El verdadero sentido de la Navidad

Para mí la Navidad es esa fecha especial que empieza recordando a los niños de San Ildefonso canturreando los números del sorteo de la Lotería. Soy incapaz de desligar estas fiestas del acto simbólico del sorteo; sin embargo, la lotería que ansío en estos momentos de mi vida es continuar con mis rutinas diarias, seguir teniendo ilusión por las cosas, y, por qué no, soñar que podemos vivir en un mundo mejor. Tal vez, cuando nos hacemos mayores es más complicado encontrar esa magia que nos envuelve, irradiando destellos a nuestro alrededor. Tenemos otras preocupaciones, como la pérdida del respeto que rige nuestra civilización debido a la barbarie inhumana de las guerras, y surgen oscuros presagios difíciles de desenterrar. No quiero sentirme presa de un miedo inmisericorde ni desechar una convivencia en armonía con mis semejantes. Quiero que la Navidad sea, como dice Washington Irving, la estación para encender el fuego de la hospitalidad en el salón y la llama genial de la caridad en el corazón.

Gema Abad Ballarín. Reus (Tarragona)

Un camino pedregoso para conciliar

Este año he comenzado el maravilloso camino de la maternidad que a la vez es el camino más pedregoso en mi carrera profesional. Sigue siendo un desafío presentar este tema en tu trabajo para poder mantenerlo y, todavía más importante, para luego poder conciliar. A pesar de los muchos avances, seguimos teniendo dificultades a la hora de pedir ajustes en nuestra jornada, como la posibilidad de trabajar en remoto sin tener que reducir la jornada y su consiguiente rebaja de salario. En estos momentos tan duros, una no se puede permitir ver rebajado su salario porque afecta directamente en la calidad de vida de su retoño. Ojalá más pronto que tarde, esta situación siga mejorando y madres y padres podamos conciliar de verdad nuestro trabajo laboral con nuestro trabajo de por vida.

Elia Díaz Mozas. Alcalá de Henares (Madrid)

40 años de un ejemplo

Se cumplen 40 años de aquel mítico partido de fútbol entre España y Malta que acabó con el inolvidable resultado de 12-1. Recordándolo, algunos de sus componentes de esa irrepetible Selección han declarado que eran todos uno. La solidaridad y la unión entre todos los jugadores llevó a demostrar cómo, desde la unidad y la ilusión, se logran triunfos para todos. Ojalá se aplicaran estos conceptos algunos de los políticos insolidarios y egocéntricos. Y que imitaran las palabras del seleccionador de aquella época justo antes de salir a ganar: “Quiero que toda España esté orgullosa de vosotros”. Qué lejos quedan en el tiempo esos 40 años; y algunos pretenden que aún quede más lejano, la vigencia de esos términos básicos de convivencia, unión y orgullo.

David García. Madrid