Ha llegado el momento de replantearse las ciudades
Los Juegos Olímpicos son una gran oportunidad para defender la inclusión, la sostenibilidad y la equidad
Nosotros, alcaldes miembros de diversas redes de ciudades de talla internacional, reunidos con motivo de la inauguración de los Juegos de París de 2024, estamos convencidos de que las ciudades, en la primera línea contra el cambio climático, deben ser reconocidas como actores clave en la lucha mundial contra el calentamiento global.
De hecho, nosotros estamos sobre el terreno, en la vanguardia de la transformación de nuestros territorios para proteger a las familias y a los trabajadores de los efectos del cambio climático, y para hacer que la transición sea accesible para todos, especialmente para los más vulnerables.
En un momento en que proliferan las mentiras, las campañas engañosas y las teorías falaces encaminadas a negar la realidad del cambio climático, nuestras ciudades están comprometidas y decididas a defender la verdad. Esta verdad, por otra parte, es inequívoca: los combustibles fósiles agravan la crisis climática. Librarse de ellos es un imperativo existencial para la humanidad.
La confianza en la ciencia, el fomento del multilateralismo, la búsqueda de los objetivos de equidad y justicia, la aceleración del abandono de los combustibles fósiles, la protección de las poblaciones vulnerables: estos son los grandes principios que deben guiar la acción de las ciudades para luchar contra el calentamiento global y adaptarse a la nueva situación climática.
En París, los preparativos de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024 han demostrado que es posible que una gran metrópoli planifique un acontecimiento de esta envergadura en consonancia con sus ambiciones sociales y medioambientales.
Los Juegos de París dejarán un importante legado para toda la región parisina. Por primera vez, la candidatura de una ciudad anfitriona y después la estructura organizativa se han centrado en la inclusión social y la sobriedad. Los Juegos de París reducirán su huella de carbono a la mitad con respecto a las ediciones anteriores, y compensarán las emisiones que no se eviten. Se ha movilizado a centenares de empresas de economía social y se han proporcionado miles de horas de inserción laboral.
Los Juegos constituyen una oportunidad fantástica para que París defienda su visión de una transición justa, haciendo de la inclusión, la sostenibilidad y la equidad sus valores fundamentales. Deben brindarnos la ocasión para que se reconozca a las ciudades como socios esenciales a la hora de poner en práctica la acción climática mundial, y a los alcaldes como los verdaderos artífices de la cohesión social y comunitaria.
Más que nunca, pedimos a los gobiernos y a las organizaciones supranacionales que se comprometan a otorgar a las ciudades un papel más importante en la elaboración de las políticas públicas, sobre todo cuando estas tienen por objeto aumentar la financiación de la transición, fomentar la justicia climática y suprimir las subvenciones a los combustibles fósiles. Este es el objetivo de la Declaración de París, firmada por las redes de ciudades del C40, GCoM, Eurocities, AIMF e ICLEI en el Ayuntamiento de París.
En esta Declaración de París, nos comprometemos a luchar contra todas las fuerzas malévolas que tratan de impedir o retrasar nuestras respuestas al desafío climático. Con esta Declaración, también instamos a una profunda transformación del papel de las ciudades en la gobernanza mundial, en un momento en que determinadas normativas impiden que más de la mitad de ellas accedan a financiación para lograr la neutralidad de carbono y la justicia climática.
Es hora de replantearse el papel de las ciudades. Los Juegos de París son un testimonio de su capacidad para impulsar a escala local cambios ecológicos y sociales de gran calado. En el futuro, deberán ser consideradas en su totalidad centinelas del cambio climático y ejes de la acción climática mundial.
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