Feijóo voxizado
Si las víctimas, en vez de ser de violencia machista, fueran de ETA o del yihadismo, otra canción nos cantaría el líder del PP, pero no son más que mujeres las que van muriendo como por casualidad, por un destino fatal o un fenómeno paranormal
Apenas tres días después del asesinato de Ana Vanessa Serén en Santa María de Oia perpetrado por su expareja, el expresidente de la Xunta anunciaba que, de ganar las elecciones, empezaría por eliminar el Ministerio de Igualdad. “Comprenderá que no estamos para eso”, le dijo a Carlos Alsina y por una vez hay que agradecerle tan inusual claridad en el discurso. No está, por lo visto, Núñez Feijóo para que exista una cartera que tiene la finalidad de acabar con la discriminación de las mujeres en asuntos tan relevantes como el terrorismo machista, que ya se ha llevado por delante la vida de dos mujeres en Galicia este año y 21 en el conjunto del Estado. Si las víctimas fueran de ETA o del yihadismo, otra canción nos cantaría el líder del PP, pero no son más que mujeres las que van muriendo como por casualidad, por un destino fatal o un fenómeno paranormal. Como la gestión de la última legislatura no ha sido ejemplar, hay que acabar con el ministerio mismo. Siguiendo ese proceder argumentativo habrá que cerrar el ministerio de Hacienda en caso de que no acabe con el fraude fiscal. Tampoco está el citado político por la labor de tener en cuenta que hay grupos de jóvenes quedando para “hacerse una manada”, ni por el alarmante aumento de las agresiones sexuales en edades cada vez más tempranas (a ver lo que tarda en reclamar datos de nacionalidad de los violadores para copiar a pies juntillas a sus colegas más a la derecha). No está por atender al acoso ni las diferencias salariales ni la feminización de la pobreza, la explotación en los burdeles o los vientres de alquiler y el largo etcétera de reivindicaciones del feminismo. Y eso que el pasado 30 de enero exigía un cambio urgente de la ley del solo sí es sí y ofrecía “el apoyo, rigor, sentido de Estado y sensibilidad del PP con las mujeres”. Pues qué sensibilidad acabar con el ministerio que se ocupa de nuestros derechos, qué rigor y apoyo considerarlo superfluo. Por no hablar de la falta de originalidad, dado que la propuesta de cerrar ese “chiringuito” es algo que lleva anunciando Vox desde hace tiempo. Yo si fuera Abascal le reclamaría los derechos de autor al PP.
Lo sorprendente es que este Feijóo repentinamente feministo se quite tan precozmente la máscara y muestre sus verdaderas intenciones, incluso antes de que las votantes a las que pretende seducir hayan metido la papeleta en la urna.
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