la actuación de un CNE que pueda decir un resultado que sea distinto al que dan las máquinas. Esto lo hemos vivido en elecciones como la Constituyente (2019), pero en esta ocasión el costo que tendría que pagar el gobierno sería muy alto por toda la atención que tiene el proceso venezolano y por la brecha de ventaja que tiene ahora el candidato de la Plataforma Unitaria”.

Los representantes de los partidos políticos que participan en el proceso asisten a distintas auditorías al sistema y deben acreditar testigos para las 30 mil mesas de votación que se instalan desde este viernes. El acto de votación se produce el domingo. Todos los miembros de mesa y los testigos de los partidos verifican al inicio que la máquina está en cero. Cuando se cierra la jornada de votación, la máquina escruta los votos y emite un acta que es validada por los testigos de los partidos, quienes tienen acceso a la impresión de cada acta. En esta ocasión, el acta tiene un código QR que facilita a los miembros de los partidos acceder a la información. Finalmente, la ley establece una verificación ciudadana con la apertura de 52% de las cajas, para constatar que el número de votos dentro de la urna se corresponde con lo arrojado en el acta.

De manera que hasta el momento no ha habido ninguna evidencia de algún fraude electrónico.

Sin embargo, las condiciones previas y algunas decisiones políticas sí están diseñadas para incidir en el acto de votación. Algunas de esas tácticas son:

La inhabilitación de candidatos, la judicialización de partidos políticos, la presión y control social de las personas que son beneficiarias de políticas públicas (como la caja de alimentos Clap), el arreo de votantes y las prórrogas más allá de la hora establecida por la ley, que delimita la jornada de votación hasta las seis de la tarde, a menos que haya electores en fila.

¿Entonces qué va a pasar en Venezuela?

Mientras las apuestas van y vienen, la mayoría de los entrevistados consideran que de ocurrir una participación masiva, los resultados serán favorables a la oposición. No descartan, sin embargo, un escenario del efecto maquinaria electoral. Pero, que es como ocurre en toda elección: cara o sello. Alguien pierde y alguien gana.

Sobre las expectativas de reconocimiento de los resultados electorales, Andrés Cañizales, doctor en Comunicación Social, afirma que el chavismo el 28 va a hacer todo lo posible por obstaculizar el voto opositor, poner trabas, desalentar, confundir para reducir la brecha. “Obviamente en una campaña nadie va diciendo que va a perder. Todo parece indicar que podrían reconocer, pero buscarían la manera de evitar que la oposición pueda celebrar un triunfo arrollador. Percibo que hay presiones externas y corrientes dentro del chavismo que ya se están planteando el pase a la oposición. Es un chavismo que no está monolítico, por eso se ha llegado a este momento”.

Motociclistas pasan frente a una escalera con un mural de los ojos de Hugo Chávez en el Parque Calvario en Caracas, en junio de 2022.
Motociclistas pasan frente a una escalera con un mural de los ojos de Hugo Chávez en el Parque Calvario en Caracas, en junio de 2022.Gaby Oraa (Bloomberg)

Cañizales apunta que el anuncio del presidente Lula Da Silva, de enviar a su excanciller Celso Amorim a Caracas, es un indicio positivo porque evidentemente el diplomático no va a observar las elecciones, sino posiblemente pueda mediar en algún tipo de negociación. “Él es un articulador político que ha estado en innumerables escenarios internacionales”.

Por su parte, el historiador Pedro Benítez plantea: “No sabemos qué va a pasar, pero sí lo que ha pasado. Y esto es que en los 25 años de poder del chavismo han reconocido -con la excepción del fraude contra un gobernador- cuando pierden una elección, aunque luego han hecho todo por vaciar de contenido los triunfos de la oposición”.

Cree que todo va a depender del margen de diferencia entre la opción triunfadora y la perdedora.

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